Escuchar música cristiana | Sólo los que reverencian a Dios son felices
I
Hubo una vez un hombre justo llamado Job,
que siempre temió a Dios y evitó el mal.
Dios alabó sus actos, que el hombre recuerda.
La vida de Job tuvo significado y valor.
Dios bendijo a Job,
pero Satanás lo tentó y Dios lo puso a prueba.
Al ser testigo de Dios, a quien temía,
mereció ser llamado un hombre justo.
A pesar de lo que Job había pasado,
tuvo una vida sin dolor, una vida feliz.
Job fue feliz no sólo porque Dios lo bendijo o elogió,
sino también por su búsqueda,
porque buscó reverenciar a Dios.
¡Job fue feliz!
II
En las últimas décadas, tras ser puesto a prueba,
la vida de Job tuvo más sentido.
Él buscaba la fe, el reconocimiento
y someterse a la soberanía de Dios.
Esta búsqueda marcó los momentos vitales de su vida.
Vivió sus últimos años en paz
y fue feliz cuando llegó su fin.
A pesar de lo que Job había pasado,
tuvo una vida sin dolor, una vida feliz.
Job fue feliz no sólo porque Dios lo bendijo o elogió,
sino también por su búsqueda,
porque buscó reverenciar a Dios.
¡Job fue feliz!
III
Al buscar temer a Dios y apartarse del mal,
Job descubrió la soberanía de Dios.
Y al vivirlo, se dio cuenta de cuán maravillosos
eran los actos del Creador.
Job fue feliz gracias a que estaba con Él,
lo conocía de verdad y se entendía con Dios.
¡Job fue feliz!
Job fue feliz no sólo porque Dios lo bendijo o elogió,
sino también por su búsqueda,
porque buscó reverenciar a Dios.
¡Job fue feliz!
IV
Job fue feliz debido al consuelo y la alegría
de conocer la voluntad del Creador,
debido a que vio cuán grande, maravilloso,
adorable y fiel es Dios.
¡Job fue feliz!
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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