viernes, 28 de junio de 2019

Reflexión cristiana | Creía en Dios por más de 40 años, al final, ya lo sé cómo vencer el pecado (I)


Reflexión cristiana | Creía en Dios por más de 40 años, al final, ya lo sé cómo vencer el pecado (I)
Nota del editor: Como cristiano, ¿estás todavía involucrado en la lucha amarga con el pecado? ¿También quieres escapar de la esclavitud y las restricciones del pecado? ¿Estás también decepcionado por el hecho de que no puedes practicar la palabra del Señor? Él creyó en el Señor durante más de 40 años y una vez también estuvo atormentado por su incapacidad para dejar de vivir en pecado. En el año 2017, le dio la bienvenida al regreso del Señor y finalmente encontró un camino para escapar del pecado. Así que, ¿exactamente cómo podemos escapar del pecado? Echemos un vistazo a su experiencia.

Había caído tan bajo que el Señor mismo me podría haber abandonado

Cuanto tenía 20 años fui bautizado y regresé al Señor. De la Biblia, sabía que el Señor Jesús fue crucificado personalmente para redimir a la humanidad y se hizo cargo de los pecados de todas las personas. Siempre que orásemos en el nombre del Señor Jesús y nos arrepintiésemos al Señor por nuestros pecados, el Señor nos perdonaría nuestros pecados y nos concedería gracia abundante. Fui conmovido por el gran amor del Señor y me decidí a pasar mi vida siguiendo las enseñanzas del Señor y gastarme por el Señor para retribuirle por Su amor.
Más adelante, averigüé que no podía guardar las enseñanzas del Señor. A parte de seguir sirviendo a Dios en la iglesia, era idéntico a un gentil fuera de la iglesia, ya que pasaba mis días comiendo, bebiendo y entreteniéndome. Después, incluso empecé a sucumbir a las apuestas para satisfacer mi deseo de ganar dinero. Cada vez que oraba al Señor, mi corazón se llenaba de culpa propia porque sabía que apostar era detestado por Dios. Muchas veces iba ante el Señor y juraba que nunca apostaría de nuevo, pero no podía superar la situación de mis amigos, y estaba atrapado cada vez más profundamente en el pecado sin poder liberarme a mí mismo. Sentí que el Señor me había abandonado. Decepcionado me fui de la iglesia en 1992.
En los años después de dejar la iglesia, viví como un muerto viviente, manteniéndome ocupado sin parar para poder pagar mis deudas del juego. Anhelaba que la historia del hijo pródigo que regresó me pasará a mí, pero cuando pensaba en lo que había hecho, me sentía demasiado avergonzado de ir ante el Señor. De esta manera, mi relación con el Señor se había vuelto cada vez más remota.

El Señor se compadeció de mí, pero ¿cómo podía escapar del pecado?

Después, cuanto tenía 38 años, aprobé el examen de funcionario del gobierno. Con unos ingresos estables, ya no tenía que pasar todo el tiempo pagando mis deudas. Sabía que el Señor todavía se compadecía de mí, y entonces, encontré una iglesia y empecé a ir a las reuniones de nuevo.
En el año 2000 busqué una iglesia nueva. En aquel entonces, aunque también estaba ansioso por propagar el evangelio y participaba en todo tipo de obras de servicio en la iglesia, todavía vivía una vida de pecado durante el día y de confesión de noche, y esto era muy angustioso para mí. Una vez, leí que Romanos enseña en la Biblia: “Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto” (Romanos 12:1-2). Me sentí aún más alterado y pensé: “¿Cómo es que cometo pecados voluntariamente a menudo? Entonces, ¿cómo puedo renovarme y transformarme? ¿Por qué no puedo cumplir nunca los requisitos del Señor?” Estas preguntas nunca dejaron de preocuparme.

Entender la raíz de la incapacidad de la gente para escapar del pecado

En agosto de 2017 conocí a dos hermanas en Internet y nuestras discusiones fueron muy bien. Después de eso, decidí participar en su grupo de estudio de la Biblia.
Una vez, mientras estábamos estudiando la Biblia, mis hermanas me leyeron dos pasajes de la palabra de Dios que trataban de por qué siempre vivíamos en un estado de pecado y confesión y de cómo escapar de la esclavitud del pecado: “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, […]” (“El misterio de la encarnación (4)”). “Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás” (“Prefacio”).
Entonces mi hermana compartió: “Como todos sabemos, el Señor Jesús fue crucificado y así nos ha redimido de nuestro pecado. Cuando pecamos, si oramos al Señor y nos arrepentimos, somos perdonados de nuestros pecados, pero nuestras naturalezas pecadoras no han sido resueltas. Estamos dominados por caracteres satánicos como la mentira, la arrogancia, el engaño, la envidia, el mal, el egoísmo y el carácter despreciable, así que todavía pecamos a menudo y nos oponemos a Dios. A veces, para proteger los intereses personales, diremos mentiras y engañaremos a otros sin querer, aunque sabemos claramente que Dios nos pide que seamos personas honestas. A menudo, también hay malentendidos con otras personas; aunque sabemos que Dios nos pide que primero quitemos las vigas de nuestros ojos, nuestro carácter arrogante todavía nos hace que fijemos la mirada en los demás. Aún más, a veces, para poder experimentar la codicia carnal, seguimos las tendencias malvadas del mundo, nos centramos sólo en comer, beber y disfrutar, y vivir una vida del mundo. Dios dice: “seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45). También está escrito en la Biblia: “[...] y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Dios es santo. Si no resolvemos nuestra naturaleza satánica, no podremos ser capaces de escapar de su esclavitud, y seguiremos viviendo con la corrupción sucia de cómo éramos originalmente. Simplemente no estamos cualificados para ver la cara del Señor ni para entrar en el reino de los cielos. Así que, en los últimos días, el Señor volverá de nuevo para hacer la nueva obra de juzgar y purificar nuestros pecados, y nos salvará completamente de las ataduras del pecado, cumpliendo estas palabras en la Biblia: ‘Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final’ (Juan 12:47-48). Y 1 Pedro 4:17 dice: ‘Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios;’ Sólo aceptando el juicio de Dios y experimentando la obra de Dios, nuestros caracteres satánicos corruptos pueden ser purificados y transformados, y podemos escapar verdaderamente de la esclavitud del pecado, convertirnos en personas que poseen la verdad y humanidad plena, conseguir nuestra salvación completa y entrar en el reino de Dios”.
Después de escuchar las palabras de mi hermana, mi corazón se conmovió. En el pasado, no entendía por qué continuábamos viviendo en pecado y no podíamos escapar de la esclavitud del pecado. Ahora sé que lo que el Señor Jesús hizo fue sólo la obra de redimir a la raza humana. Sólo nuestros pecados son perdonados en nuestra creencia en el Señor, pero la naturaleza pecadora dentro de nosotros no ha sido eliminada todavía, y debido al control de nuestra naturaleza pecadora, todavía pecamos y nos oponemos a Dios con frecuencia. En los últimos días, para salvarnos a los pecadores, el Señor ha venido al mundo a hacer la obra del juicio para purificar completamente nuestra naturaleza pecadora, salvarnos del dominio de Satanás y llevarnos a Su reino. El amor del Señor por nosotros es verdaderamente enorme.
La hermana siguió diciendo: “Hermano, el Señor Jesús ha venido entre los hombres verdaderamente, Él es el Dios Todopoderoso encarnado, y ha expresado más de un millón de palabras y revelado todos los misterios en la Biblia, y ahora está haciendo Su obra de juzgar y purificar a la gente. Estas verdades que he compartido contigo hoy son entendimientos a los que llegué leyendo las palabras expresadas por Dios Todopoderoso”.
¿El Señor Jesús ya ha regresado? Esta noticia me resultó muy emocionante. Pero pensé de nuevo: “No, si el Señor ha regresado a hacer la obra del juicio, sería un suceso importante. ¿Por qué no he oído nada acerca de esto? ¡Nuestros pastores y ancianos tampoco nos han hablado de nada así! ¿Qué está pasando?”

Por qué el mundo religioso condena al Relámpago Oriental

Sin ninguna duda en mi mente, me apresuré a buscar en la red información acerca de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Vi que los pastores y ancianos del mundo religioso de Hong Kong la estaban condenando y resistiéndose a ella, lo que me presentó un dilema. Pensé: “Las palabras de la hermana estaban de acuerdo con la Biblia, entonces, ¿por qué la religión condena a la Iglesia de Dios Todopoderoso y se resiste a ella? ¿Qué es todo eso? Olvídalo. Ahora que la mayoría de los pastores y ancianos del mundo religioso están condenando a Dios Todopoderoso, no sirve de nada investigar más”. Así que dejé el grupo y puse en la lista negra a las hermanas con las que había estudiado antes.
Aunque había dejado el grupo, los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso siguieron intentando contactar conmigo. Después de encontrarme, la Hermana Liuxin de la Iglesia de Dios Todopoderoso intentó aliviar mi confusión con palabras acerca de la perturbación causada por su pastor cuando ella acababa de aceptar la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Después de eso, esta hermana me mostró dos películas del evangelio creadas por la Iglesia de Dios Todopoderoso, tituladas “¿Quién está crucificando a Dios otra vez?” y “No os metáis en mis asuntos”.
Después de ver las películas, de nuevo compartió conmigo: “Hermano, la verdad es que, cada vez que Dios aparece para obrar, Su aparición va acompañada de las interrupciones y ataques de las fuerzas de Satanás. Como en la Era de la Gracia, cuando el Señor Jesús fue encarnado para obrar, los fariseos vieron que el Señor Jesús había venido, y no fue llamado el Mesías ni guió a los judíos para escapar del dominio del gobierno romano, sino que dio sermones sobre el arrepentimiento y enseñó tolerancia, paciencia y amor por tus enemigos. La obra del Señor Jesús desmintió las nociones e imaginaciones de los fariseos, así que negaron el hecho de que el Señor Jesús era Cristo y Dios mismo. Especialmente cuando los fariseos descubrieron que había autoridad y poder en la obra y en las declaraciones del Señor Jesús, y que muchas personas se habían vuelto hacia el Señor una a una—para proteger su posición y condición—juzgaron y condenaron violentamente al Señor Jesús, se inventaron rumores y divulgaron falacias para blasfemar al Señor Jesús, e incluso se aliaron con el gobierno romano para hacer que el Señor Jesús fuese crucificado. Los fariseos se resistieron públicamente a Dios y compitieron con Dios por estatus, y fueron expuestos como anticristos por la obra del Señor Jesús. En los últimos días, la manera en la que los pastores y ancianos del mundo religioso condenan la obra de Dios de los últimos días es la misma manera en la que los fariseos se resistieron a la obra del Señor Jesús y la condenaron. Muchos pastores y ancianos han sabido que la Iglesia de Dios Todopoderoso ha estado dando testimonio del retorno del Señor Jesús, y algunos de ellos también han leído las palabras expresadas por Dios Todopoderoso; saben que las palabras de Dios Todopoderoso tienen autoridad y poder, pero aún así se aferran a sus nociones y se niegan a aceptarlas. Para conservar su propio estatus y sus posiciones, juzgan abiertamente la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días y la condenan, y emplean todo tipo de métodos para obstruir y evitar que los hermanos y hermanas investiguen el verdadero camino. Incluso se unen al gobierno ateo del PCCh para que la gente de la Iglesia de Dios Todopoderoso sea arrestada. De la resistencia a la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y su condenación por parte de los pastores y ancianos del mundo religioso, podemos ver que todos ellos son personas que detestan la verdad y se resisten a Dios, y que son trabas y obstáculos para que la gente acepte el camino verdadero, y son anticristos que se levantan como enemigos de Dios. Como dicen las palabras del Señor Jesús cuando maldijo a los fariseos: ‘Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando. […]¡Serpientes! ¡Camada de víboras!’ (Mateo 23:13, 33).
“Dios es todopoderoso. La sabiduría de Dios se ejercita en base a los planes de Satanás. Dios utiliza el poder político del PCCh y la condena, resistencia y persecución extrema de los anticristos en el mundo religioso para revelar cada tipo de persona. Las personas en varias religiones y denominaciones que de verdad creen en Dios y aman la verdad, escuchan que la Iglesia de Dios Todopoderoso ya ha dado testimonio del regreso del Señor, y entonces buscan e investigan activamente. A través de la lectura de las palabras expresadas por Dios Todopoderoso, reconocen la voz de Dios, y una a una, han aceptado la obra de Dios de los últimos días. Pero los que aborrecen y desprecian la verdad se aferran a sus nociones e imaginaciones, se niegan a buscar o investigar la obra de Dios de los últimos días, e incluso se resisten violentamente a la obra de Dios en los últimos días y la condenan. Han sido expuestos y eliminados por Dios hace mucho tiempo, y los que se resisten profundamente son maldecidos por Dios y castigados por Él por ofender el carácter de Dios. Esto cumple las profecías en la Biblia que dicen que, en los últimos días, Dios hará la obra de separar el trigo de la paja, a los corderos de las cabras, y a los siervos buenos de los malos. Así que, cuando se trata de darle la bienvenida al regreso del Señor, debemos aprender a ser vírgenes sabias, aprender a escuchar la voz de Dios, y debemos distinguir los rumores de las falacias del mundo religioso y no ser engañados por ellos, porque sólo de esta manera podemos darle la bienvenida al retorno del Señor y cenar en el banquete de las bodas del Cordero. Esto cumple precisamente la profecía en el capítulo 3, versículo 20 del Libro del Apocalipsis: ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’”.
Después de escuchar sus palabras, sentí que mi corazón pesaba poco. Cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, los judíos fariseos le desafiaron, condenaron y juzgaron violentamente. Hoy, en los últimos días, los pastores y ancianos religiosos, por el bien de sus posiciones y trabajos, también se resisten a la obra de Dios y la condenan de manera extrema, y evitan que sus creyentes investiguen el camino verdadero. Los pastores y ancianos del mundo religioso son los fariseos actuales. En ese momento pensé en el siguiente versículo de la Biblia: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17). Entendí, mientras investigaba el verdadero camino, que no debía creer a ciegas en las palabras de los pastores y ancianos del mundo religioso. Por el contrario, debía escuchar más las palabras de Dios Todopoderoso, porque sólo de esta manera tendría la oportunidad de darle la bienvenida al regreso del Señor. Por tanto, decidí llevar a cabo una investigación a fondo sobre la obra del Dios Todopoderoso en los últimos días.
Continuará…

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