Hola hermanos y hermanas de Spiritual Q&A (Preguntas y Respuestas Espirituales):
En los últimos años, los pastores y ancianos nos han dicho: “Ahora estamos en el último período de los últimos días. Todo tipo de desastres se están produciendo con mayor frecuencia y cada vez es peor, las profecías sobre el retorno del Señor básicamente ya se han cumplido. Esto demuestra que el Señor volverá pronto. Sin embargo, surgirán más y más herejías, caminos falsos, así que debemos estar en guardia, orar y apegarnos al camino del Señor. Si alguien predica que el Señor ha regresado, debemos negarnos a escuchar, leer o ponernos en contacto con él, para que no seamos engañados y en consecuencia seamos abandonados por el Señor”. Pero muchos hermanos y hermanas están confundidos: “Si no escuchamos, leemos o nos ponemos en contacto con los mensajes sobre el regreso del Señor por temor a ser engañados, ¿no estaremos cerrando la puerta, negándonos a dejar entrar al Señor? ¿Si dejamos de comer solo por temor a atragantarnos, podremos acoger el regreso del Señor?” Así que quiero hacerle una pregunta: ¿Es correcto que cerremos nuestras puertas y esperemos solos por temor a ser engañados? ¿Cuál es su opinión sobre esta pregunta? Por favor, comparta conmigo.
Sinceramente suyo
Guangming
1 de noviembre, 2018
He recibido su correo electrónico y la pregunta que usted ha propuesto es muy crucial porque está directamente relacionada con si podemos o no dar la bienvenida al regreso del Señor. De hecho, es también la duda común de muchos hermanos y hermanas en el Señor. Ahora, conversemos sobre esto.
1. Las cosas que provienen de Dios nos hacen decididos y valientes; el temor proviene de Satanás.
En los últimos días, el Señor vendrá de nuevo, y aparecerán toda clase de herejías y caminos falsos. Estos son los hechos. En esta coyuntura crítica de acoger la llegada del Señor, nos negamos a escuchar, leer o contactarnos con cualquier mensaje sobre el regreso del Señor, por temor a ser engañados. De esta manera, aunque evitemos ser engañados por caminos falsos, cerraremos fácilmente la puerta al Dios verdadero. Esto parece seguro, pero en realidad, hay una trama de Satanás, que teme que busquemos activamente las huellas de Dios y que regresemos a Su presencia, por lo que hace todo lo posible para enviarnos sus pensamientos o difundir herejías, mentiras para engañarnos y que nos limitemos. Como resultado, no hacemos más que defendernos pasivamente y por otra parte, incluso aún si hemos escuchado a alguien que da testimonio del regreso de Jesucristo, no nos atrevemos a buscar o investigar. Entonces, ¿cómo podemos recibir el retorno del Señor de esta manera? En cuanto a la acogida de la segunda venida del Señor, si tomamos la defensa contra la herejía y la falsa doctrina como nuestra misión principal, pero no damos importancia a la búsqueda y la investigación del verdadero camino, ¿no sería un caso de “lo barato sale caro”? De hecho, no importa cómo nos cuidemos contra las herejías y la falsa doctrina, si no acogemos con beneplácito el regreso del Señor ni podemos ser llevados ante el trono de Dios, seremos vírgenes insensatas que serán eliminadas y abandonadas por Dios al final. Todos sabemos que Dios es todopoderoso y que todo en el mundo está en las manos de Dios. Jehová Dios dijo: “Y que no desmaye vuestro corazón, ni temáis al rumor que se oirá en la tierra; […]” (Jeremías 51:46). 2 Timoteo 1:7 también dijo: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. De estos versículos, podemos ver que lo que Dios nos da es fuerza, coraje y que la fuente del temor es Satanás. Estamos bajo el cuidado y la protección de Dios, tenemos la presencia y el liderazgo del Espíritu Santo; ¿Hay alguna necesidad de que nos preocupemos o tengamos miedo de ser engañados? La oveja de Dios escucha Su voz. Aquellos que realmente tienen inteligencia y calidad no serán engañados por herejías y falsos caminos. Solo aquellos que están confundidos y sin inteligencia pueden ser engañados por herejías y caminos falsos. Creo que cuando busquemos y examinemos el regreso del Señor, mientras confiemos sinceramente y miremos a Dios y busquemos la verdad, obtendremos el liderazgo y la guía de Dios y podremos discernir entre el verdadero camino y los falsos según la palabra de Dios, no seremos engañados por los falsos caminos. Sin embargo, los pastores y ancianos nos piden no escuchar, leer o ponernos en contacto con el evangelio del regreso del Señor. Obviamente, está en completa oposición a la voluntad del Señor. Nos están bloqueando de investigar el verdadero camino y arruinando la oportunidad de que nosotros acojamos el regreso del Señor. Debemos tener claro esto.
La Biblia dice: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17). Así que debemos conocer el camino antes de creer en él. Solo conociendo el camino podemos juzgar si es o no el verdadero camino y la manifestación y obra de Dios. Recordando el tiempo cuando Jesucristo realizó Su obra, los fariseos lo calumniaron, condenaron ampliamente y negaron que Su obra fuera el verdadero camino; por otra parte, engañaron al pueblo judío para que no buscara o investigara. Incapaz de distinguirlos, el pueblo judío escuchó ciegamente sus palabras, así se rehusó a escuchar la predicación de Jesucristo y cometió al mayor de los pecados al seguirlos para clavar a Jesucristo en la cruz. Pero algunas personas, como Pedro, Mateo, Marcos, Juan, etc., no creían en los rumores de los fariseos, ni permitían que el temor de ser engañados les impidiera escuchar el evangelio del Señor. En cambio, escucharon los sermones de Jesucristo con un corazón que anhelaba buscar y escucharon los sermones de Jesucristo dondequiera que Él predicara. Fue porque tenían un corazón que buscaba y anhelaba que reconocieran que las palabras de Jesucristo tienen la autoridad y son la voz de Dios, al fin de determinar que Él es el Mesías. Ganaron la salvación y las bendiciones de Dios. ¿Todo esto no fue por ir a escuchar sermones con un corazón que busca la verdad?
Se menciona muchas veces en Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ver Apocalipsis 2-3). Jesucristo también dijo: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). Jesucristo nos dijo claramente que Él volverá a hablar cuando regrese en los últimos días. Y Él nos dirá que ha venido a través del llamamiento de alguien. Así que, en lo que se refiere a recibir el regreso del Señor, necesitamos tener un corazón de búsqueda. Cuando escuchamos a alguien predicando que el Señor ha regresado, éste es el Señor llamando a nuestra puerta. Debemos ser vírgenes prudentes, buscar e investigar activamente, prestar atención para escuchar la voz de Dios y ver si este camino tiene o no la verdad y la obra del Espíritu Santo. Solo así, podemos acoger el regreso del Señor.
3. Es clave para aprender a distinguir el verdadero camino de los falsos
Ahora sabemos que, si queremos dar la bienvenida al regreso del Señor, necesitamos buscar activamente en lugar de mantener una defensa pasiva. Además, el aspecto más crítico es que debemos comprender los principios para distinguir entre el camino verdadero y los falsos; solo así no seremos engañados. Entonces, ¿cómo debemos discernir entre ellos? Primero vamos a leer un pasaje de las palabras: “¿Cuál es el principio más fundamental en la búsqueda del camino verdadero? Debes ver si existe o no la obra del Espíritu Santo en este camino, si estas palabras son la expresión de la verdad, a quién han sido testificadas y lo que pueden traerte. Distinguir entre el camino verdadero y el falso requiere de varios aspectos de los conocimientos fundamentales, el más fundamental de los cuales es decir si existe o no la obra del Espíritu Santo. Porque la esencia de la creencia del hombre en Dios es la creencia en el Espíritu de Dios, e incluso su creencia en Dios encarnado se debe a que esta carne es la personificación del Espíritu de Dios, lo que significa que tal creencia sigue siendo la creencia en el Espíritu. Existen diferencias entre el Espíritu y la carne, pero debido a que esta carne proviene del Espíritu, y es la Palabra hecha carne, entonces en lo que el hombre cree sigue siendo la esencia inherente de Dios. Y, por ende, al diferenciar si este es o no el camino verdadero, por sobre todo se tiene que observar si es o no la obra del Espíritu Santo, después de lo cual se debe ver si existe o no la verdad en este camino. Esta verdad es el carácter de vida de la humanidad normal, es decir, lo que fue requerido del hombre cuando Dios lo creó en el principio, a saber: toda la humanidad normal (incluyendo el sentido humano, la percepción, la sabiduría y el conocimiento básico de ser hombre). Es decir, se necesita analizar si este camino puede llevar o no al hombre a una vida de humanidad normal, si la verdad dicha es o no requerida de acuerdo con la realidad de la humanidad normal, si esta verdad es o no práctica y real, y si es o no la más oportuna. Si existe verdad en ello, entonces será capaz de llevar al hombre a experiencias normales y prácticas; el hombre, por otra parte, se hace cada vez más normal, el sentido humano del hombre se vuelve cada vez más completo, la vida del hombre en la carne y la vida espiritual se vuelven cada vez más ordenadas, y las emociones del hombre se hacen cada vez más normales. Este es el segundo principio. Hay otro principio, que se refiere a si el hombre tiene o no un conocimiento cada vez mayor de Dios, si el que experimente este tipo de obra y verdad puede inspirar el amor por Dios en él y acercarlo cada vez más a Dios. En esto se puede medir si este es o no el camino verdadero. Lo más fundamental es si este camino es realista en vez de sobrenatural, y si es o no capaz de proporcionar vida al hombre. Si se ajusta a estos principios, puede llegarse a la conclusión de que este camino es el camino verdadero”. “Si se trata de la obra del Espíritu Santo, el hombre se hace cada vez más normal, y su humanidad se vuelve cada vez más normal. El hombre tiene un conocimiento cada vez mayor de su carácter corrupto satánico y de la esencia del hombre, y él tiene un anhelo cada vez mayor de la verdad. Es decir, la vida del hombre crece y crece, y el carácter corrupto del hombre llega a ser capaz de más y más cambios, todo lo cual es el significado de que Dios se convierta en la vida del hombre. Si un camino es incapaz de revelar aquellas cosas que son la esencia del hombre, es incapaz de cambiar el carácter del hombre y, más aún, es incapaz de traerlo ante Dios o de proporcionarle una verdadera comprensión de Dios, e incluso hace que su humanidad se vuelva cada vez más humilde y su sentido cada vez más anormal, entonces este no debe ser el camino verdadero, y puede que sea obra de un espíritu maligno, o sea el camino antiguo. En pocas palabras, no puede pertenecer a la presente obra del Espíritu Santo”.
De este pasaje, podemos ver que, si es el verdadero camino, debe tener la obra del Espíritu Santo. Esta es la clave para distinguir el verdadero camino de los falsos. Dado que es el verdadero camino, es ciertamente la obra de Dios mismo y debe ser sostenido por el Espíritu Santo. Por ejemplo, cuando Jesucristo vino a realizar Su obra, Él terminó la Era de la Ley, inició la Era de la Gracia y trajo el camino del arrepentimiento. Todos los que siguieron a Jesucristo, siempre y cuando clamaran sinceramente a Él, recibirían la obra del Espíritu Santo y gozarían de la gracia abundante otorgada por el Señor. Si las personas pecaban, siempre y cuando oraran sinceramente al Señor, sus pecados serían perdonados y sus corazones estarían llenos de paz y felicidad. No importa qué dificultades y problemas haya encontrado la gente, mientras practicaran según la palabra del Señor, sus almas ganarían libertad y alivio. Si no lo hicieran, estarían llenos de culpabilidad y estarían en deuda con el Señor en sus corazones. A medida que la gente experimentaba continuamente la palabra y la obra del Señor, ellos tenían más y más fe en el Señor y su amor por Él crecía gradualmente, por lo que estaban dispuestos a dejar todo a un lado por el Señor y ofrecer todo su ser a Jesucristo difundiendo Su evangelio. Así que aunque la obra de Jesucristo se enfrente con la descontrolada condena y persecución del gobierno romano y el mundo religioso judío, Su evangelio se extendió espectacularmente por la totalidad de Judea. Todas las personas que verdaderamente creían en Dios y que anhelaban la aparición de Dios aceptaron la salvación de Jesucristo y regresaron a la presencia de Dios. Después de 2000 años, el evangelio de Jesucristo ha sido predicado hasta los confines del universo y el cristianismo ha formalizado como la religión del estado en muchos países. Todo esto es fruto de la obra del Espíritu Santo. Por el contrario, los caminos falsos no tienen ninguna guía o protección por la obra del Espíritu Santo, por lo que sus seguidores no tendrán fe verdadera en Dios o amor verdadero por Dios. Por otra parte, no importa cuán apasionados sean al principio en apariencia, se marcharán antes de tiempo. Esto es como lo que decimos a menudo: “Lo que es de Dios prosperará y lo que es del hombre perecerá”. Por lo tanto, podemos discernir si es el verdadero camino, de acuerdo a si es la obra del Espíritu Santo o no.
Además, si es la verdadera senda, debe existir la expresión de la verdad y de la vida. Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; […]” (Juan 14:6). Dios es la fuente de la vida. Solo Dios puede expresar la verdad, darnos vida y proveer para nuestras necesidades actuales, y solo Dios puede señalarnos los caminos adecuados, resolver todos nuestros problemas, encrucijadas y dificultades. Por ejemplo, al final de la Era de la Ley, nadie podía aferrarse a las leyes y los mandamientos de Dios, por lo que todos se enfrentaron al peligro de ser condenados y ejecutados legalmente. Así, respondiendo a las necesidades de la gente de aquel tiempo, Dios comenzó la obra de redimir a la humanidad. Jesucristo expresó muchas verdades, nos enseñó a los seres humanos a amarnos unos a otros, ser tolerantes, pacientes, amar a nuestros enemigos, perdonar a los demás setenta veces siete y Él también nos dijo que, aquellos que tienen sed, hambre de rectitud y que son perseguidos por el bien de la justicia, son bendecidos y son personas aprobadas por Dios, mientras que los hipócritas, los que engañan a los demás y odian la verdad serán odiados y condenados por Dios. Además, Jesucristo nos hizo varias exigencias, como llevar la cruz para seguir al Señor, adorar al Señor en espíritu y en verdad, amar a Dios con todo nuestro corazón y alma, seguir la voluntad de Dios, ser personas honestas, entre otras. De la palabra de Jesucristo podemos entender la voluntad y las exigencias de Dios y podemos saber qué clase de persona le gusta y le disgusta a Dios, qué tipo de personas pueden entrar en el reino de los cielos, cómo la gente debe perseguir para amar a Dios, cómo tratar a los demás, etc. Cuando actuamos de acuerdo a la palabra del Señor, nuestras dificultades, problemas y confusiones se resuelven, crecemos para entender la verdad cada vez más, nuestra humanidad se vuelve cada vez más normal, y nuestra relación con Dios se hace más cercana. Todo esto es el efecto de la palabra de Señor sobre nosotros. De esto podemos ver que el camino verdadero tiene la expresión de la verdad y de la vida, puede proporcionarle a la gente lo que necesita y puede darles nuevos caminos adecuados. Si un camino no puede traer a la gente la verdad o señalarles un nuevo camino conveniente, solo repite la obra y las palabras anteriores de Dios, solo le permite a la gente entender algunas doctrinas que parecen verdaderas pero son realmente falsas o simplemente permite a la gente seguir algunas viejas reglas, entonces no es el verdadero camino; tal vez es el camino antiguo o el camino falso, o tal vez, es la obra de los espíritus malignos y Satanás que imitan la obra pasada de Dios para engañar a la gente.
El tercer principio que debemos considerar al distinguir el verdadero camino es ver si éste le da a la gente un conocimiento cada vez mayor de Dios y si inspira amor a Dios en ellos. Todos sabemos que, dado que Dios viene a realizar Su obra, Él inevitablemente expresará Su carácter, así como todo lo que Él tiene y es, haciendo que la gente llegara a un entendimiento genuino de Dios. Esto es igual que en la Era de la Ley, cuando Jehová Dios emitió leyes para guiar la vida de la gente en la tierra. Independientemente de si era un sacerdote que servía a Dios o una persona común, siempre que cumplieran con la ley y los mandamientos, actuaran de acuerdo con los requisitos de Dios, recibirían Sus bendiciones y Su aprobación. Por el contrario, si los sacerdotes no cumplieran con la ley y los mandamientos, serían incinerados por los fuegos del cielo; si alguien entre la gente común violaba las leyes y los mandamientos, serían apedreados hasta la muerte. De la obra de Dios de esta manera, reconocieron que Dios es espíritu y está en todas partes, que Dios vigila sobre toda la tierra y mira en lo profundo del corazón de la gente y que el carácter de Dios es principalmente majestad, ira, maldición, ardor y no puede ser ofendido por nadie. De tal modo desarrollaron un corazón de reverencia hacia Dios. En la Era de la Gracia, Dios vino a la tierra y se encarnó como el Señor Jesús para hacer una etapa de Su obra para redimir a la humanidad. Jesucristo sanó a los enfermos y echó fuera a los demonios, nos otorgó gracia abundante, nos enseñó a ser tolerantes y pacientes, amar a nuestros enemigos, a perdonar a los demás setenta veces siete, y así sucesivamente. Finalmente fue clavado en la cruz para redimir a toda la humanidad. A través de las palabras y obra de Jesucristo, reconocimos que el carácter de Dios está lleno de amor y misericordia. También vimos que Dios no solo podía realizar la obra en el Espíritu, sino que también podía tomar una forma humana humilde y hablar cara a cara con nosotros. Él está lleno de amor por la gente. Él está lleno de tolerancia… Y todo esto nos hizo llegar a una nueva comprensión de Dios, nos permitió ver la humildad y belleza de Dios. Entonces, no podemos evitar desarrollar un corazón de adoración genuina, reverencia y sumisión para Dios, por lo tanto, si es el camino verdadero, hará que la gente entienda más acerca de Dios, e inspirará una mayor comprensión acerca de el carácter de Dios y así desarrollará un corazón de amor genuino y reverencia por Dios. Sin embargo, el camino falso no es la obra de Dios. No contiene el carácter de Dios ni todo lo que Dios tiene y es, en lo más mínimo, ni puede permitir que la gente tenga una comprensión genuina o práctica de Dios, mucho menos que pueda traer a la gente cualquier fruto positivo o inspirar a la gente a amar a Dios.
Estos son los tres principios para distinguir entre el camino verdadero y el falso. Jesucristo dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Creo que, mientras busquemos la verdad sinceramente, investiguemos basándonos en estos tres principios al escuchar a alguien predicando la venida del Señor, ganaremos la guía e iluminación de Dios, escucharemos la voz de Dios y recibiremos el regreso del Señor. De manera opuesta, si adoptamos ciegamente un enfoque por el cual no escuchemos, no leamos, no entremos en contacto y nos aislemos detrás de puertas cerradas por miedo de ser engañados con falsos caminos, entonces nunca recibiremos el regreso del Señor por no comer por temor a atragantarnos.
Hermano Guangming, espero que lo compartido le sea de ayuda. Si usted tiene cualquier otro problema, por favor, vuélvanos a escribir.
Atentamente,
Spiritual P&R (Ayuda espiritual)
9 de noviembre, 2018
(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)
Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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