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jueves, 29 de abril de 2021

Predicciones en la Biblia - El enfoque correcto para las profecías bíblicas


Las profecías tratan sobre cosas que no han ocurrido todavía, pero de las que Dios ya nos ha hablado. Algunas de ellas son signos que les dio a los profetas para que escribieran sobre ellas, como por ejemplo en los libros de Isaías y Daniel. Algunas de ellas fueron entregadas a personas directamente por Dios en la carne, como las profecías del Señor Jesús sobre los últimos días. La manera en la que se cumple una profecía concretamente no es algo que podamos comprender los seres humanos. Lo que quiero expresar aquí es que todos sabemos que las profecías no son algo que las personas puedan entender completamente, pero muchos todavía intentan utilizar sus propias ideas e imaginaciones cuando contemplan las profecías bíblicas. Predican sin limitación alguna basándose en el significado literal de las profecías. Este es un problema muy grave. No solamente pueden causar así daños a los demás, sino que además pueden confundirles de manera en que llegan a perder la salvación de Dios o incluso a resistirse a Dios.

Como en la Era de la Ley, los fariseos de la fe judía conocían bien la ley y estaban bien instruidos en la Biblia, en particular en lo que concernía al advenimiento del Mesías. El Libro de Isaías profetiza: “Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” (Isaías 7:14). “Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6). El Libro de Miqueas profetiza: “Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2). Aun así, los fariseos siguieron confiando en sus propias ideas e imaginaciones para interpretar el significado de estas escrituras. Creían que Aquel que estaba por venir sería llamado Mesías y sería su Señor, que sería majestuoso, exaltado, y que les salvaría del dominio de los romanos. Sin embargo, las profecías se cumplieron de manera completamente diferente a lo que ellos imaginaron. Se había profetizado que una virgen daría a luz a un hijo, pero los fariseos vieron que el Señor Jesús tenía una madre y un padre. Estaba profetizado que se llamaría Emmanuel, pero el que vino se llamó Jesús. Se profetizó que el Mesías tomaría el poder, pero el Señor Jesús no sólo no los llevó a derrotar al régimen romano, como ellos imaginaron, sino que además les enseñó a amar a sus enemigos, a perdonar y a ser tolerantes. El Señor Jesús también parecía ser una persona común en apariencia exterior, no tenía una imagen ensalzada ni una presentación extraordinaria… Por eso, los fariseos concluyeron que el Señor Jesús no era el Mesías que estaban esperando. Se aferraron a las palabras de las profecías y no buscaron humildemente lo que el Señor Jesús predicó. Sabían bien que Sus palabras tenían autoridad, pero no las aceptaron, sino que blasfemaron y calumniaron contra Él en todo, incitando a la gente a rechazar al Señor Jesús. Al final, lo crucificaron, cometiendo el pecado más atroz.

Está claro que, cuando observamos las profecías, no podemos delimitar en absoluto cómo se cumplen basándonos en nuestras concepciones. Como dijo Pedro el Apóstol: “Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones. Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios” (2 Pedro 1:19-21). Las palabras de Pedro nos aclaran que las profecías vienen de Dios y la actitud correcta hacia ellas es observar, esperar y buscar. No debemos interpretarlas según nuestro conocimiento. De esa manera, aunque una profecía se haya cumplido, lo negaríamos porque nos estaríamos aferrando a su significado literal.

Entonces, ¿cómo debemos tratar las profecías en la actualidad? La Biblia predijo: “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). Basándose en este versículo de la Biblia muchas personas creen que el Señor descenderá en una nube y si no ven al Señor en una nube pensarán que no ha regresado. Entonces no prestarán atención al hecho de que la Biblia también profetizó: “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). ¿No será fácil perderse el advenimiento del Señor? La Biblia dice: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿quien ha conocido la mente del Señor?, ¿o quien llego a ser su consejero?, ¿o quien le ha dado a El primero para que se le tenga que recompensar? Porque de El, por El y para El son todas las cosas […]” (Romanos 11:33-36). Eso es cierto. ¿Quién de nosotros puede comprender las obras de Dios? Confiamos en nuestras imaginaciones cuando observamos las profecías del retorno del Señor en los últimos días. Delimitamos Su advenimiento y si no se conforma a nuestras nociones nos negamos a aceptarlo e incluso nos resistimos a Él y lo condenamos. ¿No es esto arrogante e irracional?

Hace dos mil años, el Señor Jesús terminó la obra de la Era de la Ley y comenzó la obra de la Era de la Gracia, pero los fariseos judíos no la aceptaron. Utilizaron el significado literal de las profecías y confiaron en sus nociones e imaginaciones para condenar la obra del Señor Jesús, causando una gran tragedia en la historia. En este momento crítico de darle la bienvenida al advenimiento del Señor no podemos seguir los pasos de esos fariseos; no podemos pensar en el retorno del Señor a través de nuestras nociones e imaginaciones. Jehová dijo: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos […] Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9). El Señor Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). La sabiduría de Dios es inalcanzable, y como cristianos, debemos mantener un corazón reverente ante Dios cuando consideramos las profecías del regreso del Señor. Sólo si buscamos y oramos, podemos entender el verdadero significado de las profecías, darle la bienvenida al retorno del Señor Jesús, y alcanzar la salvación de Dios de los últimos días.

By Qianhe, China

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Fuente: Estudiar la Biblia

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

sábado, 6 de febrero de 2021

...... ¿No es esto añadir algo a la Biblia?


Dais testimonio de que La Palabra manifestada en carne contiene las nuevas palabras de Dios, pero el Libro del Apocalipsis declara de manera explícita: “Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18). ¿No es esto añadir algo a la Biblia?

Versículos bíblicos como referencia:

“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido” (Apocalipsis 2:17).

“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido. Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos” (Apocalipsis 5:1-5).

Las palabras relevantes de Dios:

Lo que consta en la Biblia es limitado e incapaz de representar la totalidad de la obra de Dios. Los Cuatro Evangelios tienen, en conjunto, menos de cien capítulos, en los cuales está escrito un número limitado de sucesos, como cuando Jesús maldijo a la higuera, las tres veces que Pedro negó al Señor, la aparición de Jesús a los discípulos después de Su crucifixión y resurrección, la enseñanza sobre el ayuno, la enseñanza sobre la oración, la enseñanza sobre el divorcio, el nacimiento y la genealogía de Jesús, la elección de los discípulos por parte de Jesús, etc. Sin embargo, el hombre los valora como tesoros, comparando, incluso, la obra actual con ellos. Incluso creen que toda la obra que Jesús llevó a cabo en Su vida no fue tanta, como si Dios solo fuera capaz de hacer algunas cosas y nada más. ¿No es esto absurdo?

Extracto de ‘El misterio de la encarnación (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si deseas ver la obra de la Era de la Ley y cómo siguieron los israelitas el camino de Jehová, debes leer el Antiguo Testamento; si deseas entender la obra de la Era de la Gracia, debes leer el Nuevo Testamento. Sin embargo, ¿cómo ves la obra de los últimos días? Debes aceptar el liderazgo del Dios de hoy y entrar en la obra de hoy, porque esta es la nueva obra y nadie la ha registrado anteriormente en la Biblia. Hoy, Dios se ha hecho carne y ha seleccionado a otros escogidos en China. Él obra en estas personas, continúa Su obra en la tierra y continúa la obra de la Era de la Gracia. La obra de hoy es una senda por la que el hombre nunca ha caminado, y es un camino que nadie ha visto jamás. Es una obra que nunca se ha llevado a cabo antes; es la obra más reciente de Dios en la tierra. Así pues, la obra que nunca se ha realizado antes no es historia, porque el ahora es el ahora, y aún no se ha convertido en pasado. Las personas no saben que Dios ha llevado a cabo una obra mayor y más nueva en la tierra y fuera de Israel, que ya ha ido más allá del ámbito de Israel, así como de la predicción de los profetas; que es una obra nueva y maravillosa fuera de las profecías, y una obra más nueva más allá de Israel; una obra que las personas no pueden percibir ni imaginar. ¿Cómo podría contener la Biblia registros explícitos de tal obra? ¿Quién podría haber registrado cada fragmento de la obra de hoy, sin omisión y de antemano? ¿Quién podría haber registrado en aquel viejo libro enmohecido esta obra más poderosa y sabia que desafía las convenciones? La obra de hoy no es historia, y, por tanto, si deseas caminar por la nueva senda de hoy, debes apartarte de la Biblia, ir más allá de los libros de profecía o historia que están en ella. Solo entonces serás capaz de caminar por la nueva senda apropiadamente, y solo entonces serás capaz de entrar en el nuevo ámbito y en la nueva obra. Debes entender por qué hoy se te pide que no leas la Biblia, por qué hay otra obra independiente de ella, por qué Dios no busca una práctica más nueva y detallada en ella, y por qué hay, en su lugar, una obra más poderosa fuera de ella. Esto es todo lo que deberíais entender. Debes conocer la diferencia entre la obra antigua y la nueva, y, aunque no leas la Biblia, tienes que ser capaz de diseccionarla; si no, seguirás adorándola, y te será difícil entrar en la nueva obra y pasar por nuevos cambios. Ya que hay un camino más elevado, ¿por qué estudiar ese, que es más bajo y obsoleto? Ya que hay declaraciones más nuevas y una obra más nueva, ¿por qué vivir entre viejos registros históricos? Las nuevas declaraciones pueden proveer para ti, lo que demuestra que esta es la nueva obra; los viejos registros no pueden saciarte ni satisfacer tus necesidades actuales, y esto prueba que son historia, y no la obra de aquí y ahora. El camino más elevado es la obra más nueva, y con ella, por muy alto que fuera el camino del pasado, sigue siendo la historia de las reflexiones de las personas; independientemente de su valor como referencia, sigue siendo el camino antiguo. Aunque se registra en el “libro sagrado”, el camino antiguo es historia; aunque no hay constancia del mismo en el “libro sagrado”, el nuevo camino es del aquí y el ahora. Este camino puede salvarte y cambiarte, porque es la obra del Espíritu Santo.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

La obra de Jesús sólo tuvo lugar por causa de la redención del hombre y la crucifixión, por tanto, Él no tenía necesidad de hablar más palabras para conquistar a ningún hombre. Mucho de lo que enseñó salió de las palabras de las Escrituras, y aunque Su obra no las hubiera superado, todavía pudo cumplir la obra de la crucifixión. La suya no era una obra de palabra ni se realizó para conquistar a la humanidad, sino para redimirla. Él sólo actuó como ofrenda por el pecado para la humanidad, y no como la fuente de la palabra para ella. No llevó a cabo la obra de los gentiles, que era la de conquistar al hombre, sino la de la crucifixión, llevada a cabo entre quienes creían que había un Dios. Aunque Su obra se realizó sobre el fundamento de las Escrituras, y aunque usó lo predicho por los antiguos profetas para condenar a los fariseos, esto fue suficiente para completar la obra de la crucifixión. Si la obra de hoy aún se llevara a cabo basándose en las predicciones de los antiguos profetas en las Escrituras, sería imposible conquistaros, porque el Antiguo Testamento no contiene relatos de vuestra desobediencia y vuestros pecados, pueblo chino; no hay historia de vuestros pecados. Por consiguiente, si esta obra permaneciese en la Biblia, nunca cederíais. La Biblia sólo registra una historia limitada de los israelitas, y la misma es incapaz de establecer si sois malos o buenos, o de juzgaros. Imaginad que Yo tuviera que juzgaros de acuerdo a la historia de los israelitas; ¿continuaríais siguiéndome como lo hacéis hoy? ¿Sabéis lo difíciles que sois? Si no se hablaran palabras durante esta etapa, sería imposible completar la obra de conquista. Como no he venido a ser clavado en la cruz, debo hablar palabras que son independientes de la Biblia, a fin de que podáis ser conquistados.

Extracto de ‘La visión de la obra de Dios (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Las palabras habladas por Dios en esta era son distintas de las que pronunció durante la Era de la Ley y también difieren de las que profirió durante la Era de la Gracia, en la que Dios no llevó a cabo la obra de la palabra, sino que se limitó a describir la crucifixión para redimir a toda la humanidad. La Biblia solo describe la razón por la cual Jesús debía ser crucificado, y el sufrimiento al que fue sometido en la cruz, y cómo el hombre debía ser crucificado para Dios. Durante aquella era, la totalidad de la obra realizada por Dios se centró en la crucifixión. Durante la Era del Reino, Dios encarnado pronuncia palabras para conquistar a todos los que creen en Él. Esto es “la Palabra que aparece en la carne”. Dios ha venido durante los últimos días para llevar a cabo esta obra; es decir, ha venido a manifestar el significado práctico de la Palabra que aparece en la carne. Él sólo pronuncia palabras y rara vez se producen hechos. Esto es la esencia misma de la Palabra que aparece en la carne, y cuando Dios encarnado pronuncia Sus palabras, es la aparición de la Palabra en la carne y la Palabra que se hace carne. “En el comienzo existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios, y la Palabra se hizo carne”.* Esto (la obra de la aparición de la Palabra en la carne) es la obra que Dios llevará a cabo en los últimos días, y es el capítulo final de la totalidad de Su plan de gestión; así, Dios tiene que venir a la tierra y manifestar Sus palabras en la carne. Lo que se hace hoy, lo que se hará en el futuro, lo que Dios realizará, el destino final del hombre, los que serán salvos, los que serán destruidos, etcétera, toda esta obra que debe realizarse al final se ha expuesto con claridad, y su propósito es manifestar el significado práctico de la Palabra que aparece en la carne. Los decretos administrativos y la constitución que se emitieron anteriormente, los que serán destruidos, los que entrarán en el reposo, todas esas palabras deben cumplirse. Se trata de la obra realizada por el Dios encarnado principalmente durante los últimos días. Él hace que las personas comprendan adónde pertenecen los que fueron predestinados por Dios, y adónde pertenecen los que no son predestinados por Él; cómo serán clasificados Su pueblo y Sus hijos, lo que le ocurrirá a Israel y lo que le ocurrirá a Egipto. En el futuro, cada una de estas palabras se cumplirá. El ritmo de la obra de Dios se va acelerando. Dios usa la palabra como el medio para revelarle al hombre lo que se ha de realizar en cada era, lo que el Dios encarnado ha de llevar a cabo durante los últimos días y el ministerio que Él realizará, y todas estas palabras tienen el propósito de manifestar el significado real de la Palabra que aparece en la carne.

Extracto de ‘Todo se logra por la palabra de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

En la Era del Reino, Dios usa las palabras para iniciar la nueva era, para cambiar los medios por los cuales Él obra y para llevar a cabo la obra de la era entera. Este es el principio por el cual Dios obra en la Era de la Palabra. Él se hizo carne para hablar desde diferentes perspectivas, de modo que el hombre pudiera ver realmente a Dios —quien es la Palabra manifestada en la carne—, y para que pudiera contemplar Su sabiduría y Su maravilla. Este tipo de obra se realiza para lograr mejor los objetivos de conquistar al hombre, perfeccionarlo y descartarlo, que es el verdadero significado del uso de las palabras para obrar en la Era de la Palabra. A través de estas palabras, las personas llegan a conocer la obra de Dios, Su carácter, la sustancia del hombre y aquello en lo que el hombre debe entrar. A través de las palabras, la obra que Dios desea llevar a cabo en la Era de la Palabra fructifica en su totalidad. A través estas palabras, las personas son expuestas, descartadas y probadas. Las personas han visto las palabras de Dios, han oído estas palabras y han reconocido su existencia. Como resultado, han llegado a creer en la existencia de Dios, en Su omnipotencia y sabiduría, así como en el amor de Dios por el hombre y Su deseo de salvarlo. El término “palabras” puede ser sencillo y corriente, pero las palabras procedentes de la boca del Dios encarnado sacuden el universo, transforman el corazón de las personas, transforman sus nociones y su antiguo carácter, y la apariencia que el mundo entero solía tener. A lo largo de las eras, solo el Dios de la actualidad ha obrado de esta manera, y solo Él habla así y viene a salvar al hombre de ese modo. A partir de este momento, el hombre vive bajo la guía de las palabras de Dios, y es pastoreado y provisto por Sus palabras. La gente vive en el mundo de las palabras de Dios, entre las maldiciones y bendiciones de Sus palabras, y hay incluso más personas que han llegado a vivir bajo el juicio y el castigo de las mismas. Todas estas palabras y esta obra son en aras de la salvación del hombre, en aras del cumplimiento de la voluntad de Dios y en aras de cambiar el aspecto original del mundo de la antigua creación. Dios creó el mundo utilizando palabras, guía a las personas en todo el universo utilizando palabras, y las conquista y las salva utilizando palabras. Al final, Él utilizará palabras para llevar a la totalidad del mundo antiguo a su fin, completando, así, todo Su plan de gestión.

Extracto de ‘La Era del Reino es la Era de la Palabra’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si las personas permanecen ancladas en la Era de la Gracia, nunca se liberarán de su carácter corrupto, y, mucho menos, conocerán el carácter inherente de Dios. Si las personas viven siempre en medio de una gracia abundante pero no tienen el camino de vida que les permita conocer o satisfacer a Dios, entonces nunca lo obtendrán verdaderamente en su creencia en Él. Este tipo de creencia es, sin duda, deplorable. Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada paso de la obra de Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que los deseos que has tenido durante muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que es hasta ahora que has visto realmente a Dios cara a cara, que hasta ahora has contemplado Su rostro, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra y percibido, verdaderamente, cuán real y todopoderoso es Él. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas en tiempos pasados nunca han visto o poseído. En este momento, sabrás claramente qué es creer en Dios y qué es cumplir con Su voluntad. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y, en última instancia, serás declarado culpable de oponerte a Dios. Los que son capaces de obedecer la verdad y someterse a la obra de Dios serán reclamados bajo el nombre del segundo Dios encarnado: el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la guía personal de Dios, obtendrán verdades mayores y más elevadas, además de vida real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: “Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza” (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de la totalidad del carácter de Dios, y la expresión de la totalidad de Su carácter es también la expresión de la obra de Dios en Su presente encarnación. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del hombre expresa Su carácter inherente por medio de declaraciones, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del hombre, que es un fiel retrato del rostro del Hijo del hombre visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando el lenguaje humano, y, por tanto, Dios usa los medios por los que expresa Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han apreciado el carácter inherente del Hijo del hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede ser articulado plenamente usando el lenguaje humano. Una vez que el hombre haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del hombre entre los candeleros: “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza”.

Extracto de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si quiere saber más, haga clic aquí: Apocalipsis profecías

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

miércoles, 20 de enero de 2021

“Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18)


Dais testimonio de que La Palabra manifestada en carne contiene las nuevas palabras de Dios, pero el Libro del Apocalipsis declara de manera explícita: “Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18). ¿No es esto añadir algo a la Biblia?


Versículos bíblicos como referencia:

“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido” (Apocalipsis 2:17).

“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido. Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos” (Apocalipsis 5:1-5).

Las palabras relevantes de Dios:

Todo lo que se registra en la Biblia es limitado e incapaz de representar la totalidad de la obra de Dios. Los Cuatro Evangelios tienen, en conjunto, menos de cien capítulos, en los cuales está escrito un número limitado de sucesos, como cuando Jesús maldijo a la higuera, las tres veces que Pedro negó al Señor, la aparición de Jesús a los discípulos después de Su crucifixión y resurrección, la enseñanza sobre el ayuno, la enseñanza sobre la oración, la enseñanza sobre el divorcio, el nacimiento y la genealogía de Jesús, la elección de los discípulos por parte de Jesús, etc. Sin embargo, el hombre los valora como tesoros, comparando, incluso, la obra actual con ellos. Incluso creen que toda la obra que Jesús llevó a cabo en Su vida no fue tanta, como si Dios solo fuera capaz de hacer algunas cosas y nada más. ¿No es esto absurdo?

Extracto de ‘El misterio de la encarnación (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si deseas ver la obra de la Era de la Ley, y cómo siguieron los israelitas el camino de Jehová, debes leer el Antiguo Testamento; si deseas entender la obra de la Era de la Gracia, debes leer el Nuevo Testamento. ¿Pero cómo ves la obra de los últimos días? Debes aceptar el liderazgo del Dios de hoy, y entrar en la obra de hoy, porque esta es la nueva obra, y nadie la ha registrado anteriormente en la Biblia. Hoy, Dios se ha hecho carne y ha seleccionado a otros escogidos en China. Él obra en estas personas, continúa Su obra en la tierra, y continúa la obra de la Era de la Gracia. La obra de hoy es una senda por la que el hombre nunca ha caminado, y que nadie ha visto jamás. Es una obra que nunca se ha hecho antes; es la obra más reciente de Dios en la tierra. Así pues, la obra que nunca se ha hecho antes no es historia, porque ahora es ahora, y aún no se ha convertido en pasado. Las personas no saben que Dios ha hecho una obra mayor y más nueva en la tierra, y fuera de Israel, que ya ha ido más allá del ámbito de Israel, así como de la predicción de los profetas, que es una obra nueva y maravillosa fuera de las profecías, y una obra más nueva más allá de Israel, que las personas no pueden percibir ni imaginar. ¿Cómo podría contener la Biblia registros explícitos de tal obra? ¿Quién podría haber registrado cada pedazo de la obra de hoy, sin omisión, de antemano? ¿Quién podría haber registrado esta obra más poderosa y sabia, que desafía a las convenciones en el viejo libro enmohecido? La obra de hoy no es historia, y como tal, si deseas caminar por la nueva senda de hoy, debes salir de la Biblia, ir más allá de los libros de profecía o historia en ella. Sólo entonces serás capaz de caminar por la nueva senda apropiadamente, y sólo entonces serás capaz de entrar en la nueva esfera y en la nueva obra. Debes entender por qué hoy se te pide que no leas la Biblia, por qué hay otra obra independiente de ella, por qué Dios no busca una práctica más nueva y detallada en ella, por qué hay en su lugar una obra más poderosa fuera de ella. Esto es todo lo que deberíais entender. Debes conocer la diferencia entre la obra antigua y la nueva, y aunque no leas la Biblia, tienes que ser capaz de diseccionarla; si no, seguirás adorándola, y te será difícil entrar en la nueva obra y pasar por nuevos cambios. Si hay un camino más elevado, ¿por qué estudiar ese más bajo y obsoleto? Si hay declaraciones y una obra más nuevas, ¿por qué vivir entre viejos relatos históricos? Las nuevas declaraciones pueden proveer para ti, lo que demuestra que esta es la nueva obra; los viejos relatos no pueden saciarte ni satisfacer tus necesidades actuales, y esto significa que son historia, y no la obra del aquí y ahora. El camino más elevado es la obra más nueva, y con ella, por muy alto que fuera el camino del pasado, sigue siendo la historia de las reflexiones de las personas; independientemente de su valor como referencia, sigue siendo el camino antiguo. Aunque se registra en el “libro sagrado”, el camino antiguo es historia; aunque no hay constancia del mismo en el “libro sagrado”, el nuevo camino es del aquí y el ahora. Este puede salvarte y cambiarte, porque es la obra del Espíritu Santo.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

La obra de Jesús sólo tuvo lugar por causa de la redención del hombre y la crucifixión, por tanto, Él no tenía necesidad de hablar más palabras para conquistar a ningún hombre. Mucho de lo que enseñó salió de las palabras de las Escrituras, y aunque Su obra no las hubiera superado, todavía pudo cumplir la obra de la crucifixión. La suya no era una obra de palabra ni se realizó para conquistar a la humanidad, sino para redimirla. Él sólo actuó como ofrenda por el pecado para la humanidad, y no como la fuente de la palabra para ella. No llevó a cabo la obra de los gentiles, que era la de conquistar al hombre, sino la de la crucifixión, llevada a cabo entre quienes creían que había un Dios. Aunque Su obra se realizó sobre el fundamento de las Escrituras, y aunque usó lo predicho por los antiguos profetas para condenar a los fariseos, esto fue suficiente para completar la obra de la crucifixión. Si la obra de hoy aún se llevara a cabo basándose en las predicciones de los antiguos profetas en las Escrituras, sería imposible conquistaros, porque el Antiguo Testamento no contiene relatos de vuestra desobediencia y vuestros pecados, pueblo chino; no hay historia de vuestros pecados. Por consiguiente, si esta obra permaneciese en la Biblia, nunca cederíais. La Biblia sólo registra una historia limitada de los israelitas, y la misma es incapaz de establecer si sois malos o buenos, o de juzgaros. Imaginad que Yo tuviera que juzgaros de acuerdo a la historia de los israelitas; ¿continuaríais siguiéndome como lo hacéis hoy? ¿Sabéis lo difíciles que sois? Si no se hablaran palabras durante esta etapa, sería imposible completar la obra de conquista. Como no he venido a ser clavado en la cruz, debo hablar palabras que son independientes de la Biblia, a fin de que podáis ser conquistados.

Extracto de ‘La visión de la obra de Dios (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Las palabras habladas por Dios en esta era son distintas de las que pronunció durante la Era de la Ley y también difieren de las que dijo durante la Era de la Gracia, en la que Dios no hizo la obra de la palabra, sino que se limitó a describir la crucifixión para redimir a toda la humanidad. La Biblia sólo describe la razón por la cual Jesús debía ser crucificado, y el sufrimiento al que fue sometido en la cruz, y cómo el hombre debería ser crucificado para Dios. Durante aquella era, toda la obra realizada por Dios se centró en torno a la crucifixión. Durante la Era del Reino, el Dios encarnado pronuncia palabras para conquistar a todos los que creen en Él. Esto es “la Palabra que aparece en la carne”; Dios ha venido durante los últimos días para hacer esta obra, lo que significa que ha venido a efectuar el significado práctico de la Palabra que aparece en la carne. Él sólo habla palabras y rara vez se producen hechos. Es la esencia misma de la Palabra que aparece en la carne y cuando el Dios encarnado pronuncia Sus palabras, es la aparición de la Palabra en la carne y la Palabra que se hizo carne. “En el comienzo existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios, y la Palabra se hizo carne”.* Esto (la obra de la aparición de la Palabra en la carne) es la obra que Dios llevará a cabo en los últimos días, y es el capítulo final de todo Su plan de gestión; así, Dios tiene que venir a la tierra y manifestar Sus palabras en la carne. Lo que se hace hoy, lo que se hará en el futuro, lo que Dios perfeccionará, el destino final del hombre, los que serán salvos, los que serán destruidos, etc., toda esta obra que debe realizarse al final se ha declarado con toda claridad, y su total propósito es realizar el significado práctico de la Palabra que aparece en la carne. Los decretos administrativos y la constitución que se emitieron anteriormente, los que serán destruidos, los que entrarán en el reposo, todas esas palabras deben cumplirse. Es la obra realizada por el Dios encarnado principalmente durante los últimos días. Él hace que las personas comprendan adónde pertenecen los que fueron predestinados por Dios, y adónde pertenecen los que no son predestinados por Él; cómo serán clasificados Su pueblo y Sus hijos, lo que le ocurrirá a Israel y a Egipto. En el futuro, cada una de esas palabras se cumplirá. El ritmo de la obra de Dios se va acelerando. Dios usa la palabra como medio para revelarle al hombre lo que se debe hacer en cada era, lo que el Dios encarnado debe hacer durante los últimos días, y el ministerio que Él llevará a cabo; y todas estas palabras tienen el propósito de lograr el significado real de la Palabra que aparece en la carne.

Extracto de ‘Todo se realiza por la palabra de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

En la Era del Reino, Dios usa las palabras para iniciar la nueva era, para cambiar los medios por los cuales Él obra y para llevar a cabo la obra de la era entera. Este es el principio por el cual Dios obra en la Era de la Palabra. Él se hizo carne para hablar desde diferentes perspectivas, de modo que el hombre pudiera ver realmente a Dios —quien es la Palabra manifestada en la carne—, y para que pudiera contemplar Su sabiduría y Su maravilla. Este tipo de obra se realiza para lograr mejor los objetivos de conquistar al hombre, perfeccionar al hombre y eliminar al hombre, que es el verdadero significado del uso de las palabras para obrar en la Era de la Palabra. A través de estas palabras, las personas llegan a conocer la obra de Dios, el carácter de Dios, la esencia del hombre y aquello en lo que el hombre debe entrar. A través de las palabras, la obra que Dios desea llevar a cabo en la Era de la Palabra fructifica en su totalidad. A través estas palabras, las personas son expuestas, eliminadas y probadas. Las personas han visto las palabras de Dios, han oído estas palabras y han reconocido su existencia. Como resultado, han llegado a creer en la existencia de Dios, en la omnipotencia y la sabiduría de Dios, así como en el amor de Dios por el hombre y Su deseo de salvarlo. La palabra “palabras” puede ser sencilla y ordinaria, pero las palabras procedentes de la boca del Dios encarnado sacuden al universo, transforman el corazón de las personas, transforman sus nociones y su antiguo carácter, y la apariencia que el mundo entero solía tener. A lo largo de las eras, sólo el Dios de la actualidad ha obrado de esta manera, y sólo Él habla así y viene a salvar al hombre de ese modo. A partir de este momento, el hombre vive bajo la guía de las palabras de Dios, y es pastoreado y provisto por Sus palabras. La gente vive en el mundo de las palabras de Dios, y hay incluso más personas que han llegado a vivir bajo el juicio y el castigo de Sus palabras. Todas estas palabras y esta obra son en aras de la salvación del hombre, en aras del cumplimiento de la voluntad de Dios y en aras de cambiar el aspecto original del mundo de la antigua creación. Dios creó el mundo utilizando las palabras, guía a las personas en todo el universo utilizando las palabras, y las conquista y las salva utilizando las palabras. Al final, Él utilizará las palabras para llevar a la totalidad del mundo antiguo a su fin, completando, así, la totalidad de Su plan de gestión.

Extracto de ‘La Era del Reino es la Era de la Palabra’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si las personas permanecen ancladas en la Era de la Gracia, nunca se liberarán de su carácter corrupto, por no decir que nunca conocerán el carácter inherente de Dios. Si las personas viven siempre en medio de una abundancia de gracia pero no tienen el camino de vida que les permita conocer o satisfacer a Dios, entonces nunca lo obtendrán verdaderamente en su creencia en Él. Este tipo de creencia es sin duda deplorable. Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada etapa de la obra del Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que los deseos que has tenido durante muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que sólo ahora has visto realmente a Dios cara a cara; sólo ahora has mirado Su semblante, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra, y sentido realmente cuán real y todopoderoso es. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas en tiempos pasados nunca han visto o poseído. En esta ocasión, sabrás claramente qué es creer en Dios, y qué es conformarse a Su voluntad. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado, y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y en última instancia serás declarado culpable de oponerte a Dios. Los que son capaces de obedecer la verdad y someterse a la obra de Dios serán reclamados bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, ganarán más verdad y más elevada, además de vida real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: “Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza” (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y es también la expresión de la obra de Dios en Su presente encarnación. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del hombre expresa Su carácter inherente por medio de declaraciones, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del hombre, que es un fiel retrato del rostro del Hijo del hombre visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando el lenguaje humano, y por tanto Dios usa los medios por los que Él expresa Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han apreciado el carácter inherente del Hijo del hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando el lenguaje humano. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del hombre entre los candeleros: “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas. En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza”.

Extracto de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”

Recomendación: La segunda venida de Cristo

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

domingo, 1 de noviembre de 2020

¿Puede representar la Biblia al Señor?


Por Xiang Wang, Malasia

Dios Todopoderoso dice: “Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, apoyo y provisión de la verdad, sólo recibirás letras, doctrinas y, además, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las doctrinas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios habla en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar” (“La Palabra manifestada en carne”). En mi fe solía atenerme al sentido literal de la Biblia, creyendo que la Biblia representaba al Señor y era la única vía para recibir la vida. Gracias a las palabras de Dios vi que esas solo eran mis nociones y fantasías. Dios es la única verdad y fuente de la vida humana. La Biblia es un mero relato de la obra de Dios y no puede sustituir a Su obra y Sus palabras actuales. Si como creyentes únicamente acatamos las palabras de la Biblia y no seguimos las huellas de Dios ni aceptamos las verdades que expresa Dios en los últimos días, creeremos hasta el final sin recibir la verdad y la vida.

Un día del verano de 2017, un colaborador me dijo seriamente: “Creo que tu madre está en contacto con el Relámpago Oriental. Mantente alerta. Su camino no sigue la Biblia, sino que la trasciende”. Me costaba creerlo. Mi madre era diaconisa de la iglesia y tenía una sólida base bíblica. ¿Cómo era posible que estuviera en contacto con el Relámpago Oriental? Estaba muy nerviosa, así que decidí volver corriendo a casa a comprobarlo.

Cuando llegué, mi madre me dijo que el Señor Jesús había regresado, que estaba expresando muchas palabras y realizando la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios. Me aconsejó que estudiara la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Le respondí: “El pastor siempre dice que Dios inspiró la Biblia, que toda ella es palabra de Dios. Creemos en el Señor, lo que implica creer en la Biblia. Lo demás no es tener fe en el Señor. El camino del Relámpago Oriental trasciende la Biblia y se ha apartado del camino del Señor. Deja de tener contacto con ellos”. Pero mi madre me dijo sosegadamente: “Hace unos días que me reúno con miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso y he aprendido algunas verdades. Me han aclarado mucha confusión que he tenido en mi fe. Lo que comparten tiene luz. Tiene la guía y el esclarecimiento del Espíritu Santo. Son cosas de las que nunca habla el pastor. Mis reuniones con ellos me resultan muy amenas y de gran sustento. Recibir el regreso del Señor no es poca cosa. Primero, lee las palabras de Dios Todopoderoso y escucha lo que comparten los hermanos y hermanas”. En vista de su insistencia, no dije nada más. Me fui a mi cuarto y reflexioné con calma sobre lo que había dicho. Tenía razón. Estaba juzgando el Relámpago Oriental a la ligera sin escucharlos primero. No era sensato, pero luego pensé: “El pastor siempre afirma que todo lo que contiene la Biblia fue inspirado por Dios, que ese es el fundamento de nuestra fe. También él tiene razón”. Estaba llena de emociones encontradas y no sabía a quién hacer caso. Oré al Señor para pedirle que me guiara para saber distinguir el bien del mal.

Al día siguiente, mi madre me volvió a decir que debía estudiar la obra de Dios Todopoderoso. También que, si perdía esta oportunidad de recibir al Señor, sería demasiado tarde para arrepentirme. Pensé: “Supongo que puedo ir nada más que a ver qué predican para poder determinar si realmente Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús”. Acepté escuchar sus enseñanzas. En una reunión, el hermano Yang, de la Iglesia de Dios Todopoderoso, habló del plan de gestión de Dios, de 6000 años, para salvar a la humanidad, de cómo Satanás corrompe a la gente y Dios obra paso a paso la salvación de la humanidad. Nunca antes había oído unas enseñanzas tan esclarecedoras. Me atraían cada vez más. Decidí que debía estudiar el Relámpago Oriental.

Una vez, en una reunión, le pregunté al hermano Yang: “El pastor siempre señala que toda la Biblia fue inspirada por Dios y que todo lo que contiene es Su palabra; entonces, ¿por qué dices que no toda ella es palabra de Dios, sino que también contiene palabras del hombre?”. Me respondió pacientemente: “Muchas personas religiosas creen que toda la Biblia fue inspirada por Dios, que toda ella es palabra de Dios, pero nunca se ha investigado si realmente está basada en la palabra de Dios. De hecho, el Espíritu Santo jamás ha dicho eso, ni tampoco lo ha hecho el Señor Jesús ni está escrito en los libros de profecías. ‘Toda Escritura es inspirada por Dios’ es una afirmación de Pablo. Pablo solo era una persona normal, por lo que sus palabras no eran la verdad. Si no investigamos los hechos, sino que determinamos a ciegas que toda la Biblia es palabra de Dios basándonos en esa afirmación, ¿no sería una arbitrariedad? Lo cierto es que, en parte, los libros de profecías fueron inspirados por Dios, son Sus palabras. Se indica claramente con ‘así habló Jehová’, ‘Jehová me habló diciendo’ o ‘la visión de Isaías’, etc. Las palabras del hombre conforman el resto y, en general, son relatos del hombre sobre la obra de Dios. ¿No es confuso y engañoso que digamos sin fundamento que las palabras del hombre en la Biblia fueron inspiradas por Dios, que son palabra de Dios? El Nuevo Testamento, aparte de las palabras del Señor Jesús y de las profecías del Apocalipsis, contiene, mayormente, las epístolas de los discípulos y apóstoles a las iglesias, que son experiencias y conocimientos del hombre. Hay esclarecimiento del Espíritu Santo en estas cosas y concuerdan con la verdad. Son edificantes, pero, no obstante, son las palabras del hombre. ¿Cómo podríamos considerarlas palabra de Dios o inspiradas por Dios? Dios es la verdad, el camino y la vida. Únicamente Él puede expresar la verdad. Ningún ser humano puede expresar la palabra de Dios ni la verdad. Dios es Dios y el hombre es el hombre. Las palabras del hombre y las de Dios nunca pueden estar al mismo nivel. Si se consideran las palabras del hombre, de Pablo, en la Biblia como palabra de Dios, ¡eso es una blasfemia! Por ello, la idea de que toda la Biblia fue inspirada por Dios y es Su palabra es una mera interpretación humana absurda. No tiene fundamento”.

Estaba de acuerdo con el hermano Yang. Sin duda, en la Biblia hay palabras del hombre, no solo de Dios, pero no podía aceptarlo del todo inmediatamente. Pensé: “El mundo religioso al completo cree que Dios inspiró la totalidad de la Biblia. ¿Acaso están todos ellos equivocados?”. Oré a Dios en silencio: “Oh, Señor, si es cierto que no todo el contenido de la Biblia provino de Ti, te ruego esclarecimiento y guía para entenderlo”.

El hermano Yang prosiguió: “Si la Biblia hubiera sido íntegramente inspirada por Dios, no debería haber el más mínimo error en toda ella, pero en realidad hay unos cuantos. Por ejemplo, el ascenso al trono de Joaquín. 2 Crónicas 36:9 dice: ‘Joaquín tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén’. 2 Reyes 24:8 señala: ‘Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén’. Ambos versículos relatan que Joaquín reinó, pero uno dice ‘ocho’, mientras el otro indica ‘dieciocho’. Uno afirma que reinó tres meses y diez días, pero el otro dice que reinó tres meses. También tenemos en los cuatro Evangelios el relato de cuando Pedro negó al Señor. Mateo 26:75 dice: ‘Antes que el gallo cante, me negarás tres veces’. Sin embargo, Marcos 14:72 afirma: ‘Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces’. Es el mismo suceso, pero hay claras discrepancias en la temporización. Es evidente que algunas partes de la Biblia son relatos humanos, no inspiración de Dios”.

Lo que compartió el hermano Yang me dejó sin palabras. Pensé: “¡Eso es! Hay discrepancias evidentísimas entre distintos versículos que relatan el mismo suceso. No las habría si provinieran del Espíritu Santo”. Antes no había reparado en estas cuestiones. Creía que toda la Biblia fue inspirada por Dios y era Su palabra, pero entonces vi el error de esa interpretación.

Tras la reunión, reflexioné seriamente sobre lo compartido por el hermano Yang y releí algunas palabras de Dios Todopoderoso que habíamos estudiado. “Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras habladas por Dios, y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y del Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron todos inspirados por Dios, y un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la comprensión errónea del hombre, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un relato histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y otras del esclarecimiento del Espíritu Santo; las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre, fueron el resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo, y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo, ni era profeta, y mucho menos veía las visiones como Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. […] Si las personas consideran las epístolas o las palabras similares a las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, sólo puede decirse que no discriminan correctamente. Dicho de forma más seria, ¿no es esto simplemente blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas postrarse ante los relatos de sus epístolas y las palabras que habló como si fueran un libro santo o un libro celestial? ¿Podría el hombre pronunciar informalmente las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios?” (“La Palabra manifestada en carne”). Dios Todopoderoso aclara qué tiene la Biblia de palabra de Dios y qué de palabras, experiencias e interpretaciones del hombre. Tuve la certeza de que no toda la Biblia es palabra de Dios. Las palabras de Jehová Dios, el Señor Jesús y los profetas inspirados por Dios, así como las profecías del Apocalipsis, son palabra de Dios. El resto son, en su mayoría, palabras y relatos del hombre.

Al día siguiente le dije al hermano Yang en una reunión: “Ya comprendo que la afirmación de Pablo de que ‘Toda Escritura es inspirada por Dios’ no era acertada, pero aún hay algo que me confunde. Nuestro pastor nos dice que la Biblia es el fundamento de la fe cristiana, que representa a Dios y que atenerse a la Biblia es la única manera de creer en Dios. Eso pienso yo también, pero no sé si es correcto”.

El hermano Yang me dijo: “Muchas personas religiosas piensan eso. Equiparan la Biblia a Dios o incluso la sitúan por encima de Él. ¿Concuerda eso con la voluntad de Dios? Dios es el Creador, fuente de toda vida. Es la fuente de las aguas de vida que nunca se agotarán. La abundancia de Dios es inagotable. Sin embargo, la Biblia solo es un relato de la obra de Dios, un libro de historia. Sus registros de la obra y las palabras de Dios son muy limitados. ¿Cómo va a ser igual a Dios? ¿Cómo podría representarlo?”. Además, me puso dos videos de lecturas de las palabras de Dios. Dios Todopoderoso dice: “Desde el momento en que la Biblia estuvo, la creencia de las personas en el Señor ha sido la creencia en la Biblia. En lugar de decir a las personas que crean en el Señor, es mejor decir que lo hagan en la Biblia; en lugar de decir que han comenzado a leer la Biblia, es mejor decir que han empezado a creer en ella; y en lugar de decir que han vuelto a la presencia del Señor, es mejor decir que han regresado ante la Biblia. De esta forma, las personas adoran la Biblia como si fuera Dios, como si fuera su vida y perderla sería lo mismo que perder su vida. Las personas consideran la Biblia como algo tan elevado como Dios, y están incluso aquellos que la ven como algo más alto que Dios. Si las personas no tienen la obra del Espíritu Santo, si no pueden sentir a Dios, pueden seguir viviendo; pero tan pronto como pierden la Biblia, sus capítulos o sus dichos célebres, es como si hubieran perdido su vida”. “Creen en Mi existencia sólo dentro del alcance de la Biblia. Para ellos, Yo soy lo mismo que la Biblia; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras, y muchos de ellos incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de ese tiempo, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que finalmente clavaron en la cruz al Jesús inocente, habiéndolo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías. ¿Cuál era su esencia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que eran personas que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino personas que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia. Con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, de sostener la dignidad de la Biblia y de proteger la reputación de la Biblia, llegaron tan lejos que clavaron en la cruz al misericordioso Jesús. Lo hicieron solamente en aras de defender la Biblia y por el bien de mantener el estatus de todas y cada una de las palabras de la Biblia en los corazones de las personas. Así que prefirieron abandonar su futuro y la ofrenda por el pecado para condenar a muerte a Jesús, que no se conformaba a la doctrina de las Escrituras. ¿No fueron lacayos de todas y cada una de las palabras de las Escrituras?” (“La Palabra manifestada en carne”).

Luego compartió lo siguiente: “Si idolatramos ciegamente la Biblia o incluso la utilizamos en sustitución del Señor y Su obra, eso, en realidad, es creer en la Biblia, no en el Señor. Aferrarse a la Biblia sin buscar la obra del Espíritu Santo ni seguir las huellas de Dios es oponerse al Señor. Los fariseos consideraban las Escrituras por encima de todo y se aferraban con firmeza a sus términos exactos. Cuando el Señor Jesús apareció para obrar, sabían que Su obra y Sus palabras tenían autoridad, pero no las buscaron ni investigaron. Simplemente trataban de criticarlas diciendo que Su obra y Sus palabras trascendían las Escrituras, por lo que lo condenaron y conspiraron para crucificarlo. Esto ofendió el carácter de Dios, que los castigó. También muchas personas religiosas idolatran ciegamente la Biblia en los últimos días y hasta la sitúan por encima del propio Dios. Cuando oyen que Dios está expresando verdades para realizar la obra del juicio en los últimos días, no lo investigan. Se oponen frenéticamente a la obra y las palabras de Dios Todopoderoso y las condenan por no estar en la Biblia. ¿En qué se diferencian de los fariseos, que se aferraban a las Escrituras y se oponían al Señor? Está claro que idolatrar la Biblia sin buscar la obra del Espíritu Santo ni seguir las huellas de Dios es un error y una desviación total del camino del Señor”.

Al oír esto, sentí mucha vergüenza y me convencí por completo. Comprobé que había creído en la Biblia, no en el Señor. No había buscado la voluntad del Señor en mi fe, sino que había creído ciegamente lo que decían el pastor y los ancianos. Creía que la totalidad de la obra y las palabras de Dios estaban en la Biblia, que esta representaba al Señor y que lo demás no era tener fe en Él. ¿No cometía el mismo error que los fariseos? Me llené de admiración por las palabras de Dios Todopoderoso. Pensé: “Sus palabras explican muy a fondo la verdad de la Biblia e incluso exponen a la perfección la actitud de la humanidad hacia ella. ¿Es posible que sean realmente palabras de Dios?”.

El hermano Yang continuó hablando: “Esto no pretende negar el valor de la Biblia, sino que la sepamos enfocar adecuadamente. El Señor Jesús dijo: ‘Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida’ (Juan 5:39-40). Las palabras del Señor Jesús son muy claras. La Biblia solamente da testimonio de Dios y relata Su obra en las eras de la Ley y de la Gracia. Si nos aferramos a la Biblia sin seguir a Cristo ni someternos a la obra actual de Dios, jamás en la vida recibiremos la verdad, y ni mucho menos la vida eterna. Solo podemos recibir la vida eterna siguiendo a Cristo. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús fue crucificado para redimir a toda la humanidad y nos otorgó el camino del arrepentimiento. Aunque se nos perdonen los pecados por creer en el Señor, conservamos nuestra naturaleza pecaminosa. Seguimos viviendo en un estado de pecado y confesión. No hemos escapado del pecado, no nos hemos purificado. Si el Señor es santo, ¿cómo habría de dejar entrar en Su reino a quienes a menudo pecan y se oponen a Él? Por eso profetizó el Señor Jesús que regresaría para hablar y realizar la obra del juicio, con el fin de purificar y salvar plenamente a la humanidad y llevarnos al reino de Dios. Tal como profetizó el Señor Jesús, ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad’ (Juan 16:12-13). ‘El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final’ (Juan 12:48). 1 Pedro dice: ‘Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios’ (1 Pedro 4:17). El Señor Jesús ha regresado. Es Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días. Lleva a cabo la obra del juicio y expresa todas las verdades que purifican y salvan plenamente a la humanidad; por ejemplo, cómo conocer a Dios y Su obra, la verdadera historia de las tres etapas de la obra de salvación de Dios y sus frutos, cómo corrompe Satanás a la humanidad y cómo la salva Dios, cómo entender la verdad de nuestra corrupción satánica y cómo purificar nuestro carácter corrupto. Asimismo, qué supone temer, amar y someterse verdaderamente a Dios, etc. La obra y las palabras de Dios Todopoderoso cumplen plenamente las profecías del regreso del Señor. Solo si seguimos de cerca las huellas del Cordero, aceptamos la obra de Dios Todopoderoso y nos sometemos al juicio y la purificación de Dios podemos recibir la verdad y la vida y entrar en Su reino”.

Quiero que miremos un par de videos más de las palabras de Dios con los que el hermano Yang: “Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, apoyo y provisión de la verdad, sólo recibirás letras, doctrinas y, además, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las doctrinas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios habla en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar”. “El Cristo de los últimos días trae la vida y trae el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida y nunca podrán obtener el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años en vez del agua de vida que fluye desde el trono” (‘Sólo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Escuchar esto me iluminó enormemente el corazón. Comprendí que, aunque la Biblia sea un relato de la obra anterior de Dios, no es la fuente de la vida. Dios es la única fuente de nuestra vida. No podemos quedarnos atrapados en la Biblia. Lo principal es obedecer la obra y las palabras actuales de Dios. Supe sin dudar que las palabras de Dios Todopoderoso son las palabras de Dios de hoy en día. Explican muy a fondo nuestras nociones y la historia que hay detrás de la Biblia. ¿Quién sino Dios habría podido decir todo eso? En días posteriores, aprovechaba cualquier ocasión de hablar con los hermanos y hermanas de las palabras de Dios Todopoderoso. Entendí un poco el misterio de la encarnación de Dios, cómo juzga y purifica Dios al hombre en los últimos días, qué clase de fe concuerda con la voluntad de Dios, el resultado y destino de la gente y otras verdades. Me aseguré de que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús y acepté la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. ¡Demos gracias a Dios Todopoderoso!

¿Cómo leer la Biblia para poder conocer la obra y la voluntad de Dios? Discuta y comuníquese con nosotros a través del medios de contacto abajo.

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

martes, 6 de octubre de 2020

Preguntas Biblicas - Cómo tratar las profecías bíblicas de acuerdo con la voluntad de Dios


La Biblia dice: “Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios” (2 Pedro 1:20-21). “[...] que los ignorantes e inestables tuercen—como también tuercen el resto de las Escrituras—para su propia perdición” (2 Pedro 3:16). “porque la letra mata, pero el Espíritu da vida” (2 Corintios 3:6). Estos versículos nos dicen que no podemos interpretar las profecías literalmente confiando en nuestros conceptos e imaginaciones, porque las profecías son de Dios, y es sólo a través de la iluminación del Espíritu Santo que podemos entenderlas. Sin embargo, antes de que se cumplan las profecías, es fácil para nosotros confiar en nuestras propias nociones e interpretarlas literalmente. Esto hace que sea fácil interpretar mal las profecías. Y nuestras interpretaciones absurdas engañarán a otros. Por ejemplo, cuando se trataba de las profecías sobre la llegada de Mesías, los fariseos dependían de sus propias ideas. Antes de que Jesucristo naciera, basado en el significado literal de las profecías en Isaías 7:14, 9: 6-7 y Miqueas 5: 2, imaginaron la llegada de Mesías: Mesías nacería de una virgen en Belén, y se llamaría Emmanuel; Crecería en un palacio y gobernaría a Israel sentado en un trono. Sin embargo, cuando las profecías se cumplieron, la forma en que habían imaginado a Él terminó por estar en desacuerdo con los hechos. Lo que realmente vieron fue: El Señor nació de María casada y de la familia de un carpintero, y fue llamado Jesús; Vino de Nazaret, y al final fue clavado en la cruz. Esto es muy diferente del significado literal de las profecías. Por lo tanto, aunque vieron que la obra y la predicación de Jesucristo tenían autoridad y poder, los fariseos no reconocían a Jesucristo como Mesías prometido. En cambio, ellos blasfemaron incluso contra Jesucristo, diciendo que Él dependía del príncipe de los demonios para expulsar a los demonios. Así, cometieron el pecado de blasfemar contra el Espíritu Santo, ofendieron la disposición de Dios y nunca obtendrían el perdón del Señor. Y aquellos plebeyos que no tenían discernimiento y creían lo que los fariseos decían, también perdieron la salvación de Dios. De este ejemplo, podemos ver que debido a que los fariseos se aferraron a sus imaginaciones y al significado literal de las profecías, se arruinaron a sí mismos y también a otros.

Habiendo pasado dos mil años, ahora es el momento clave para saludar la venida del Señor. En la Biblia, hay muchas profecías diferentes acerca de la venida del Señor y a menudo las explicamos de manera literal, por lo que tenemos muchas nociones sobre ellas. Por ejemplo, cuando vemos los versículos de la Biblia acerca de la llegada del Señor mencionando “a medianoche” y “como ladrón” (Vea Apocalipsis 16:15; Mateo 25:6), Estamos seguros del significado literal de que el Señor vendrá a la medianoche. Como resultado, en la noche algunos cristianos duermen en sus abrigos y pantalones, esperando ser raptados completamente vestidos. Sin embargo, cuando vemos que la Biblia dice: “He aqui, viene con las nubes y todo ojo le verá[...]” (Apocalipsis 1:7), entendemos literalmente que el Señor regresará en una nube durante el día para aparecer a la humanidad, y todos lo verán. En consecuencia, algunas personas frecuentemente miran hacia los cielos, anhelando el día en que el Señor descenderá repentinamente entre nosotros en una nube. En resumen, tenemos muchas ideas equivocadas sobre este tema. Las palabras de Dios dicen: “[...] y todo lo que el hombre acepta es según el significado literal y acorde con su imaginación; no es conforme a los principios de la obra del Espíritu Santo ni se ajusta a las intenciones de Dios. […] ¿pero sabes que los misterios de Dios son insondables para el hombre? ¿Sabes que el hombre no puede explicar las palabras de Dios? ¿Estás tan seguro de que fuiste ilustrado e iluminado por el Espíritu Santo? ¿Te lo mostró el Espíritu Santo de un modo tan directo? ¿Son estas las directrices del Espíritu Santo o son tus conceptos?” Las palabras de Dios nos dicen que nadie puede comprender los misterios de Dios; dependiendo de nuestra imaginación para interpretar las profecías literalmente no es conforme a las intenciones de Dios, por lo que debemos dejar de imaginar escenas de la llegada del Señor, porque no sabemos en absoluto cómo se cumplirán las profecías antes de que Dios mismo las cumpla. Todos somos creaciones de Dios y, por lo tanto, no sabemos cómo cumplirá Dios Su obra. Aunque algunos profetas hablaron algunas profecías después de recibir la revelación de Dios, no sabían cuál era su verdadero significado ni cómo se cumplirían.

Por lo tanto, con respecto a las profecías del retorno del Señor, debemos orar más, tener un corazón temeroso de Dios y una actitud de búsqueda humilde. Sólo así podemos recibir la iluminación del Espíritu Santo y dar la bienvenida al Señor. Los discípulos originales de Jesucristo, como Pedro, Juan y Natanael, no se aferraron al significado literal de las profecías ni lo compararon con lo que Dios hizo, ni establecieron reglas sobre cómo debería venir Dios, sino que se centraron en escuchando la verdad que Jesucristo expresó, y vieron que Su obra estaba llena de autoridad y poder y no podía ser realizada por nadie más. Por esta razón, determinaron que Jesucristo era el Mesías venidero, por lo tanto, le dieron la bienvenida a Jesucristo y recibieron la salvación de Dios al final. Este es el camino correcto por el cual dieron la bienvenida al Mesías. Por lo tanto, cuando se trata de cómo tratar el regreso del Señor, debemos ser personas que buscan abiertamente la verdad. Si alguien da testimonio del regreso del Señor, no debemos cometer el mismo error que cometieron los fariseos; rechazarlos ciegamente confiando en nuestras imaginaciones y nociones y en el significado literal de las profecías, sino que nosotros mismos debemos buscar e investigar. Solo con un corazón que venera a Dios podemos tener la oportunidad de recibir al Señor y entenderemos cómo las profecías se hacen realidad casi sin darnos cuenta.

Recomendación: Profecías de la Biblia

(Traducido del original en inglés al español por Jose M. Flecha)

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Mensajes Bíblicos: ¿Se ha enterado alguien de la venida de Cristo?


Mensajes Bíblicos: ¿Se ha enterado alguien de la venida de Cristo?

Introducción: Jesucristo profetizó: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, [...]” (Mateo 24:36). Y sin embargo, ahora algunas personas están siendo testigos de que Jesucristo ha vuelto. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Es que nadie se ha enterado de la venida de Cristo? Pero entonces, ¿cómo hemos de entender este versículo?

Durante un estudio de la Biblia, hablé acerca de una cuestión que me tenía confuso desde hacía mucho tiempo: “Hermanos y hermanas, Jesucristo dice ‘Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre’ (Mateo 24:36). En este pasaje vemos que nadie sabrá cuándo va a regresar el Señor, así que, ¿cómo es que tanta gente dice poder dar testimonio de que Jesucristo ha vuelto? ¿Qué significa?” Cuando terminé, algunos se sumergieron en la reflexión y otros dijeron: “Ahora que lo dices, será mejor que lo discutamos”.

Entonces, el predicador Zhao Xun asintió con la cabeza y dijo: “Muy bien, esta cuestión vale la pena discutirla. El Señor dijo que Su llegada pasaría desapercibida a todos. Estos días he estado pensando en ello, y parece que nuestro entendimiento no es puro, y un razonamiento así no tiene sentido. Pensemos en ello: Si el Señor no deja que la gente se entere de Su llegada, ¿cómo podrá la gente seguirle y creer en Él? ¿Cómo puede Dios cumplir Su obra de salvar a la gente? Si nos aferramos a esas palabras, ¿no nos perderemos la llegada del Señor?” Al oír estas palabras, algunas hermanas y algunos hermanos quedaron perplejos, unos inclinaron la cabeza y empezaron a meditar, y otros dijeron: “Tiene toda la razón; ¡Tiene sentido!” Zhao Xun continuó: “Pero entonces, ¿cómo podemos lograr un entendimiento puro de este pasaje? Volvamos a leer este versículo junto con los versículos anteriores: Mateo 24:32-36 dice, ‘Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas. En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre’. Estos versículos hablan de las señales del regreso del Señor. De estas palabras yo concluyo que el Señor, tal vez, regrese en carne y hueso, al igual que Jesucristo, pero ni sabemos cuándo, qué día, ni en qué momento Él entrará por la puerta. Es decir, ‘Pero de aquel día y hora nadie sabe, […]’ (Mateo 24:36). lo que significa que nadie conoce el momento en el que Cristo regresará. Es decir, nadie conoce ni el día ni el momento en el que el Señor descenderá, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, tan sólo el Padre (el Espíritu). Sin embargo, después de que Cristo haya vuelto, seguramente Él se lo hará saber a los hombres, porque el propósito de que Dios se reencarne y venga al mundo es para salvar a los hombres. Si viene, pero no se lo comunica a los hombres, ¿cómo podremos recibir Su salvación? Jesucristo dijo: ‘Pero a medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo”.’ (Mateo 25:6). ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’ (Apocalipsis 3:20). En estos dos versículos vemos que después de la llegada del Señor, alguna gente lo sabrá, y serán ellos quienes divulguen Su evangelio entre aquellos que aún no lo han aceptado. La escritura dice aquí que cuando alguien grite que el novio, que Jesucristo ya ha llegado, tendremos que salir a Su encuentro para darle la bienvenida. Y Él cenará con aquellos que escuchen Su voz y le abran la puerta. Por ello creo que es totalmente erróneo interpretar las palabras: ‘Pero de aquel día y hora nadie sabe, [...]’ (Mateo 24:36).

Tras oír las palabras del hermano Zhao, me sentí iluminado, y entendí de alguna manera el verdadero significado de este pasaje. Sin embargo, al pensar en ello más detenidamente, seguía habiendo algunos aspectos que no me habían quedado muy claros. Así que pregunté: “Hermano Zhao, acaba de decir que cuando Jesucristo vuelva como el Hijo del Hombre, nadie lo sabrá, pero cuando el Señor obre, lo más seguro es que se lo haga saber a los hombres. ¿Cómo lo sabrán los que vayan a divulgar la venida de Jesucristo?”. Al oír aquello, las hermanas y los hermanos estuvieron de acuerdo conmigo. “Muy bien, ¿cómo lo sabrán?” Zhao Xun se puso a pensar en ello durante un rato y luego dijo: “Hermanos y hermanas, antes de contestar a esta pregunta, veamos primero cómo aquellos seguidores de Jesucristo supieron en su momento que Jesucristo era el Mesías. Vemos en la Biblia a Pedro, Felipe, Jacobo, Juan, Mateo y a los demás; cuando el Señor los llamó, ellos no sabían que Jesús era el Mesías, pero siguieron al Señor y escucharon Sus sermones sin dudarlo. Hay muchos versículos en la Biblia que nos dicen que mucha gente siguió al Señor y obedeció Sus enseñanzas después de haber oído hablar de Él. Estos ejemplos nos muestran que antes de nada tenemos que tener una corazón sediento si queremos ganarnos el verdadero camino. Cuando oigamos el mensaje que anuncia la llegada del Señor, o cuando Dios nos envíe a alguien para que nos llame, deberíamos escuchar ese mensaje y buscar la verificación; así tendremos la oportunidad de recibir la inspiración de Dios y reconocer que el Señor es el Mesías. Como dicen las escrituras: ‘Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo’ (Romanos 10:17). Es decir, creer en el camino se basa en oír hablar del camino. Aquellos que siguieron a Jesucristo, vieron las obras de Jesucristo al escuchar Sus palabras, y supieron reconocer que Jesucristo era el Mesías que tenía que llegar. Por ejemplo, cuando Pedro siguió a Jesucristo, recibió la inspiración y la iluminación del Espíritu Santo, y supo inmediatamente que Jesús era Cristo, el Hijo del Dios viviente, porque recibió y pensó detenidamente en las palabras de Dios. Por lo tanto, dijo: ‘Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios’ (Juan 6:68-69). También la mujer de Samaria supo reconocer que Jesús era el Mesías, de quien se había profetizado que vendría, porque supo que sólo Dios examina lo más profundo del corazón del hombre, sólo Dios tiene un conocimiento completo del hombre. También Natanael fue una oveja de Dios, al reconocer la voz de Dios. Natanael sintió que tan sólo Dios podía conocer su identidad antes de verle, porque solamente Dios es omnipotente y omnisciente, y sólo Dios observa lo más profundo del corazón de los hombres. Aparte de reconocer a Dios a través de Sus palabras, también podemos reconocer a Dios a través de Su obra. Por ejemplo, incluso más gente sabía que Jesús era “de Dios” porque habían visto cómo Jesús era capaz de hacer ver a los ciegos, caminar a los lisiados, curar a los leprosos y resucitar a los muertos. Tal como dice la Biblia: ‘Cuando estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía’ (Juan 2:23). ‘Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él’ (Juan 3:2). Podemos ver que cuando Jesús vino a la tierra e hizo su obra, supieron que Jesús era el Mesías que iba a llegar porque escucharon los sermones de Jesús y vieron Su obra. Y después de la resurrección de Jesús, Él le encargó a Sus discípulos que pregonasen el Evangelio de la Cruz en todas las naciones. Como dice la Biblia: ‘Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’ (Mateo 28:18-20). ‘pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra’ (Hechos 1:8). Y así vemos cómo el evangelio de Jesucristo fue transmitido por aquellos que fueron los primeros en reconocer que Jesús era el Mesías. De este modo el Evangelio del Señor de la Cruz fue pasando de generación en generación hasta nuestros días. La gente cree en el Señor al escuchar a otros divulgar el evangelio de Jesús. Y del mismo modo, aquellos que testifican que el Señor ha venido, tienen que haber escuchado el sermón de la segunda llegada de Jesucristo y así se enteraron. Es así como hemos creído en el Señor a lo largo de los tiempos: escuchando a otros que divulgaban el Evangelio de la Cruz, y coincide completamente con las palabras ‘Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo’(Romanos 10:17)”.

Cuando Zhao Xun acabó de hablar, los hermanos y hermanas se pusieron inmediatamente a discutir. Yo me puse a pensar en lo que el hermano Zhao Xun había dicho, y experimenté una epifanía. Pensé: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, […]” (Mateo 24:36), este versículo significa que nadie conoce el momento en el que Cristo va a venir. Sin embargo, después de que Cristo venga a llevar a cabo Su obra, si quiero saber si el Señor ha venido o no, tendré que escuchar las palabras sobre la llegada del Señor y verificar si se trata de la voz de Dios. En caso contrario, probablemente me pierda la oportunidad de ser arrebatado por el regreso del Señor. Así que debo escuchar las palabras del Señor que predican otros….

(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)


Recomendación: Estudio bíblico de la venida de Cristo

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