viernes, 31 de mayo de 2019

Sermones Evangelísticos | Las 4 claves para leer la Biblia efectiva y agradable

Biblia,Sermones Evangelísticos,Evangelio meditado
Sermones Evangelísticos | Las 4 claves para leer la Biblia efectiva y agradable
Como cristiano, leer la Biblia es uno de los contenidos necesarios de las devociones espirituales. Entonces, ¿Qué debemos hacer para sacar más provecho de la lectura de la Biblia? Tomar los cuatro elementos clave le permitirá obtener una cosecha inesperada.

1.Leer la palabra presente de Dios

La palabra presente de Dios representa Su última obra y Él nos proveyó con estas palabras de acuerdo con nuestras necesidades actuales. Si seguimos Sus palabras, podremos recibir Su alabanza. Al igual que durante la era del Antiguo Testamento Jehová Dios estableció las leyes: “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Éxodo 21:24-25). Pero cuando Jesucristo vino a realizar su obra, de acuerdo con las necesidades de esas personas en ese momento, Él les otorgó los principios prácticos más apropiados, “Amaras a tu projimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen” (Mateo 5:43-44). Si la gente, en ese momento continuaba practicando la palabra de Dios en la época de la Ley, podrían no obtener la aprobación de Dios. Porque Dios había expresado nuevas palabras y realizado Su nueva obra. La profecía en el Apocalipsis ha aparecido muchas veces, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. En los últimos días, cuando el Señor regrese, Él también dirá nuevas palabras. Si Podemos leer las palabras recientes de Dios, entonces seremos seguidores cercanos de las huellas del Cordero. Solo de esta forma podremos tener la aprobación de Dios.
2.Dirigirse al problema práctico para leer la Biblia
Todos los días nos encontramos en todo tipo de situaciones. Si leemos la Biblia siguiendo el orden prescrito, entonces cumpliremos de alguna manera las reglas, pero no lograremos fácilmente bueno resultados. En cambio, si leemos la Biblia dirigida hacia nuestros problemas, entonces podemos ser enriquecidos y guiados con las palabras de Dios y hace que nuestras dificultades sean solucionadas, porque la palabra de Dios provee la lámpara a mis pies y la luz en mi camino. Por ejemplo, en la vida real, la dificultad con la que nos encontramos es que cuando nos relacionamos con los demás, no tenemos indulgencia ni paciencia, entonces debemos leer las palabras del Señor en ese aspecto, tal como Él dijo, “¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?” (Mateo 7:3). “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Si por casualidad encontramos un versículo para leer, esto no va a resolver nuestro problema. Por lo tanto, también es especialmente importante leer la Biblia enfocándonos directamente a los problemas prácticos que enfrentamos.

3.Debemos tranquilizarnos ante Dios y usar nuestros corazones para orar y meditar la palabra de Dios

Cuando leemos la Biblia y no oramos a Dios ni tratamos de entender Sus palabras a través de nuestros corazones, entonces sólo recordaremos algunos capítulos y versículos y solo conoceremos el significado superficial de las escrituras, pero no entenderemos el significado implícito, mucho menos conoceremos la voluntad de Dios en Sus palabras. Así que no sabremos cómo practicar Sus palabras. Por lo tanto, para sacar mayor provecho de la lectura de la Biblia, tenemos que practicar ponernos en silencio ante Dios, usando nuestros corazones para orar y reflexionar sobre Sus palabras. Por ejemplo, Jesucristo dijo: “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Si no ponderamos el significado espiritual de la palabra, sino que solo apreciamos la comprensión superficial pensaremos que Dios quiere que seamos como niños pequeños. Pero no sabremos cómo ser así, de manera que todavía no tenemos forma para practicar. Por el contrario, si meditamos la palabra del Señor a través de las oraciones, nos damos cuenta de que el convertirse en niños pequeños debe referirse a ser honesto, inocente, abierto, liberado y sin ninguna restricción, es decir parecerse a una persona honesta. Solo los hombres con honestidad pueden ser salvados por Dios. Cuando ponemos la palabra de Dios en nosotros mismos, podemos encontrar que a menudo mentimos y no nos abrimos a los demás. Y esto nos impulsará a practicar la palabra del Señor y a convertirnos en personas honestas gradualmente. Así que, al leer la Biblia, debemos tratar cuidadosamente de entender la palabra de Dios. Solo haciendo esto, podemos lograr los resultados, de lo contrario, lo que tendremos son solo palabras y doctrinas para siempre y no puede convertirse en nuestra vida.

4.Conocer la disposición de Dios en Su palabra

Leyendo la Biblia, no solo necesitamos ponderar el significado espiritual de la palabra de Dios cuidadosamente, si no que necesitamos conocer y entender la disposición de Dios en Su palabra. Vamos a tomar la palabra de Jesucristo como un ejemplo otra vez, “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). Después de tratar de entender cuidadosamente esta palabra de Jesucristo, sabremos que a Dios le agradan los hombres honestos, aquellos que muestran que la sustancia de Dios es digna de confianza y solo siendo hombres honestos podemos entrar en el reino de los cielos. De esto, podemos ver que la disposición de Dios es justa y santa. Una vez que lo conozcamos, tendremos un corazón reverente para Dios y practicaremos de acuerdo con Su palabra. Y ya no vamos a aferrarnos a nuestra imaginación ni creemos que al apegarnos al nombre del Señor o a través del trabajo, podemos entrar en el reino de los cielos. ¡Por lo tanto, es muy importante para nosotros conocer la disposición de Dios en Su palabra!
Todo lo anterior corresponde a los cuatro elementos clave para la lectura de la Biblia. Y espero que te pueda dar algo de ayuda en tu lectura de la Biblia y de las devociones espirituales. ¡Que Dios nos guíe para esforzarnos más en Su palabra, de manera que nuestra vida pueda progresar más rápidamente!
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)   
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
Recomendación: Versículos Bíblicos

jueves, 30 de mayo de 2019

Palabra de Dios | La bendición de Dios a Abraham

(Génesis 22:16-18) …juro por Mí mismo —dijo Jehová— que porque has hecho esto, y no has retenido a tu hijo, tu único hijo, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tu simiente tendrá las puertas de sus enemigos; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque has obedecido Mi voz.
Palabra de Dios,Personajes Bíblicos,Abraham
Este es un relato íntegro de la bendición de Dios a Abraham. Aunque breve, su contenido es rico: incluye la razón y el trasfondo del regalo de Dios a Abraham, y lo que le dio. También está impregnado del gozo y del entusiasmo con los que Dios pronunció estas palabras, así como de la urgencia de Su anhelo por ganar a quienes pueden escuchar Sus palabras. En esto vemos que Dios aprecia y siente ternura hacia quienes obedecen Sus palabras y siguen Sus mandatos. También vemos el precio que paga para ganar a las personas, y el cuidado y la atención que pone en ello. Además, el pasaje contiene las palabras “Juro por Mí mismo”, y esto nos proporciona un sentido intenso de la amargura y el dolor soportados por Dios, y sólo por Él, entre los bastidores de esta obra de Su plan de gestión. Es un pasaje sugerente, con un significado especial para los que vinieron después, y un impacto de gran alcance para ellos.

El hombre obtiene las bendiciones de Dios por su sinceridad y obediencia
¿Fue grande esta bendición que Dios le dio a Abraham, sobre la que hemos leído? ¿Cómo de grande? Aquí hay una frase clave: “y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra”; muestra que Abraham recibió bendiciones que nadie más recibió ni antes ni después de él. Cuando este hombre le devolvió su hijo a Dios, porque Él se lo había pedido —su único y amado hijo— (nota: aquí no podemos usar la palabra “ofreció”; deberíamos decir devolvió su hijo a Dios), Él no sólo no permitió que ofreciera a Isaac, sino que también lo bendijo. ¿Con qué promesa bendijo a Abraham? La promesa de multiplicar su descendencia. ¿Y en qué medida sería multiplicada? Las Escrituras dicen lo siguiente: “como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tu simiente tendrá las puertas de sus enemigos; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra”. ¿Cuál fue el contexto en el que Dios pronunció estas palabras? Es decir, ¿cómo recibió Abraham las bendiciones de Dios? Las recibió tal como Dios dice en las Escrituras: “porque has obedecido Mi voz”. Esto es, porque había seguido el mandato de Dios, porque había hecho todo lo que Él le había dicho, pedido y ordenado sin la más mínima queja, Dios le hizo esa promesa. En ella hay una frase crucial que menciona los pensamientos de Dios en ese momento. ¿La habéis notado? Puede ser que no hayáis prestado mucha atención a estas palabras de Dios: “Juro por Mí mismo”. Su significado es que cuando Dios las pronunció estaba jurando por sí mismo. ¿Por qué suelen jurar las personas? Juran por el cielo, es decir, hacen un juramento a Dios y juran por Él. Es posible que las personas no entiendan del todo el fenómeno por el cual Dios juraba por sí mismo, pero podréis comprenderlo cuando os provea la explicación correcta. Al estar frente a un hombre que sólo podía oír Sus palabras, pero sin entender Su corazón, Dios volvió a sentirse solo y desconcertado una vez más. En la desesperación y se podría decir, subconscientemente, Dios hizo algo muy natural: colocó Su mano sobre Su corazón y se refirió a sí mismo cuando otorgaba esta promesa a Abraham, y de aquí el hombre oyó a Dios decir: “Juro por Mí mismo”. A través de las acciones de Dios, puedes pensar en ti mismo. Cuando pones tu mano en tu corazón y te hablas a ti mismo, ¿tienes una idea clara de lo que estás diciendo? ¿Es sincera tu actitud? ¿Hablas con franqueza, con el corazón? Vemos, pues, aquí que cuando Dios le habló a Abraham lo estaba haciendo en serio y con sinceridad. Al mismo tiempo que hablaba y bendecía a Abraham, también se hablaba a sí mismo. Se estaba diciendo: Bendeciré a Abraham, y haré su descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo, y tan abundante como la arena a la orilla del mar, porque obedeció Mis palabras y es a él a quien Yo he escogido. Cuando Dios pronunció “Juro por Mí mismo”, decidió que produciría en Abraham el pueblo escogido de Israel, tras lo cual dirigiría a estas personas rápidamente para avanzar Su obra. Es decir, Dios haría que los descendientes de Abraham asumiesen la obra de Su gestión, y Su obra, y lo que Él había expresado empezaría con Abraham, y continuaría en sus descendientes, materializando así el deseo de Dios de salvar al hombre. ¿Qué decís? ¿No es esta una cosa bendita? Para el hombre, no hay mayor bendición; se puede decir que es la cosa más bendita. La bendición obtenida por Abraham no fue la multiplicación de su descendencia, sino la realización por parte de Dios de Su gestión, Su comisión y Su obra en los descendientes de Abraham. Esto significa que las bendiciones obtenidas por este hombre no fueron temporales, sino que continuaron según progresó el plan de gestión de Dios. Cuando Él habló, cuando juró por sí mismo, ya había tomado una decisión. ¿Fue cierto el proceso de esta decisión? ¿Fue práctico? Dios decidió que, desde entonces en adelante entregaría a Abraham y a sus descendientes Sus esfuerzos, el precio que pagó, lo que Él tiene y es, Su todo, e incluso Su vida. También decidió que, comenzando por este grupo de personas, manifestaría Sus hechos, y permitiría que el hombre viera Su sabiduría, Su autoridad, y Su poder.

Ganar a los que conocen a Dios y son capaces de dar testimonio de Él es el deseo inmutable de Dios

Al mismo tiempo que hablaba para sí mismo, Dios también le habló a Abraham; ¿pero aparte de oír las bendiciones que Él le dio, era Abraham capaz de entender los deseos sinceros de Dios en todas Sus palabras, en aquel momento? ¡No! Así, en el momento en que Dios juró por sí mismo, Su corazón seguía solitario y afligido. Aún no había una sola persona capaz de entender o comprender lo que Él pretendía o planeaba. En ese momento, nadie ni siquiera Abraham, fue capaz de hablarle en confianza, y mucho menos de cooperar con Él en la realización de la obra que Él debía hacer. Aparentemente, Dios había ganado a Abraham, y a alguien que podía obedecer Sus palabras. Pero en realidad, el conocimiento que esta persona tenía de Dios era poco más que nada. Aunque Él había bendecido a Abraham, Su corazón todavía no estaba satisfecho. ¿Qué significa que Dios no estaba satisfecho? Quiere decir que Su gestión sólo había comenzado, que las personas a las que quería ganar, a las que anhelaba ver, a las que amaba, seguían lejos de Él; necesitaba tiempo, esperar, ser paciente. Y es que, en ese momento, aparte de Dios mismo no había nadie que supiera lo que Él necesitaba, lo que deseaba ganar, o qué anhelaba. Y así, a la vez que se sentía muy entusiasmado, Dios también tuvo pesar en Su corazón. Sin embargo, no detuvo Sus pasos, y siguió planeando el siguiente paso de lo que debía hacer.
¿Qué veis en la promesa de Dios a Abraham? Dios le concedió grandes bendiciones, sencillamente porque él escuchaba Sus palabras. Aunque, en apariencia, esto parece normal, una cosa natural, vemos en ello el corazón de Dios: Él valora especialmente la obediencia del hombre hacia Él y aprecia su sinceridad hacia Él. ¿Cuánto aprecia Dios esta sinceridad? Quizás no entendáis cuánto la aprecia, y es posible que no haya nadie que sea consciente de ello. Dios le dio un hijo a Abraham, y cuando este hijo había crecido, le pidió que se lo ofreciese. Abraham siguió Su mandato al pie de la letra, obedeció Su palabra y su sinceridad conmovió a Dios, quien lo valoró. ¿Cuánto lo valoró Dios? ¿Y por qué lo hizo? En un momento en el que nadie comprendía Sus palabras ni entendía Su corazón, Abraham hizo algo que sacudió el cielo e hizo temblar la tierra, le produjo a Dios una sensación de satisfacción sin precedentes, y le proporcionó el gozo de ganar a alguien capaz de obedecer Sus palabras. Esta satisfacción y este gozo procedieron de una criatura hecha por la propia mano de Dios, y fue el primer “sacrificio” que el hombre había presentado a Dios, el más valorado por Él desde que creó al ser humano. Dios había pasado momentos duros esperando este sacrificio, y lo trató como el primer regalo importante del hombre, a quien Él había creado. Le mostró el primer fruto de Sus esfuerzos y el precio que había pagado, y le permitió ver la esperanza en la humanidad. Después, Dios anheló aún más un grupo de personas como esta que le hicieran compañía, que lo trataran con sinceridad, que cuidaran de Él con sinceridad. Incluso esperó que Abraham perdurara, porque deseaba que un corazón así lo acompañase y estuviese con Él mientras continuaba Su gestión. Independientemente de lo que Dios quisiera, tan sólo era un deseo, una idea, porque Abraham era sólo un hombre capaz de obedecerle, y no tenía el más mínimo entendimiento o conocimiento de Él. Era alguien muy alejado de los estándares de los requisitos divinos para el hombre: conocer a Dios, ser capaz de dar testimonio de Él, pensar igual que Él. Y por tanto, no podía andar con Él. Al presentar Abraham a Isaac como ofrenda, Dios vio su sinceridad y su obediencia, y comprobó que había resistido la prueba que Él le había puesto. Aunque aceptó su sinceridad y su obediencia, seguía siendo indigno de convertirse en el confidente de Dios, en alguien que lo conociera, lo entendiera, y estuviera informado de Su carácter; estaba lejos de pensar como Él y de llevar a cabo Su voluntad. Y así, en Su corazón, Dios seguía estando solo e inquieto; y cuanto más lo estaba, más necesitaba continuar con Su gestión lo antes posible, y poder seleccionar y ganar a un grupo de personas para cumplir Su plan de gestión y lograr Su voluntad cuanto antes. Este era el deseo entusiasta de Dios, que ha permanecido inmutable desde el principio hasta hoy. Desde que creó al hombre en el principio, Dios ha anhelado un grupo de vencedores que camine con Él y sea capaz de entender, comprender y conocer Su carácter. Este deseo de Dios nunca ha cambiado. Independientemente de cuánto tenga que esperar aún, de lo duro que sea el camino que tiene por delante, de lo lejos que estén los objetivos que anhela, Dios nunca ha alterado ni abandonado Sus expectativas para el hombre. Ahora que he dicho esto, ¿sabéis algo del deseo de Dios? Quizás lo que habéis descubierto no sea muy profundo, ¡pero llegará progresivamente!
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
Recomendación: Versículos Bíblicos

miércoles, 29 de mayo de 2019

Palabra de Dios | Valoraciones que Dios y la Biblia hacen de Job

(Job 1:1) Hubo un hombre en la tierra de Uz, cuyo nombre era Job; y ese hombre fue perfecto y recto. Era uno que temía a Dios y se apartaba del mal.
(Job 1:5) Y fue así, cuando los días de fiesta habían terminado, que Job los enviaba y los santificaba, y se levantaba muy temprano en la mañana para dar ofrendas de acuerdo con el número de todos ellos; porque Job decía: Tal vez mis hijos han pecado y maldecido a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
(Job 1:8) Y Jehová dijo a Satanás: ¿Has considerado a Mi siervo Job, no hay ningún otro como él en la tierra, un hombre perfecto y recto, que teme a Dios y se aparta del mal?
Job

martes, 28 de mayo de 2019

Palabra de Dios | Dios pretende destruir el mundo con un diluvio y ordena a Noé construir un arca

Personajes Bíblicos(Génesis 6:9-14) Éstas son las generaciones de Noé: Noé era un hombre justo y perfecto en sus generaciones y Noé andaba con Dios. Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. La tierra también se había corrompido delante de Dios y estaba llena de violencia. Y Dios miró a la tierra, y vio que se había corrompido, ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra. Entonces Dios dijo a Noé: el fin de toda carne ha llegado a Mí, porque ellos han llenado toda la tierra de violencia, y por ello los destruiré junto con la tierra. Construye un arca de madera de ciprés; harás cuartos en el arca y la cubrirás con brea por dentro y por fuera.

lunes, 27 de mayo de 2019

PALABRA DE DIOS | La bendición de Dios a Noé después del diluvio

(Génesis 9:1-6) Y Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fructíferos y multiplicaos y llenad la tierra. Toda bestia de la tierra os temerá y tendrá terror de vosotros, así como toda ave del cielo; todo lo que se arrastra en la tierra y todos los peces del mar serán entregados en vuestras manos. Todo lo que se mueve y que tenga vida, será carne para vosotros, así como todas las hierbas verdes que os he dado. Pero la carne viva, que es la sangre de la carne, esa no la comeréis. Y por seguro pediré la sangre de vuestras vidas; a la mano de cada bestia la pediré, y también a la mano del hombre; a la mano de cada hermano del hombre pediré la vida del hombre. Cualquiera que derrame sangre de hombre, derramará su sangre por el hombre; porque Dios hizo al hombre a Su imagen.
[…]
noe y su familia

domingo, 26 de mayo de 2019

Palabra de Dios | Dios convierte el arco iris en símbolo de Su pacto con el hombre

(Génesis 9:11-13) Yo haré Mi pacto con vosotros, ninguna carne será cortada nunca más por las aguas de una inundación; ni habrá una inundación nunca más que destruya la tierra. Y Dios dijo: este es el signo del pacto que hago entre Yo y vosotros y cada criatura viviente que esté con vosotros, por generaciones perpetuas. Pongo Mi arco iris en las nubes, y ese será el signo de un pacto entre Yo y la tierra.
[…]

sábado, 25 de mayo de 2019

Palabra de Dios | Dios promete dar un hijo a Abraham

1. Dios promete dar un hijo a Abraham
(Génesis 17:15-17) Y Dios dijo a Abraham: En cuanto a Sarai, tu esposa, no la llamarás Sarai, sino que Sara será su nombre. Y Yo la bendeciré, y te daré un hijo también de ella. Sí, la bendeciré y ella será la madre de naciones; reyes de naciones saldrán de ella. Entonces Abraham cayó con su rostro sobre la tierra, y se río diciendo en su corazón: ¿Nacerá un hijo de quien tiene cien años? ¿Y engendrará Sara quien tiene noventa años?
(Génesis 17:21-22) Pero haré Mi pacto con Isaac, quien Sara engendrará de ti para este tiempo el año que viene. Y dejó de hablar con él, y Dios se fue del lado de Abraham.
2. Abraham ofrece a Isaac
(Génesis 22:2-3) Y dijo: Trae ahora a tu hijo, tu único hijo Isaac, a quien tú amas, y ve a la tierra de Moriah donde lo ofrecerás ahí como holocausto en una de las montañas que te indicaré. Y Abraham se levantó temprano por la mañana y preparó su asno; tomó dos de sus hombres jóvenes con él y a Isaac su hijo, y partió la madera para el holocausto. Se levantó y se fue al lugar que Dios le había indicado.
(Génesis 22:9-10) Llegaron al lugar que Dios le había indicado y Abraham construyó un altar ahí; acomodó la madera y ató a Isaac su hijo, colocándolo sobre la madera del altar. Y Abraham estiró su mano y tomó el cuchillo para matar a su hijo.

viernes, 24 de mayo de 2019

Palabra de Dios | Dios ordena a Abraham que ofrezca a Isaac

Las palabras que Dios habló a Abraham se cumplieron cuando Él le dio un hijo. Esto no significa que el plan divino se detuviese aquí; todo lo contrario, el magnífico plan de Dios para la gestión y la salvación de la humanidad no había hecho más que empezar, y Su bendición de darle un hijo a Abraham no era sino el preludio de Su plan general de gestión. En ese momento, ¿quién sabía que la batalla de Dios con Satanás había comenzado silenciosamente cuando Abraham ofreció a Isaac?
A Dios no le importa que el hombre sea insensato; sólo pide que sea sincero

jueves, 23 de mayo de 2019

Palabra de Dios | En el sexto día, el Creador habla, y cada especie de criatura viviente en Su mente hace su aparición, una tras otra

Imperceptiblemente, la obra del Creador de hacer todas las cosas había continuado durante cinco días, tras los cuales dio inmediatamente la bienvenida al sexto día de Su creación. Ese día era un nuevo comienzo, y otro día extraordinario. ¿Cuál fue entonces el plan del Creador en la víspera de este nuevo día? ¿Qué nuevas criaturas produciría, crearía? Escucha, es la voz del Creador…

miércoles, 22 de mayo de 2019

Palabra de Dios | Bajo la autoridad del Creador, todas las cosas son perfectas

Todas las cosas creadas por Dios, las que podían moverse y las que no, las aves y los peces, los árboles y las flores, el ganado, los insectos y los animales salvajes creados el sexto día, todas estaban bien para Dios; además, a Sus ojos y según Su plan, todas estas cosas habían alcanzado el apogeo de la perfección y los estándares que Él deseaba lograr. Paso a paso, el Creador hizo la obra que pretendía hacer de acuerdo con Su plan. Una tras otra aparecieron las cosas que Él pretendía crear, y la aparición de cada una de ellas fue un reflejo de la autoridad del Creador, y la cristalización de Su autoridad. Debido a estas materializaciones, ninguna de las criaturas podía evitar estar agradecida por la gracia y la provisión del Creador. Cuando los hechos milagrosos de Dios se manifestaron, este mundo creció poco a poco, con todas las cosas que Él creó, y pasó del caos y de las tinieblas a la claridad y la luminosidad, de la quietud sepulcral a la vivacidad y la vitalidad sin límites. Entre todas las cosas de la creación, desde las grandes a las pequeñas, y desde estas a las microscópicas, no había ni siquiera una que no hubiese sido creada por la autoridad y el poder del Creador, y existía una necesidad y un valor únicos e inherentes a la existencia de cada criatura. Independientemente de las diferencias de forma y estructura, sólo tenía que hacerlas el Creador para que existieran bajo Su autoridad. […]
La Creación de Dios

martes, 21 de mayo de 2019

Palabra de Dios | En el primer día, el día y la noche de la humanidad nacen y permanecen gracias a la autoridad de Dios

Veamos el primer pasaje: “Y Dios dijo: Que haya luz; y hubo luz. Y Dios vio la luz, que era buena; y Dios dividió la luz de la oscuridad. Dios llamó a la luz Día, y llamó a la oscuridad Noche. Y la noche y la mañana fueron el primer día” (Génesis 1:3-5). Este pasaje describe el primer acto de Dios al principio de la creación, y el primer día que Dios pasó en el que hubo una noche y una mañana. Pero fue un día extraordinario: Dios empezó a preparar la luz para todas las cosas, y, además, la separó de las tinieblas. En ese día, Dios comenzó a hablar, y Sus palabras y autoridad existieron una al lado de la otra. Su autoridad comenzó a manifestarse entre todas las cosas, y Su poder se extendió entre ellas como consecuencia de Sus palabras. Desde este día en adelante, todas las cosas se hicieron y permanecieron gracias a las palabras de Dios, la autoridad de Dios, y el poder de Dios; de la misma manera, comenzaron a funcionar a través de Su palabra, Su autoridad y Su poder. Cuando Dios pronunció la frase “Que haya luz”, fue la luz. Dios no inició empresa alguna; la luz había aparecido como resultado de Sus palabras. A la luz Dios la llamó día, y el hombre sigue dependiendo de ella hoy para su existencia. Por la orden de Dios, su sustancia y su valor nunca han cambiado ni desaparecido. Su existencia muestra la autoridad y el poder de Dios, proclama la existencia del Creador, y confirma una y otra vez Su identidad y Su estatus. No es intangible ni ilusoria, sino una luz real que el hombre puede ver. Desde ese momento, en este mundo vacío en el que “la tierra no tenía forma y estaba vacía; y había oscuridad en la superficie de lo profundo”, se produjo la primera cosa material. Esta cosa surgió de las palabras de la boca de Dios, y apareció en el primer acto creador de todas las cosas por la autoridad y las declaraciones de Dios. Poco después, Él ordenó que la luz y las tinieblas se separaran… Todo cambió y se completó por las palabras de Dios… Él llamó a esta luz “Día”, y a las tinieblas “Noche”. Desde ese momento, la primera noche y la primera mañana se produjeron en el mundo que Dios pretendía crear, y Él determinó que este fuera el primer día. Fue el primero en que el Creador hizo todas las cosas, y el comienzo de la creación de todas las cosas; fue la primera vez que la autoridad y el poder del Creador se manifestaban en este mundo que Él había creado.
La Creación de Dios

lunes, 20 de mayo de 2019

Palabra de Dios | En el segundo día, la autoridad de Dios organiza las aguas, hace el firmamento, y aparece un espacio para la supervivencia humana más básica

Leamos el segundo pasaje de la Biblia: “Y Dios dijo: Que haya firmamento entre las aguas, y que se dividan las aguas de las aguas. Y Dios hizo el firmamento, y dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento; y así sucedió” (Génesis 1:6-7). ¿Qué cambios se produjeron después de que ordenase “Que haya firmamento entre las aguas, y que se dividan las aguas de las aguas”? Las Escrituras dicen: “Y Dios hizo el firmamento, y dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento”. ¿Cuál fue el resultado después de que Dios hubiese hablado y realizado esto? La respuesta se encuentra en la última parte del pasaje: “y así sucedió”.
La Creación de Dios

domingo, 19 de mayo de 2019

Palabra de Dios |En el tercer día, las palabras de Dios daorigen a la tierra y los mares, y la autoridadn de Dios provoca que el mundo rebose de vida

Leamos seguidamente la primera frase de Génesis 1:9-11: “Y Dios dijo: Que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca”. ¿Qué cambios ocurrieron después de que Dios dijese simplemente: “Que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca”? ¿Y qué había en ese espacio lejos de la luz y el firmamento? Está escrito en las Escrituras: “Y Dios llamó a la tierra seca Tierra; y a la unión de las aguas las llamó Mares; y Dios vio que eso era bueno”. Es decir, ahora había tierra y mares en aquel espacio, y fueron separados. La aparición de estas nuevas cosas siguió al mandato de la boca de Dios, “y así sucedió”. ¿Describen las Escrituras a Dios ocupado mientras estaba haciendo esto? ¿Le describen involucrado en una labor física? ¿Cómo hizo Dios, pues, todo esto? ¿Cómo causó Dios que estas nuevas cosas se produjesen? Evidentemente, Él se sirvió de las palabras para lograr todo aquello, para crearlo todo en su totalidad.
En los tres pasajes anteriores hemos conocido la aparición de tres grandes acontecimientos. Los tres aparecieron y se materializaron a través de las palabras de Dios, y por ellas fueron manifestándose uno tras otro ante los ojos de Dios. Por tanto, se ve que “Dios habla, y será cumplido; Él manda, y permanecerá” no son palabras vacías. Esta esencia divina se confirma en el instante en que Él concibe Sus pensamientos, y cuando Él abre Su boca para hablar, Su esencia se refleja plenamente.

sábado, 18 de mayo de 2019

Palabra de Dios |En el cuarto día nacen las estaciones, los días, y los años de la humanidad, al ejercer Dios una vez más Su autoridad

El Creador usó Sus palabras para cumplir Su plan, y así pasó los tres primeros días de Su plan. Durante ellos, no se ve que Dios estuviera ajetreado ni agotado; por el contrario, pasó tres maravillosos primeros días de Su plan, y logró la gran tarea de la transformación radical del mundo. Ante Sus ojos apareció un mundo totalmente nuevo y, poco a poco, la bella imagen que se había sellado en Sus pensamientos se reveló finalmente en las palabras de Dios. La aparición de cada nueva cosa fue como el nacimiento de un bebé recién nacido, y al Creador le agradó esa imagen que había estado una vez en Sus pensamientos, pero que ahora había cobrado vida. En ese momento, un asomo de satisfacción inundó Su corazón, pero Su plan no había hecho más que comenzar. En un abrir y cerrar de ojos había llegado un nuevo día, ¿cuál era la página siguiente en el plan del Creador? ¿Qué dijo Él? ¿Cómo ejerció Su autoridad? Y, al mismo tiempo, ¿qué nuevas cosas llegaron a este nuevo mundo? Siguiendo la dirección del Creador, nuestra mirada recae en el cuarto día de la creación de todas las cosas por parte de Dios, un día que suponía otro nuevo comienzo. Para el Creador, era indudablemente otro día maravilloso y de máxima importancia para la humanidad de hoy. Era, por supuesto, un día de inestimable valor. ¿En qué era maravilloso, tan importante, y de inestimable valor? Escuchemos primero las palabras pronunciadas por el Creador…

viernes, 17 de mayo de 2019

La Obra de Jesucristo|Perdonar setenta veces siete y el amor del Señor

1. Perdonar setenta veces siete
(Mateo 18:21-22) Luego vino Pedro hacia Él y dijo: Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano que ha pecado contra mí? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, pero hasta setenta veces siete.
2. El amor del Señor
(Mateo 22:37-39) Jesús le dijo: Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y principal mandamiento. Y el segundo es similar: ama a tu prójimo como a ti mismo.
Jesus y Pedro

jueves, 16 de mayo de 2019

La Palabra de Dios|En el quinto día, de formas diversas y variadas la vida manifiesta la autoridad del Creador de diferentes maneras

Las Escrituras declaran: “Y Dios dijo: Que las aguas produzcan las criaturas que se mueven y que tienen vida de manera abundante, y aves que vuelan por encima de la tierra en el firmamento abierto del cielo. Y Dios creó grandes ballenas y cada una de las criaturas que se mueven, las cuales las aguas produjeron de manera abundante según su especie, y cada ave según su especie. Y Dios vio que esto era bueno” (Génesis 1:20-21). Las Escrituras dicen claramente que, en ese día, Dios hizo las criaturas de las aguas y las aves del cielo, es decir, creó los distintos peces y aves, y clasificó a cada uno de ellos según su especie. De esta forma, la tierra, los cielos y las aguas fueron enriquecidos por la creación de Dios…
Pescar en el marConforme Dios pronunció Sus palabras, nueva vida fresca, cada una con una forma diferente, cobró vida al instante en medio de las palabras del Creador. Vinieron al mundo abriéndose paso a empujones para conseguir una posición, saltando, retozando de gozo… Peces de todas las formas y tamaños nadaron por las aguas, crustáceos de todo tipo crecieron de las arenas, criaturas escamosas, con caparazón e invertebradas se desarrollaron a toda prisa en distintas formas, grandes o pequeñas, largas o cortas. Asimismo variadas clases de algas comenzaron a crecer rápidamente, balanceándose con el movimiento de la vida acuática diversa, ondulando, urgiendo a las aguas estancadas, como diciéndoles: ¡Sacude una pierna! ¡Trae a tus amigos! ¡Porque no volverás a estar sola! Desde el momento en que las diversas criaturas vivientes creadas por Dios aparecieron en el agua, cada nueva y fresca vida aportó vitalidad a las aguas que habían estado estáticas durante tanto tiempo, y dieron comienzo a una nueva era… Desde ese instante, se arrellanaron unos contra otros, y mantuvieron la compañía de los demás, sin conferirse distinción sobre ellos. El agua existía para las criaturas que albergaba, alimentando cada vida que residía dentro de su abrazo, y cada una de ella existía a causa del agua, por su alimentación. Cada una confería vida sobre la otra, y al mismo tiempo, cada una daba testimonio del mismo modo de lo milagroso y lo grandioso de la creación del Creador, y del poder insuperable de Su autoridad…
Como el mar ya no estaba en silencio, la vida empezó también a llenar los cielos. Una por una, aves grandes y pequeñas volaron hacia el cielo desde la tierra. A diferencia de las criaturas del mar, tenían alas y plumas que cubrían sus figuras finas y elegantes. Agitaban sus alas, desplegando con orgullo y altivez su espléndido manto de plumas y las funciones y habilidades especiales que el Creador les había concedido. Se elevaban libremente, y se desplazaban con habilidad entre el cielo y la tierra, sobre praderas y bosques… Eran las preferidas del aire, las favoritas de todas las cosas. Pronto se convertirían en el vínculo entre el cielo y la tierra, y transmitirían los mensajes a todas las cosas… Cantaban, bajaban gozosamente en picado, traían vítores, risa, y vitalidad a este mundo una vez vacío… Usaban su canto claro, melodioso, las palabras de sus corazones, para alabar al Creador por la vida concedida. Danzaban alegremente para exhibir la perfección y lo milagroso de la creación del Creador, y dedicarían toda su vida a dar testimonio de la autoridad del Creador a través de la vida especial que Él les había concedido…
Independientemente de que estuvieran en el agua o en los cielos, por el mandato del Creador, esta plétora de cosas vivientes existía en las diferentes configuraciones de la vida, y por el mandato del Creador, se reunían según su respectiva especie y ninguna criatura podía alterar esta ley, esta norma. Nunca se atrevían a ir más allá de los límites establecidos para ellas por el Creador, ni eran capaces de hacerlo. Tal como Él lo ordenó, vivían, se multiplicaban y se ceñían estrictamente al curso vital y a las leyes que Él estableció para ellas; vivían conscientemente por Sus mandatos no orales y los edictos y preceptos celestiales que Él les dio, desde entonces hasta hoy. Conversaban con el Creador en su propia forma especial, y llegaron a apreciar Su sentido y a obedecer Sus mandatos. Ninguna de ellas transgredió jamás la autoridad del Creador, y Su soberanía y dominio sobre ellas se ejercía dentro de Sus pensamientos; no se emitieron palabras, sino que la autoridad que era exclusiva del Creador controlaba en silencio todas las cosas que no poseían la función del lenguaje, y que diferían de la humanidad. El ejercicio de Su autoridad de este modo especial obligaba al hombre a obtener un nuevo conocimiento, y a hacer una nueva interpretación de Su autoridad única. Aquí debo deciros que, en este nuevo día, el ejercicio de la autoridad del Creador demostraba una vez más Su singularidad.
A continuación, echemos un vistazo a la última frase de este pasaje de las escrituras: “Y Dios vio que esto era bueno”. ¿Cómo entendéis esta frase? En esta frase se ven las emociones de Dios. Vio nacer y permanecer por Sus palabras todo aquello que había creado, y vio cómo empezaba a cambiar gradualmente. En ese tiempo, ¿estaba Dios satisfecho con las diversas cosas que había hecho mediante Sus palabras, y los diversos actos que había logrado? La respuesta es “Dios vio que esto era bueno”. ¿Qué veis aquí? ¿Qué representa que “Dios vio que esto era bueno”? ¿Qué simboliza? Significa que Dios tenía el poder y la sabiduría para cumplir aquello que Él había planeado y prescrito, para conseguir los objetivos que Él había establecido cumplir. Cuando Dios hubo completado cada tarea, ¿sintió arrepentimiento? La respuesta sigue siendo “Dios vio que esto era bueno”. En otras palabras, no solo no sintió arrepentimiento, sino que quedó satisfecho. ¿Qué quiere decir que no sintió arrepentimiento? Significa que el plan de Dios es perfecto, que Su poder y Su sabiduría son perfectos, y que solo por Su autoridad puede cumplirse tal perfección. Cuando el hombre lleva a cabo una tarea, ¿puede él, como Dios, ver que es bueno? ¿Puede todo lo que el hombre hace lograr la perfección? ¿Puede el hombre completar algo de una vez por todas, para toda la eternidad? Del mismo modo que el hombre dice: “nada es perfecto, solo mejor”, nada de lo que el hombre hace puede alcanzar la perfección. Cuando Dios vio que todo lo que había hecho y logrado era bueno, todo lo que Él hizo quedó establecido por Sus palabras, es decir, cuando “Dios vio que esto era bueno”, todo lo que Él había hecho adoptó una forma permanente, fue clasificado de acuerdo a un tipo, y se le dio una posición, un propósito y una función fijos, de una vez y por toda la eternidad. Más aún, su papel entre todas las cosas y el viaje que estas deben emprender durante la gestión de todo por parte de Dios, ya habían sido ordenados por Él, y eran inmutables. Esta fue la ley celestial que el Creador dio a todas las cosas.
“Dios vio que esto era bueno”, estas palabras simples, subestimadas, tan a menudo ignoradas, son las palabras de la ley y el edicto celestiales que Dios dio a todas las criaturas. Son otra materialización de la autoridad del Creador, una más práctica y más profunda. A través de Sus palabras, el Creador no solo fue capaz de obtener todo lo establecido para ser obtenido, y de conseguir todo lo establecido para ser conseguido, sino que también pudo controlar con Sus manos todo lo que Él había creado, y gobernar todas las cosas que Él había hecho bajo Su autoridad; además, todo fue sistemático y regular. Todas las cosas también vivían y morían por Su palabra; más aún, por Su autoridad existían en medio de la ley que Él había establecido, ¡y nadie estaba exento! Esta ley comenzó en el mismo instante que “Dios vio que esto era bueno”, ¡y existirá, continuará, y funcionará por el plan de gestión de Dios justo hasta el día en que el Creador la derogue! Su autoridad única no solo se puso de manifiesto en Su capacidad de crear todas las cosas y ordenar que todas vieran la luz, sino también en Su capacidad de gobernar y tener soberanía sobre la totalidad de ellas; de conceder vida y vitalidad sobre todas las cosas, y, además, en Su capacidad de hacer que, de una vez y por toda la eternidad, todo lo que Él creara en Su plan apareciera y existiera en el mundo que Él creó, de una forma perfecta, en una estructura de vida perfecta y con un papel perfecto. Así también se manifestó en el modo en que los pensamientos del Creador no estaban sujetos a ninguna restricción ni limitados por el tiempo, el espacio, o la geografía. Como Su autoridad, la identidad única del Creador permanecerá inmutable desde la eternidad hasta la eternidad. ¡Su autoridad será siempre una representación y un símbolo de Su identidad única, y ambas existirán por siempre una al lado de la otra!
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
Recomendación: Reflexiones Cristianas

miércoles, 15 de mayo de 2019

Juicio Final|El juicio de Dios en los últimos días forma a los vencedores antes del desastre

Versículos bíblicos como referencia:
Ahora Dios Todopoderoso aún está anhelando el regreso de todos los creyentes en Jesús, y está esperando pacientemente que regresen todos aquellos que sinceramente creen en Dios. Dios Todopoderoso dice: “Si las personas permanecen en la Era de la Gracia, nunca se liberarán de su carácter corrupto, por no decir que nunca conocerán el carácter inherente de Dios. Si las personas viven siempre en medio de una abundancia de gracia pero no tienen el camino de vida que les permita conocer y satisfacer a Dios, entonces nunca lo obtendrán verdaderamente aunque crean en Él. Qué forma más deplorable de creer. Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada etapa de la obra del Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que las esperanzas de muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que sólo ahora has visto realmente a Dios cara a cara; sólo ahora has mirado Su rostro, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra, y sentido realmente cuán real y todopoderoso es Él. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas de tiempos pasados nunca han visto o poseído. En esta ocasión, sabrás claramente qué es creer en Dios, y qué es ser conforme a Su corazón. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado, y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y en última instancia serás culpable de oponerte a Dios. Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: ‘Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del Hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’ (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del Hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del Hombre, un rostro que es un fiel retrato del visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando las palabras del hombre, y por tanto Dios usa la expresión de Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han experimentado el carácter inherente del Hijo del Hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando las palabras del hombre. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del Hombre entre los candeleros: ‘Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza’. En ese momento, sabrás sin duda que esta carne ordinaria que ha hablado tantas palabras es realmente el segundo Dios encarnado. Y sentirás realmente cuán bendecido eres, y te sentirás el más afortunado. ¿No deseas a aceptar esta bendición?” (“Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios”).

martes, 14 de mayo de 2019

Juicio Final|El Señor Jesús ya redimió a la humanidad en la era de la gracia y ya no se consideran pecado aquellos pecados que fueron perdonados a la gente. ¿Por qué habría de acometer Dios la obra de juicio y purificación en los últimos días?


Versículos bíblicos como referencia:
[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45).
“[…] sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48).
Palabras clásicas de Dios:
Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] esta es más profunda que el pecado, plantada por Satanás y profundamente arraigada dentro del hombre. No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante”.
de “El misterio de la encarnación (4)”
Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios”.
de “Acerca de los apelativos y la identidad”
Los pecados del hombre podían ser perdonados por medio de una ofrenda por el pecado, pero el hombre ha sido incapaz de resolver el problema de cómo no pecar más y cómo poder desechar completamente su naturaleza pecaminosa y ser transformado. Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. […] Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. […] Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda”.
de “El misterio de la encarnación (4)”
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
Recomendación: Reflexiones Cristianas