miércoles, 23 de octubre de 2019

Profecías de la biblia que se han cumplido | ¿Cómo se cumplen las profecías sobre la venida del Hijo del hombre?

Profecías de la biblia que se han cumplido | ¿Cómo se cumplen las profecías sobre la venida del Hijo del hombre?
En los últimos años, algunas personas han testificado en Internet que Dios ya se ha hecho carne de nuevo y ha expresado palabras para hacer la obra de juzgar y purificar al hombre, lo que ha causado no poca conmoción en el mundo religioso. Alguien publicó lo siguiente en Internet para referirse a esto: “Los cuatro Evangelios señalan claramente: El Señor Jesús se apareció al hombre durante cuarenta días en Su cuerpo espiritual después de Su resurrección. Cuando Él ascendió, dos ángeles dijeron a los apóstoles del Señor Jesús: ‘[...] ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:11). La Biblia lo dice claramente: El Señor Jesús ascendió al cielo en Su cuerpo espiritual, así que ciertamente vendrá en un cuerpo espiritual. Por lo tanto, cuando el Señor Jesús regrese, no podrá hacerse carne”.
Esta pregunta provocó una gran controversia. Algunos dijeron: “El Señor Jesús regresará haciéndose carne”. Otros afirmaron: “El Señor Jesús no puede volver en forma carnal, sino en un cuerpo espiritual”. Estos dos puntos de vista diferentes parecen razonables. Sin embargo, ¿cómo aparecerá y obrará el Señor cuando regrese a la tierra? Yo estaba muy confundido: Ahora, muchas de las profecías en la Biblia se han cumplido y los últimos días han llegado. Si no sé cómo aparecerá y obrará el Señor, no podré darle la bienvenida. Pensé en esto y me sentí ansioso por encontrar la respuesta. Así que empecé a explorar y a investigar en Internet con algunos hermanos y hermanas en el Señor.
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Agradezco al Señor por Su plan. Conocí al hermano Pedro en Internet. Gracias a la comunicación que tuve con él, supe que era un cristiano que había servido celosamente al Señor durante muchos años. Después de conversar y de investigar juntos, descubrí que sus enseñanzas eran perspicaces y esclarecedoras. Así que le conté mi problema. El hermano Pedro dijo con seriedad: “Muchos hermanos y hermanas piensan que cuando el Señor regrese, descenderá con las nubes y se nos aparecerá en Su cuerpo espiritual. De hecho, no solo hay profecías de que el Señor aparecerá en un cuerpo espiritual en la Biblia. También hay muchas profecías de que el regreso del Señor será ‘la venida del Hijo del hombre.’ Estas son algunas: ‘Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre’ (Mateo 24:27). ‘Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre’ (Mateo 24:44). ‘Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación’ (Lucas 17:24-25). Todas estas profecías mencionan que “vendrá el Hijo del Hombre”, o ‘la venida del Hijo del Hombre’. Decir ‘El Hijo del hombre’ significa una persona que nace del hombre y tiene una humanidad normal. El Espíritu no puede ser llamado ‘el Hijo del hombre’. Es decir, el Hijo del hombre se refiere a Dios haciéndose carne como hombre, y a que Él tiene una humanidad normal y una divinidad completa. Especialmente en estas palabras, ‘Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación’, si Dios aparece en un cuerpo espiritual, entonces no hace falta decir que no sufrirá por ello. Porque el cuerpo espiritual de Dios es sobrenatural y maravilloso, y el hombre no tiene un concepto del cuerpo espiritual y no se atreve a acercarse a Él. Solo cuando Dios esté encarnado como el Hijo del hombre sufrirá el rechazo del hombre. Debido a que el Hijo del hombre es ordinario en Su apariencia exterior, el hombre no lo conoce y tendrá un concepto de Él, juzgando y condenando al Cristo encarnado. Esta es una prueba más de que el Señor regresará en Su forma carnal”.
Al escuchar la enseñanza del hermano Pedro en relación con la Biblia, comprendí el significado de estos versículos y me sentí un poco más alegre. Pensé: En el pasado, he leído estos versículos muchas veces, pero ¿por qué no tengo tal comprensión?
En ese momento, el hermano Pedro dijo:
—Hermano Li, ¿puedes entender lo que te estoy compartiendo?
—Sí puedo —respondí con alegría.
El hermano Pedro siguió hablando, “¡Gracias a Dios! Sigamos hablando y compartiendo! En realidad, si podemos entender mejor por qué el Señor se hace carne como el Hijo del hombre cuando regrese, estaremos más seguros de que el Señor regresará al hacerse carne. Vi un pasaje de palabras en un libro: ‘La salvación del hombre por parte de Dios no tiene lugar directamente a través de los medios del Espíritu o como el Espíritu, porque el hombre no puede tocar ni ver Su Espíritu, ni tampoco acercarse a Él. Si Él tratara de salvar al hombre directamente en la manera del Espíritu, el hombre sería incapaz de recibir Su salvación. Y de no ser porque Dios asumió la forma exterior de un hombre creado, sería incapaz de recibir esta salvación. Porque el hombre no puede acercarse a Él en absoluto, como nadie podría ir cerca de la nube de Jehová. Sólo volviéndose un hombre de la creación, esto es, poniendo Su verbo en la carne en la que se haría, puede obrar personalmente el verbo en todos los que le siguen. Sólo entonces puede el hombre oír por sí mismo Su verbo, verlo, recibirlo, y sólo a través de esto ser totalmente salvo. Si Dios no se hubiera hecho carne, ningún hombre de carne recibiría una salvación tan grande ni se salvaría un solo hombre. Si el Espíritu de Dios obrara directamente entre el hombre, sería herido de muerte o Satanás lo llevaría cautivo, porque el hombre es incapaz de relacionarse con Dios’ (‘El misterio de la encarnación (4)’). A partir de estas palabras, podemos entender lo siguiente: No podemos ver ni tocar el Espíritu de Dios, y no es fácil acercarnos a Él. Si Dios obra a través del Espíritu, no podemos obtener el riego y el suministro de la verdad, y mucho menos obtener la salvación de Dios. Tal como señala la Biblia: ‘Y todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos’ (Éxodo 20:18-19). ‘Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y le he glorificado, y de nuevo le glorificaré. Por eso la multitud que estaba allí y la oyó, decía que había sido un trueno; otros decían: Un ángel le ha hablado’ (Juan 12:28-29). De estos versículos, podemos comprender lo siguiente: Cuando Dios nos habla en el cielo, no podemos entender Sus palabras, ni captar Su voluntad con exactitud. En cambio, nos sentimos aterrorizados y temerosos, y no nos atrevemos a acercarnos a Él. Además, si Dios obra a través del Espíritu, expresará Su carácter majestuoso e iracundo. Así como en la Era de la Ley, mientras la gente cometiera pecados, eran quemados por el fuego celestial o apedreados hasta la muerte. Debido a que todos somos corrompidos por Satanás, cada vez que revelamos nuestro carácter corrupto, Dios nos puede derribar fácilmente por ofender Su carácter, y hacer que perdamos de manera irremediable la oportunidad de ser salvos. Por el contrario, si Dios se hace carne como el Hijo del hombre y expresa la verdad desde la perspectiva de la humanidad, transformando el lenguaje divino en un lenguaje humano claro para abastecernos y guiarnos, entonces podremos captar con mayor precisión la voluntad de Dios y entender Su carácter. Por ejemplo, cuando revelemos caracteres corruptos, conoceremos nuestra desobediencia y corrupción a través de la lectura de las palabras de Dios, para poder detener a tiempo nuestros pasos para hacer el mal. Cuando seamos débiles y pasivos, las palabras de Dios nos animarán, consolarán y exhortarán, dándonos fe y fuerza... En resumen, el regreso del Señor a la carne para obrar es lo más beneficioso para la salvación de la humanidad, y para salvarla mejor”.
Dios y discípulo
Me sentí profundamente conmovido después de escuchar las palabras de Pedro. Le dije: “En cuanto al regreso del Señor, siempre viví en mis conceptos e imaginaciones, esperando que el Señor que había regresado se nos apareciera en un cuerpo espiritual. Solo entonces me di cuenta de que la mejor manera de salvar a la humanidad corrupta es que el Señor se haga carne como el Hijo del hombre para hacer Su obra cuando Él venga. El Señor Jesús fue el Hijo encarnado del hombre, y lo que Él expresó fue todo el lenguaje humano que podemos entender. Como, por ejemplo, la parábola del sembrador, la parábola de la levadura y la parábola de la oveja descarriada. Estas verdades se han arraigado profundamente en nuestro interior y han guiado la dirección de nuestro progreso. Si no podemos entender estas palabras expresadas por Dios, ¿cómo podemos conocer a Dios, acercarnos a Él y obtener Su Salvación? El Señor profetizó que Él expresaría más verdades para hacer la obra de juicio y purificación. El Espíritu de Dios es supremo y santo. Así que si Dios hace esta obra en un cuerpo espiritual de acuerdo a nuestra imaginación, la gente como nosotros, que a menudo peca y se confiesa cada día, vive en la esclavitud de los pecados y no puede salir de ella, debe ser golpeada por Dios debido a nuestro pecado, sin mencionar ser salvos y entrar en el reino de los cielos. Parece que solo cuando Dios se hace carne como el Hijo del hombre —al igual que el Señor Jesús, que era íntimo con la gente—, habla y obra para juzgarnos y purificarnos, podemos obtener la salvación de Dios, romper con el pecado y ser santos”.
Después de escuchar mis palabras, Pedro dijo conmovido: “Puedes dejar de lado tus ideas e imaginaciones, y darte cuenta de que el propósito de la segunda encarnación de Dios es salvar a la humanidad; este es el efecto de la iluminación y la guía de Dios. ¡Demos gracias a Dios! En realidad, cuando Dios se hace carne por segunda vez y hace Su obra, no sólo expresa la verdad para salvar a la humanidad, sino que realiza una obra crucial: separa el trigo de la cizaña y las ovejas de las cabras, separando a todos según su especie, recompensando a los buenos y castigando a los malos. Si el Señor hace Su obra en un cuerpo espiritual cuando regrese, todos lo tratarán con respeto y no se atreverán a resistirse a Él; ni siquiera la prole de Satanás se atreverá a hacerlo. Si es así, el Señor no aprovechará la situación para separar lo bueno de lo malo.
“Un libro espiritual dice: ‘Las nociones originales del hombre sólo se pueden revelar por medio de su contraste con el Dios encarnado. Sin la comparación con el Dios encarnado, las nociones del hombre no se podrían revelar; […]’ (‘La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios hecho carne’). Debido a que muchas personas no conocen al Cristo encarnado, lo tratan como a un hombre ordinario, resistiendo y condenando a Dios arbitrariamente. Mientras que algunas personas pueden buscar con humildad aunque no conozcan al Dios encarnado, obtienen sin saberlo esclarecimiento e iluminación del Espíritu Santo y reconocen al Cristo encarnado. Tal como dijo el Señor Jesús: ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen’ (Juan 10:27). De esta manera, las ovejas pueden separarse de las cabras, y el trigo puede separarse de la cizaña. Si Dios no se hace carne para realizar Su obra en los últimos días, pensaremos que somos las personas más leales a Dios, que amamos más a Dios, y quien más merece las recompensas de Dios. Es precisamente debido a que la encarnación del Señor regresado es normal y práctica, que los conceptos e imaginaciones, la rebeldía y la resistencia dentro de nosotros, quedan completamente expuestos. Veamos, por ejemplo, cuando el Señor Jesús se hizo carne para obrar: Los fariseos y el pueblo judío vieron que el Señor Jesús era normal y ordinario en apariencia, así que lo consideraron como una persona ordinaria, y lo juzgaron, se resistieron y lo condenaron deliberadamente. Dijeron que el Señor Jesús era el hijo de un carpintero, y que había expulsado demonios de Belcebú, el príncipe de los demonios. No buscaron la verdad expresada por el Señor Jesús en absoluto. Sin embargo, los verdaderos creyentes en Dios, como Pedro, Juan y Natanael, reconocieron la voz de Dios por la obra y las palabras del Señor Jesús, le siguieron de cerca y obedecieron Sus enseñanzas. Podemos decir que Dios hace Su obra en los últimos días haciéndose carne para revelar a las ovejas y a las cabras, a los buenos siervos y a los malos, lo cual manifiesta plenamente la omnipotencia y sabiduría de Dios y Su carácter justo”.
Después de escuchar el testimonio de Pedro, mi corazón estuvo mucho tiempo sin poder calmarse. Anteriormente, yo sabía simplemente que cuando el Señor regrese, recompensará al bueno y castigará al malo, y separará a las ovejas de las cabras, pero ignoraba cómo haría Su obra. Yo entendía lo siguiente: El Señor hará esta obra en Su forma carnal cuando regrese, y probará si los creyentes en Él son verdaderos creyentes o no por la obra normal y práctica del Hijo del hombre, para que el bien pueda ser separado del mal. Tal obra de Dios es realmente demasiado sabia y no puede ser concebida y comprendida por el hombre.
Después de un tiempo, Pedro me envió otro pasaje de palabras: “La primera encarnación fue para redimir al hombre del pecado por medio de la carne de Jesús, esto es, Él salvó al hombre desde la cruz, pero el carácter satánico corrupto todavía permaneció en el hombre. La segunda encarnación ya no es para que sirva de ofrenda por el pecado, sino para salvar por completo a los que fueron redimidos del pecado. Esto se hace de tal forma que los perdonados puedan ser librados de sus pecados, ser purificados completamente, y alcanzar un cambio de carácter, liberándose así de la influencia de las tinieblas de Satanás y regresando delante del trono de Dios. Sólo así puede el hombre ser plenamente santificado. […] La segunda encarnación es suficiente para eliminar los pecados del hombre y purificarlo plenamente. Así pues, la segunda encarnación pondrá fin a toda la obra de Dios en la carne y completará el sentido de la encarnación de Dios. A partir de ahí, la obra de Dios en la carne habrá llegado totalmente a su fin. Después de la segunda encarnación, no se hará carne de nuevo por Su obra. Porque toda Su gestión habrá llegado a su fin. En los últimos días, Su encarnación habrá ganado totalmente a Su pueblo escogido, y todos los hombres en los últimos días habrán sido catalogados según su tipo. Él ya no hará más la obra de salvación ni regresará a la carne para llevar a cabo obra alguna” (“El misterio de la encarnación (4)”). Y luego compartió esta enseñanza conmigo: “La primera encarnación de Dios fue hacer la obra de redención para redimir a la humanidad del pecado; la segunda encarnación de Dios es hacer la obra de juicio y purificación para limpiar y cambiar completamente a todos Sus verdaderos creyentes, para que puedan llegar a ser el pueblo que está en sintonía con Su voluntad. Cuando Dios gane a quienes quiere salvar, hará la obra de separar a todos de acuerdo a su especie y recompensar a los buenos y castigar a los malos. Finalmente, llevará a toda la gente perfeccionada por Él al maravilloso destino. Por lo tanto, las dos encarnaciones de Dios han completado toda la obra del plan de gestión de Dios y han completado el significado de Sus encarnaciones. Aparte de esto, no habrá una tercera o cuarta encarnación de Dios”.
Luego de escuchar la enseñanza de Pedro y las palabras del libro espiritual, mi problema finalmente se resolvió. También entendí que la segunda encarnación de Dios es hacer la obra de concluir la era y completar el significado de las encarnaciones de Dios. A partir de entonces, Dios no se encarnará para hacer Su obra por tercera o cuarta vez. ¡Demos gracias a Dios! Parece que es muy importante aceptar la obra de la encarnación de Dios de los últimos días.
Scripture quotations taken from LBLA Copyright by The Lockman Foundation. 
Fuente: Evangelio de la Fuente de la Vida
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