Reflexión cristiana | Luego de ver “Pinturas contaminadas”
Vi un anuncio del servicio público medioambiental titulado “Pinturas contaminadas”. En este anuncio, una maestra les pide a los alumnos que dibujen “nuestros hogares”. Tras haberla escuchado, los niños tomaron un lápiz y comenzaron a pintar. Luego de un rato, la maestra se arrodilló junto a uno de los niños y fruncía su ceño mientras lo observaba pintar. Al igual que el nombre del anuncio “Pinturas contaminadas”, todo lo que los niños pintaron era de color negro: el cielo, los árboles, etc..
Luego de ver este anuncio, me sentí abatido y triste por los niños que viven en un ambiente contaminado desde tan pequeños. Nací en los años 80. En mi infancia disfruté de las verduras y las frutas naturales, vi el cielo azul limpio, bebí el agua de arroyos transparentes y respiré el aire fresco. ¿Qué ocurre con los niños en la actualidad? Los alimentos que ingieren poseen una variedad de aditivos químicos, el agua que beben está contaminada y el aire que respiran todos los días es dañino. Una mejora de la calidad de vida debería significar un medioambiente que sea cada vez mejor. Pero no todo es como lo imaginamos. Estamos expuestos a más tipos de contaminación que los que provoca la ciencia. Todo lo que comemos, bebemos, respiramos y usamos es perjudicial para nuestra salud.
A pesar de que el mundo entero clama por protección medioambiental y las iniciativas y las propagandas sobre el bienestar público no cesan, El medio ambiente se ha ido deteriorando. Los satélites ponen frente a nosotros el paisaje del planeta. Antes, la tierra estaba llena de océanos azules y árboles verdes, mientras que ahora es una gran esfera amarilla. Creo que innumerables personas se preguntan: ¿Por qué perdimos la tierra hermosa y verde que alguna vez tuvimos? ¿Por qué los humanos no se involucran? Este problema es real y siempre atormentó a todos, pero nadie puede encontrar la respuesta verdadera.
Más tarde, tuve la fortuna de leer un pasaje de una libro espiritual: “Aparte de usar la ciencia para engañar al hombre, usando los diversos descubrimientos y las conclusiones de esta, Satanás también se sirve de ella para llevar a cabo una destrucción y una explotación desenfrenada del entorno vital que Dios le concedió al ser humano. Lo realiza bajo el pretexto de que, si el hombre lleva a cabo una investigación científica, su entorno vital mejorará cada vez más, sus estándares de vida seguirán siendo mejores y, además, que ese desarrollo científico se realiza para atender las necesidades materiales diariamente en aumento y la necesidad continua de elevar su calidad de vida. Si no es por estas razones, entonces hay que preguntarse qué estás haciendo con desarrollar del todo la ciencia. Esta es la base teórica del desarrollo de la ciencia por parte de Satanás. […] Además de la avariciosa búsqueda del hombre de la fama y la ganancia, continuamente llevan a cabo la exploración científica y la investigación en profundidad, luego satisfacen sin cesar sus propias necesidades y lujurias materiales; ¿cuáles son, pues, las consecuencias para el hombre? En primer lugar, ya no hay equilibrio ecológico y, estrechamente relacionado con esto, este tipo de entorno ha manchado y perjudicado el cuerpo humano: diversas enfermedades infecciosas, plagas y turbidez se extienden por todas partes. Es una situación sobre la que el hombre no tiene ahora control alguno, […] sirviéndose de este tipo de método para seguir viviendo— ¿sois capaces de reconocer cuál será el final natural de la humanidad? ¿Cuál será el resultado final natural? (La perdición.) Será la perdición: el acercamiento a la perdición paso a paso. ¡Se acercará a la destrucción paso a paso!”
Resultó ser que la razón por la que vivimos en ese tipo de medio ambiente es que Satanás utiliza el desarrollo científico como un medio para paralizar al hombre; utiliza la ciencia como un pretexto para corromper y seducir al hombre, y utiliza los placeres materiales y los deseos carnales para estimular su apetito. Impulsado por los beneficios, el hombre se vuelve cada vez más codicioso, buscando su beneficio personal. El precio lo paga el medioambiente del que dependemos para sobrevivir. El resultado: bloques de edificios de gran altura que forman selvas de concreto, a expensas de la tala de árboles, la ocupación de tierras y el rellenado de lagos. Como consecuencia, el viento y la arena son cada vez más fuertes y las tormentas de polvo dañan continuamente nuestro cuerpo y nuestra mente. Al pasar por una fábrica, nos enferma el olor penetrante que emanan. Las columnas de humo hacen que el cielo se oscurezca. Las aguas residuales de las fábricas se vierten libremente, lo cual hace que los cultivos no crezcan. Por lo tanto, los cultivos tienen que depender de los fertilizantes y pesticidas desarrollados a partir de la investigación científica para ayudarlos a crecer. Como consecuencia, nosotros nos convertimos en víctimas. Luego de comer estos alimentos envenenados, una variedad de enfermedades extrañas que nunca antes se habían visto comienzan a aparecer una tras otra, y nuestra salud empeora. Sobre la mesa del comedor, no puedo distinguir qué productos no están modificados genéticamente. Es un lujo disfrutar de alimentos orgánicos. No entendemos la verdad y no podemos ver a través de la esencia malvada y las intenciones siniestras de Satanás. Entonces vivimos sometidos Satanás, torturados y afligidos por él. La intención siniestra de Satanás es devorar y poseer a los humanos en el final.
Miren a esos niños inocentes en el anuncio. A los cinco o seis años, su mundo interior debería ser colorido. Pero cuando nacieron y abrieron sus ojos, lo que vieron fue una tierra gris negruzca. Entonces cuando los niños dibujan sus hogares, aunque tengan frente a ellos lápices de colores, para su mundo interior con un lápiz negro alcanza. Esta es la tristeza de los humanos corrompidos y afligidos por Satanás. Si continuamos destruyendo nuestra tierra de esta manera, toda la humanidad desaparecerá. Ante semejante situación, ¿qué debemos hacer?
Continué leyendo ese libro: “¿Por qué se ha encontrado el hombre en su dilema medioambiental presente? ¿No se debe a su codicia y destrucción? Si el hombre termina esta destrucción, ¿no se corregirá gradualmente por sí solo este entorno vital? Si Dios no hace nada, si no desea más hacer nada por la humanidad, es decir, si no quiere intervenir, el mejor método sería que esta detuviera su destrucción y dejase las cosas como estaban. Poner fin a toda esta destrucción significa detener el saqueo y la devastación de las cosas que Dios ha creado. Esto permitirá que el entorno en el que vive el hombre mejore gradualmente. La incapacidad de hacerlo resultará en una destrucción mayor del entorno y sólo será más grave”.
De estas palabras entiendo que Dios es el responsable de las vidas de todos nosotros. Él creó todas las cosas, las administra, y establece las leyes y las formas para todas ellas. Todo lo que hizo Dios fue crear un hogar estable y un ambiente habitable en la tierra para toda la humanidad, para que podamos crecer y reproducirnos bajo Su provisión; desarrollarnos y seguir hacia adelante. Sólo cuando dejemos de lado nuestras ambiciones y deseos codiciosos, y no queramos seguir destruyendo y corrompiendo nuestro medioambiente nuestro hogar volverá a ser una bella y armoniosa imagen donde hay un cielo es azul, agua es transparente, animales y flores, y personas llenas de risas.
(Traducido del original en inglés al español por María Virginia Fuerte)
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
Le recomendamos más contenidos de los reflexiones cristianas:
La Creación de Dios: Los Secretos del Cactus
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
Le recomendamos más contenidos de los reflexiones cristianas:
La Creación de Dios: Los Secretos del Cactus
No hay comentarios:
Publicar un comentario