ENCONTRÉ LA MANERA DE DESHACERME DEL PECADO Y DE ENTRAR EN EL REINO DE DIOS (II)
La próxima vez que me conecté a Internet para hablar con mi hermano, le pregunté: “Es cierto que albergamos muchas intenciones incorrectas a medida que laboramos, trabajamos y gastamos con entusiasmo, que a menudo pecamos y nos resistimos a Dios, y que no estamos cumpliendo con la voluntad del Padre. El Señor Jesús dijo: ‘sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Por lo que según ese razonamiento, no somos dignos todavía de entrar en el reino de Dios. Pero esta pregunta me sigue confundiendo, porque nuestro pastor dice a menudo que el Señor Jesús ya ha perdonado todos nuestros pecados, que no somos pecadores, que somos llamados justos porque creemos, y que cuando el Señor venga, seremos arrebatados directamente al cielo. ¿Por qué él dice eso? Me gustaría escuchar tus enseñanzas sobre esto”.
Mi hermano dijo: “El Señor Jesús fue crucificado para redimir los pecados de la humanidad, y cuando oramos al Señor, confesamos nuestros pecados al Señor y nos arrepentimos, nuestros pecados son perdonados, pero, ¿el hecho de que nuestros pecados sean perdonados significa que podemos entrar en el reino de Dios? Leamos este pasaje: ‘Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios’” (“Acerca de los apelativos y la identidad”).
Él me dijo: “A partir de las palabras de Dios, aprendemos que el hecho de que el Señor Jesús perdonó nuestros pecados, y que el hecho de no ser pecaminosos solo se refiere a que no somos condenados bajo la ley. Cuando aceptamos la gracia salvadora del Señor Jesús, estamos calificados para presentarnos ante el Señor, orarle, confesar nuestros pecados, arrepentirnos y disfrutar de las bendiciones de la gracia de Dios. Pero es innegable que nuestras naturalezas satánicas están profundamente arraigadas en nosotros, y que los caracteres corruptos como la arrogancia, el egoísmo y el engaño aún existen dentro de nosotros. Si no resolvemos estas naturalezas satánicas y caracteres corruptos que se resisten a Dios, podemos seguir pecando y resistirnos involuntariamente a Dios, lo que significa que no podemos entrar en el reino de Dios. Es tal como dice la Biblia, ‘Porque la paga del pecado es muerte, […]’ (Romanos 6:23). ‘Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre’ (Juan 8:34-35). ‘Sed santos, porque Yo soy santo’ (1 Pedro 1:16). Estamos llenos de inmundicia, todavía podemos pecar, y hasta que no seamos purificados, no podremos entrar en el reino de Dios, lo cual es decidido por la esencia santa y el carácter justo de Dios. Por lo tanto, debemos seguir adelante con el paso de la salvación de Dios, escapar de nuestras naturalezas pecaminosas y estar completamente purificados antes de estar calificados para ver el rostro de Dios. Esto es lo que se entiende de acuerdo con estos versículos de la Biblia: ‘que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo’ (1 Pedro 1:5). ‘Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios;’ (1 Pedro 4:17). Esta gracia salvadora es la obra del juicio de Dios en los últimos días, comenzando con la casa de Dios. Cuando aceptamos la obra del juicio de Dios en los últimos días, logramos un cambio en nuestros caracteres corruptos, dejamos de padecer la esclavitud y las restricciones del pecado, y nos convertimos en personas que son verdaderamente obedientes a Dios; solo entonces estaremos calificados para entrar en el reino de los cielos”.
Después de escuchar las enseñanzas de mi hermano, sentí mi corazón mucho más radiante. Tenemos la redención del Señor Jesús, no somos pecaminosos y podemos trabajar y sufrir mucho por el Señor, pero no hemos sido purificados, y no podemos seguir todavía las enseñanzas del Señor. Los líderes y obreros de la iglesia todavía pueden luchar por su estatus, y pecan y ofenden al Señor con frecuencia, lo que significa que no están calificados para entrar en el reino de Dios. En el pasado, yo pensaba que nuestros pecados habían sido redimidos, y que eso bastaba para entrar en el reino de los cielos, pero luego entendí que era algo que se basaba enteramente en mis propias nociones e imaginación. El Señor Jesús nos redimió y ya no nos ve como pecadores, pero los caracteres corruptos que nos hacen pecar existen todavía. Debemos someternos a la obra del juicio y al castigo de Dios en los últimos días, y resolver por completo la raíz fundamental de nuestro pecado, y arrepentirnos para entrar en el reino de los cielos y alcanzar la vida eterna. Entonces le pregunté de inmediato a mi hermano: “¿Cómo hace Dios la obra del juicio en los últimos días?”
El hermano leyó un pasaje de las palabras de Dios: “En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda durante un largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios”.
Él compartió esto conmigo: “Las palabras de Dios Todopoderoso explican con mucha claridad cómo Dios hace la obra del juicio en los últimos días. Dios usa Sus palabras para hacer la obra del juicio, Dios expresa toda la verdad que puede purificar y salvar a la humanidad, y también revela Su carácter justo, el cual no soporta ninguna ofensa, y nos cuenta el verdadero hecho de cómo hemos sido corrompidos por Satanás, la raíz de nuestra rebeldía y resistencia a Dios, a qué tipo de personas salvará, y a cuáles castigará y eliminará. Al mismo tiempo, Él señala el camino por el cual podemos alcanzar la salvación y ser purificados. Solo cuando aceptamos las palabras de juicio y castigo de Dios podemos ver claramente el verdadero hecho de nuestra corrupción por parte de Satanás. Por ejemplo, bajo el control de nuestras arrogantes naturalezas, cuando vemos a alguien cuyas opiniones no coinciden con las nuestras, podemos atacarlas y condenarlas al ostracismo. A menudo presumimos, tratamos de elevarnos por encima de los demás y de tener un estatus en los corazones de otros cuando hacemos el trabajo de la iglesia. Siempre consideramos nuestros propios intereses en nuestras interacciones con las personas, y engañamos y utilizamos a los demás para lograr nuestros propios objetivos. Laboramos, obramos, sufrimos y gastamos para intercambiar estas cosas por bendiciones en el reino de los cielos, en un intento de negociar con Dios. Hacemos muchas de esas cosas. Cuando realmente vemos con claridad que lo que vivimos es solo una semejanza satánica, el verdadero arrepentimiento se produce dentro de nosotros, y deseamos aceptar más del juicio y el castigo de Dios y buscar la verdad. Gradualmente, a través de estos actos, escapamos a las restricciones y la esclavitud de nuestros caracteres corruptos y nos purificamos. Solo entonces estamos calificados para entrar en el reino de Dios”.
Después de escuchar la enseñanza de mi hermano, finalmente entendí que no podíamos escapar de la esclavitud del pecado porque no habíamos pasado por el juicio y el castigo de Dios en los últimos días. No comprendíamos la verdad de nuestra corrupción por parte de Satanás, o el carácter justo de Dios que no admite ofensas, por lo que aún podemos pecar involuntariamente. Ninguna cantidad de labor, trabajo, lectura de la Biblia u oración puede resolver ese problema, el cual requiere aceptar el juicio y el castigo de los últimos días por parte de Dios. Al leer las palabras del juicio de Dios y el castigo por las naturalezas corruptas de la humanidad, al comprender verdaderamente el hecho de nuestra corrupción por parte de Satanás y nuestra propia naturaleza y esencia, podemos detestar y traicionar a Satanás y acudir genuinamente a Dios y obedecerle. Cuando hacemos eso, verdaderamente hemos escapado de la esclavitud del pecado y hemos sido purificados. ¡Sentí que finalmente tenía un camino para entrar en el reino de los cielos!
Después de eso, mi hermano me envió la aplicación de La Iglesia de Dios Todopoderoso. Después de la reunión, no pude esperar a visitar el sitio web oficial de La Iglesia de Dios Todopoderoso. Quedé impresionada cuando lo hice. Nunca había imaginado que Dios ya ha dicho tantas palabras nuevas, palabras que revelan el misterio de la obra de Dios, palabras que exponen la naturaleza satánica y la esencia de la humanidad corrupta, palabras que expresan el carácter de Dios y todo lo que Dios tiene y es, palabras que expresan los aspectos de la verdad que la humanidad debe practicar para entrar... Mientras leía las palabras de Dios, mi corazón se conmovió verdaderamente. También vi las películas evangélicas, los videos de espectáculos de danza producidos por La Iglesia de Dios Todopoderoso y leí todo tipo de artículos de testimonio. Sentí que estaba realmente en el banquete de bodas del Cordero, y que mi apetito espiritual había sido saciado como nunca antes.
En lo que parece ser un abrir y cerrar de ojos, he creído en Dios Todopoderoso durante medio año, y hago todos los deberes que puedo en la iglesia. A través de mi experiencia, he adquirido un poco de conocimiento de la obra de Dios. En las revelaciones de las palabras del juicio de Dios, he llegado a comprender mis búsquedas y puntos de vista equivocados, así como mis caracteres satánicos y corruptos de arrogancia y egoísmo, y he aprendido que ser una persona honesta es la manera de vivir una verdadera semejanza humana. Cada vez que me siento negativa y débil, las palabras de Dios me alimentan y me apoyan, y me permiten sentir la misericordia y el amor genuino de Dios. Cuando me rebelo o me opongo a Dios, las severas palabras de Dios vienen a mí y veo la verdad de mi propia corrupción. Realmente he sentido que la obra de Dios de juzgar y purificar a la humanidad en los últimos días es la única manera en que las personas pueden escapar completamente de la esclavitud del pecado, y el único camino por el cual pueden entrar al reino de los cielos. ¡Toda la gloria sea para Dios Todopoderoso!
El fin.
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