miércoles, 30 de diciembre de 2020

Las claves para estudiar la Biblia


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Estudios bíblicos profundos - Las claves para estudiar la Biblia

Leer la Biblia es un curso obligatorio para cada cristiano. Para poder sacar lo mejor de la lectura bíblica para poder entender mejor la voluntad del Señor, muchos cristianos han pensado acerca de algunos métodos de estudiar la Biblia. Primeramente, ellos escogen la versión de la Biblia que van a leer. Ahora, existen muchas versiones de la Biblia, tales como La Biblia de Estudio Diario Vivir, La Biblia con Referencias Cruzadas, y la Biblia de Estudio Vida Abundante. También existen diferentes versiones de la Biblia escritas por mucha gente espiritual. Y por lo general se escogen las Biblias escritas por gente espiritual bien conocida o prestigiosa; segundo, ellos escogen capítulos los que ellos mismos piensan son los más cruciales y las escrituras que a menudo son explicadas por los pastores y ancianos como su primera opción cuando leen la Biblia; tercero, ellos leerán un poco de la Biblia cada día, etc. Todos han resumido algunos métodos de estudiar la Biblia. Gracias al Señor por Su dirección, no hace mucho tiempo, cuando unos compañeros de trabajo y yo discutíamos métodos de estudio, encontramos el mejor método de estudio de la Biblia y yo quisiera compartirlo con ustedes hermanos y hermanas.

Los hermanos y hermanas que están familiarizados con la Biblia, todos saben que no sólo hay las palabras de Dios, sino también las palabras del hombre en la Biblia. Cuando la leemos con cuidado, no es difícil encontrar que todas las palabras de Dios están explícitamente indicadas en la Biblia. Por ejemplo: En los libros de los profetas del Antiguo Testamento, las palabras de Jehová Dios reveló a los profetas para trasmitir están claramente mencionadas con “y vino la palabra del Señor a”, etc. En las demás escrituras de la Biblia, las palabras que Jehová Dios dijo personalmente también están claramente marcadas con “Jehová Dios dijo”, etc. Y el resto son todas palabras del hombre y fueron escritas por hombres quienes experimentaron la obra de Jehová Dios en ese momento. Los cuatro evangelios del Nuevo Testamento fueron escritos por cuatro autores acerca de lo que ellos mismos escucharon o vieron de la obra del Señor Jesús, entre los que las palabras del Señor Jesús están claramente indicadas con frases como “Jesús dijo”, “Jesús les dijo”, etc. Más aún, Apocalipsis son las visiones que Juan tuvo bajo la inspiración de Dios y las profecías de cómo Dios hará su obra en los últimos días. Estas palabras vienen directamente de la revelación de Dios y son todas palabras de Dios.

Mientras que lo restante son las cartas que Pablo y los demás discípulos a ese momento escribieron a cada Iglesia. Al principio de las cartas, estas están claramente marcadas con palabras como “Pablo, Apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, a”, “Pedro, un Apóstol de Jesucristo, a”, etc. Estas cartas son las palabras que ellos escribieron para exhortar y estimular a los cristianos en cada Iglesia de ese tiempo sobre la carga de cada Iglesia. Y estas palabras, son todas sus experiencias y conocimiento, sólo representan la voluntad del hombre y no se pueden comparar a las palabras de Dios, porque Dios tiene la sustancia de Dios y sólo las palabras de Dios son la verdad. El Señor Jesús dijo, Yo soy el camino, y la verdad, y la vida (Juan 14:6). “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25). “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Dios es nuestro Pastor. Las palabras de Dios son la verdad, tienen autoridad y poder y representan Su disposición; ellas pueden convertir en nuestra vida, suplir nuestras necesidades y son lámparas guiando nuestro camino en la oscuridad, y son las que nadie puede expresar. Sin embargo, todas las palabras del hombre provienen de su conocimiento luego de obtener la iluminación del Espíritu Santo y la ilustración basada en su experiencia de la obra de Dios y son las expresiones del entendimiento y opiniones del hombre y representan lo que el hombre tiene y es. De algunas se obtienen beneficios y edificación en la vida de la gente, pero ninguna de las palabras iluminadas e ilustradas por el Espíritu Santo pueden representar la expresión directa de Dios. Estas no son la verdad, ni tampoco pueden ser la vida del hombre. Tal como lo dijo el Apóstol Pablo, “Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento” (1 de corintios 3:6). Cuando distinguimos entre las palabras de Dios y las del hombre en la Biblia, podemos decir con seguridad que el mejor método de estudiar la Biblia es el escoger leer las palabras de Dios y después buscar el entender la verdad y comprender la voluntad de Dios en la palabra de Dios para que podamos aplicarla con certeza de acuerdo con las demandas de Dios y ganando la oferta de vida de Dios.

¿Cómo debemos leer la palabra de Dios para que podamos entender la verdad en ellas? La Biblia dice, “porque la letra mata, pero el Espíritu da vida” (2 de corintios 3:6). Las palabras de Dios contienen misterios, así que no podemos conocerlos de acuerdo con las letras; al contrario, debemos poner atención a ponderar el significado espiritual en ellas. Entonces; ¿Cómo podemos lograr esto? Muchos hermanos y hermanas, especialmente compran herramientas auxiliares, tales como Concordancias de la Biblia, y Enciclopedias Bíblicas, para poder entender mejor el significado de los versículos. Estas herramientas auxiliares pueden ayudarnos a entender algún vocabulario espiritual o el significado literal de los versículos. Sin embargo, si nosotros queremos entender el significado real de las palabras de Dios, sobre todo, se nos requiere el acallar nuestros corazones ante Dios y leer cuidadosamente las palabras de Dios; sólo entonces podemos obtener el entendimiento y la iluminación del Espíritu Santo y entender la voluntad de Dios.

Las palabras de Dios son la verdad y cada palabra contiene Su voluntad y representan una manifestación del carácter de vida de Dios mismo. Así que, leyendo las palabras de Dios, debemos entender la intención de Dios hablada en cada palabra, por qué quiso Dios decir estas palabras, qué asuntos han revelado las palabras de Dios y qué manifestaciones se expresan en cada asunto. Debemos entender también que las palabras de Dios son verdad y lo que Dios revela son los asuntos que todos tenemos, pero no enfocados en un individuo en específico. Por lo tanto, debemos reflexionar en qué manifestaciones dentro de nosotros no están practicando las palabras de Dios, sino desobedeciendo y resistiendo a Dios basados sobre la base de los asuntos que Dios revela. No sólo debemos conocer nuestras propias limitaciones y defectos; tenemos que saber lo que Dios tiene y es. Cuando leemos las palabras de Dios con nuestro corazón, vemos la misericordia y salvación de Dios para nosotros entre las líneas de las palabras de Dios.

¡Gracias al Señor! ¡Espero que cuando lean la Biblia, los hermanos y hermanas en el Señor puedan conocer la voluntad de Dios de cada palabra de Dios, entender las expectativas de Dios sobre nosotros, veamos claramente nuestra corrupción y limitaciones, conocer los desvíos en nuestra práctica y luego nos regresemos a tiempo para actuar en armonía con la voluntad de Dios, y pronto convertirnos en gente conforme al corazón de Dios! ¡Amén!

(Traducido del original en inglés al español por Angel L Perez Rosado)

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Cómo leer la Biblia— 4 puntos clave

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Cómo leer la Biblia — 4 puntos clave

Algunas personas dicen que la Biblia es el mayor regalo que Dios nos ha dado, por lo que debemos valorarlo y leerlo cuidadosamente; algunas personas dicen que leer la Biblia les da confianza y paciencia; algunas personas dicen que leer la Biblia les hace comprender que deben confiar en Dios y depender de Él; algunas personas dicen que si quieres ser llevado al reino de los cielos, debes leer la Biblia todos los días… Independientemente de si estas opiniones son correctas o incorrectas, estamos seguros que leer la Biblia es obligatorio todos los días, leer la Biblia es tan importante para los cristianos. Ya que leer la Biblia es muy importante, ¿alguna vez hemos pensado, cómo deberíamos leerlo o qué elementos debemos comprender para que nuestra lectura de la Biblia sea más beneficiosa para nuestras vidas? Tal vez en opinión de muchas personas, siempre y cuando continúen leyéndolo a una hora determinada todos los días, sus vidas ganarán algo bueno y beneficios; otros eligen leer el Apocalipsis, pensando que sólo al leer y estudiar los misterios del trabajo de Dios pueden crecer y obtener beneficios para sus vidas. En una palabra, todos tienen sus propios medios de práctica. Entonces, ¿cuáles son las cosas más cruciales que debemos comprender para que nuestra lectura sea de corazón para Señor?

Los siguientes cuatro elementos te ayudarán a lograr grandes resultados en la lectura de la Biblia

1.Leemos las palabras de Dios al leer la Biblia

La Biblia entera está constituida de dos partes: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Cada una de las partes tiene las palabras de Dios y las palabras del hombre. Debemos saber que en toda la Biblia, sólo las palabras de Jehová Dios, las palabras de Dios transmitidas por los profetas, las palabras del Señor Jesús, las palabras del Espíritu Santo y las palabras que Dios reveló a Juan en el Apocalipsis vienen directamente de Dios, y son las palabras de Dios. Además de estas, las biografías del hombre y las cartas de los apóstoles son todas palabras del hombre. Ellos sólo representan sus experiencias personales y puntos de vista, no son las palabras de Dios, y además no se puede decir que sean la palabra de Dios. ¿Cómo podemos distinguir entre las palabras de Dios y las palabras del hombre?. En la Biblia, las palabras de Dios están claramente expresadas. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento las palabras de Jehová Dios están marcadas "Jehová Dios dijo", "así dijo el SEÑOR" o "el SEÑOR habló"; mientras que las palabras de Dios transmitidas por los profetas están marcadas "así dijo el SEÑOR" o "así dijo el SEÑOR de los ejércitos"; y las palabras del Señor Jesús en el Nuevo Testamento están marcadas "Jesús dijo". Si captamos este punto, podemos diferenciar con precisión entre las palabras del hombre y las palabras de Dios.

El Señor Jesús dijo: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6). Se puede ver que sólo la palabra de Dios es la verdad y puede ser la vida de nosotros los humanos. Cuando leemos la Biblia, debemos concentrarnos en leer y reflexionar más la palabra de Dios, para recibir Su iluminación. Sólo de esta manera podemos obtener una gran edificación y beneficios en la vida. Además, podemos ver que en el Apocalipsis hay muchas profecías que dicen: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Además, Dios nos pidió que pudiéramos escuchar Su voz como la del Espíritu Santo. Estos muestran que cuando el Señor Jesús venga en los últimos días, Él hablará y pronunciará Sus palabras. Si queremos obtener la vida y la aprobación del Señor, tenemos que prestar atención y escuchar las palabra nuevas del Señor que ha regresado. Sólo entonces podemos encontrarnos con el Señor e ir con Él.

2. Prestar atención a orar y buscar la voluntad de Dios al leer la Biblia

La palabra de Dios es la verdad y es muy profunda; esto no es algo que podamos obtener después de leerlo sólo una vez y entender algunos significados literales. Entonces, cuando leemos la Biblia, debemos orar, reflexionar y buscar en nuestros corazones para que podamos entender la verdad y la voluntad de Dios. Así como las profecías del Antiguo Testamento dicen: "Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel" (Isaías 7:14). "Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros" (Isaías 9:6). "Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel" (Miqueas 5:2). Las profecías de la Biblia son todas de Dios y no podemos explicarlas según nuestra propia voluntad en lo más mínimo. Pero, en aquel entonces, los fariseos lo entendían literalmente confiando en su propio pensamiento y pensaban que el que vendría había nacido de una virgen y se llamaba el Mesías. Tendría un poder extraordinario y los salvaría del gobierno romano. Pero cuando las profecías se hicieron realidad, porque el hecho no era según sus concepciones: Dios no usó el nombre Mesías sino el de Jesús; el Señor Jesús tenía madre y padre, que no parecía que no había nacido de una virgen y no tuvo poder, sino que se encontró con la persecución del gobierno romano y la burla y la calumnia de los fariseos. Los fariseos entendieron las profecías de Dios literalmente y, como resultado, no conocían ni aceptaban al Mesías que había venido. Finalmente, clavaron al Señor Jesús en la cruz que era inocente, lo que provocó la disposición de Dios y trajo la pérdida de la nación a toda la nación de Israel. De estas lecciones históricas, podemos ver que al leer las palabras de Dios en la Biblia, no podemos entenderlas ni explicarlas en términos literales; de lo contrario, será muy fácil para nosotros resistir a Dios y arruinar nuestras propias vidas. Así como 2 Corintios 3:6 dice: "porque la letra mata, pero el Espíritu da vida". La palabra de Dios es extremadamente profunda. Especialmente cuando leemos las profecías de Dios en la Biblia, aún más necesitamos orar a Dios y buscar Su voluntad, y si no podemos entenderlo, debemos mantener un corazón reverente y esperar la iluminación de Dios. De esta manera, podemos ser protegidos y nuestras vidas pueden ser beneficiadas; además, no seremos quienes resistamos y juzguemos a Dios y Su obra.

3. Examinar las demandas de Dios al leer la Biblia y practicar según las palabras de Dios

Hay muchas demandas de Dios en la Biblia: algunas están relacionadas con el hombre de cómo ora y adora a Dios; algunos nos enseñan que tipo de hombre está en la de las intenciones del Señor. Pero cualquier cosa que Dios nos pida, si podemos aceptarla y practicarla con precisión, entonces seguramente obtendremos edificación y beneficios en la vida.

Por ejemplo, el Señor Jesús dijo: "En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo 18:3). De las palabras del Señor, podemos ver que Dios requiere que seamos personas honestas porque sólo siendo personas honestas podemos entrar al reino de los cielos. Muchas personas piensan que mientras cumplan con sus reglas y no mientan en ningún momento, se convertirán en personas honestas. Que las mentiras no pueden salir de la boca es el primer comportamiento para ser una persona honesta. Pero a veces incluso si nuestras bocas no dicen mentiras, nuestros corazones aún pueden engañar a Dios, estamos mintiendo desde nuestros corazones. Entonces, ¿es un hombre como éste, una persona honesta? Ser una persona honesta también necesita ser un hombre que no tenga ninguna mentira dentro de su corazón. Este es la segunda pauta para ser un hombre honesto. Entonces, ¿si cuando hablas no mientes y no tiene ninguna mentira dentro de su corazón son los comportamientos para ser un hombre honesto? En nuestras experiencias, todavía podemos sentir que cuando nosotros oramos ante Dios, no abrimos nuestros corazones, somos seres disfrazados y mentirosos. Esta vez, tenemos un poco más de comprensión: ser honesto también está relacionado con abrir nuestros corazones a Dios. De esto podemos saber que para ser un hombre honesto no es tan simple como imaginamos. Requiere que busquemos y profundicemos incesantemente en nuestras experiencias y alcancemos gradualmente un conocimiento preciso de los requisitos de Dios para las personas honestas. Así es como podemos convertirnos verdaderamente en personas honestas a los ojos de Dios y obtener las bendiciones de Dios.

Déjame dar otro ejemplo. En Mateo 22:37-39, el Señor Jesús dijo: "Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amaras a tu projimo como a ti mismo". El Señor requiere que le amemos a Dios con todo nuestro corazón, con todas nuestras almas y con todas nuestras mentes. ¿Cómo debemos practicar para cumplir con las peticiones de Dios? Muchas personas dependen del entusiasmo para trabajar y sacrifican todo por el Señor y pueden soportar muchas dificultades y pagar mucho precio, por lo que piensan que han logrado amar al Señor con todos sus corazones, almas y mentes. En realidad, el Señor no sólo requiere que trabajemos, corramos y suframos mucho por Él, sino que también nos exige que no tengamos intenciones e impurezas mientras trabajamos y andamos por ahí, que estemos listos y dispuestos, y que no tengamos quejas, no importa cuánto lo hagamos. Has sufrido y pagado, para hacer todo por el bien de practicar la verdad y seguir la voluntad de Dios, y aferrarte a las comisiones del Señor, gastar para Él y ser fiel hasta el final sin importar cuántas pruebas y exigencias aguantemos. A las personas como esta se les puede considerar como personas que practican la verdad y esas personas realmente cumplen con las peticiones de Dios de amarlo con todos sus corazones, almas y mentes. Si sólo podemos trabajar, sufrir, gastar y pagar mucho precio para el Señor, pero no podemos renunciar a nuestros propósitos e intenciones personales, que son para obtener bendiciones e ir al cielo para satisfacer nuestros propios deseos, o si simplemente hacemos algún trabajo al cumplir con la doctrina y el siguiente procedimiento, entonces no se puede decir que practiquemos la verdad, mucho menos que amemos a Dios y sigamos la voluntad de Dios.

Los requisitos del Señor para nosotros es la verdad que debemos practicar. Pero el significado interno de la verdad es muy profundo, lo que requiere que lo meditemos más, confiando en Dios, y que lo experimentemos continuamente en profundidad. De esta manera, finalmente podemos cumplir con los requisitos de Dios y convertirnos en el hombre que está línea con la voluntad de Dios.

4.Prestar atención a conocer el carácter de Dios y lo que Dios tiene de Sus palabras al leer la Biblia

Cuando se trata de comprender la disposición de Dios, muchas personas pensarán que el Señor Jesús es un Dios misericordioso y amoroso, así como en Mateo 18:12-14, el Señor Jesús dijo: "¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes, y va en busca de la descarriada? Y si sucede que la halla, en verdad os digo que se regocija más por ésta que por las noventa y nueve que no se han descarriado. Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos". De la parábola del Señor, podemos ver que el Señor usó ovejas como una comparación para los creyentes que realmente lo siguen. El Señor sabía profundamente que antes de que comprendamos y obtengamos la verdad, nuestros logros son muy pequeños y es muy fácil para nosotros caminar por el camino equivocado y caer en todo tipo de tentaciones de Satanás, como la fama y la fortuna, el dinero, el estatus social, placer y demás. Cuando estamos atados a estas cosas y caemos en las redes de Satanás, Dios se sentirá dolido por esto. Pero debido a la disposición misericordiosa y amorosa de Dios, Él nos dará oportunidades. Mientras podamos encontrar nuestro camino de regreso de descarriarnos y arrepentirnos sinceramente ante Dios, Él mostrará misericordia por nuestra infantilidad y hará la vista gorda a nuestra ignorancia y rebeldía, haciéndonos sentir verdaderamente el amor y la salvación de Dios. La disposición de Dios está llena de su amor y cuidado por la humanidad, por lo que todos pensamos que la disposición de Dios es sólo misericordia y amor.

Sin embargo, en la Biblia podemos ver otro aspecto de la disposición de Dios. Al igual que en Mateo 23:13-15, el Señor Jesús maldijo a los fariseos: "Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacéis largas oraciones; por eso recibiréis mayor condenación.¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros". Los fariseos estaban profundamente versados ​​en la Biblia pero no entendían el verdadero significado de los versículos. No entendieron ni obtuvieron la verdad de los versículos, mucho menos desarrollaron un corazón de reverencia por Dios. Cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, no buscaron ni investigaron la obra del Señor; en cambio, ellos condenaron injustamente al Señor Jesús y dijeron que el Señor Jesús estaba expulsando a los demonios por el príncipe de los demonios, y etiquetaron la obra del Señor Jesús, llena de la autoridad y el poder de Dios, como una locura. Cometieron el pecado de blasfemia contra el Espíritu Santo y ofendieron seriamente la disposición de Dios. Además, también incitaron y engañaron a los creyentes a resistir y condenar al Señor Jesús, haciendo que los fieles pierdan la salvación del Señor. El Señor Jesús denunció a los fariseos con los "Siete Aflicciones" debido a su mal comportamiento, que muestra plenamente la santidad de Dios y la disposición justa que no se puede ofender.

De la manera en que el Señor Jesús trató a diferentes personas, podemos ver que Dios muestra misericordia y bondad a las personas que verdaderamente creen en Él y lo siguen, y no definen Su trabajo de acuerdo con sus propias ideas e imaginaciones; sin embargo, Dios muestra Su disposición majestuosa, iracunda y justa que no puede ofenderse a las personas malvadas y anticristos que resisten, se rebelan contra Él, condenan su obra confiando en sus conceptos imaginarios y se oponen deliberadamente a Él. Entonces, para comprender la disposición de Dios y alcanzar el verdadero conocimiento de Dios, debemos investigar en muchos aspectos y no podemos medir o definir el trabajo y la disposición de Dios en base a un pasaje o varios pasajes de las Escrituras. Si definimos la disposición de Dios sólo de acuerdo con un pasaje de las Escrituras, no sólo no podremos alcanzar el verdadero conocimiento de la disposición de Dios, sino que repetiremos los mismos errores de los fariseos y nos convertiremos en el hombre que resiste a Dios y Dios detesta, rechaza y elimina.

Si queremos que nuestra lectura de la Biblia esté en consonancia con las intenciones del Señor y sea muy beneficiosa para nuestra vida, comprender los cuatro elementos anteriores es de la mayor importancia para nosotros. Si leemos la Biblia siguiendo nuestra propia voluntad y de acuerdo con nuestras preferencias personales, imaginaciones y nociones, entonces será muy difícil para nosotros obtener la verdad y ser bendecidos por Dios. Sólo si captamos estos elementos clave en nuestra lectura de la Biblia podemos crecer y obtener beneficios en la vida.

Recomendación: Estudios bíblicos cristianos

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

martes, 29 de diciembre de 2020

¿Conoces la esencia de Cristo?

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Devocionales cristianos cortos: ¿Conoces la esencia de Cristo?

Dios dice: “El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso; Él es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo. Sea Su humanidad o Su divinidad, ambas se someten a la voluntad del Padre celestial. La esencia de Cristo es el Espíritu, es decir, la divinidad. Por lo tanto, Su esencia es la de Dios mismo; esta esencia no interrumpirá Su propia obra y Él no podría hacer nada que destruyera Su propia obra ni tampoco pronunciaría ninguna palabra que fuera en contra de Su propia voluntad. Por lo tanto, el Dios encarnado nunca haría alguna obra que interrumpiera Su propia gestión. Esto es lo que todas las personas hombres deben entender”.

“El Dios que se hizo carne se llama Cristo, y así el Cristo que les puede dar a las personas la verdad se llama Dios. No hay nada excesivo en esto porque Él posee la esencia de Dios, y posee el carácter de Dios, y posee la sabiduría en Su obra, que el hombre no puede alcanzar. Los que así mismos se llaman Cristo, pero que no pueden hacer la obra de Dios, son fraudes. Cristo no es sólo la manifestación de Dios en la tierra, sino también es la carne particular asumida por Dios a medida que cumple y completa Su obra entre los hombres. Esta carne no puede ser suplantada por cualquier hombre, sino que es una carne que puede soportar la obra de Dios en la tierra adecuadamente y expresar el carácter de Dios y representar bien a Dios y proveer al hombre con la vida. Tarde o temprano, aquellos que suplantan a Cristo caerán porque, aunque afirman ser Cristo, no poseen nada de la esencia de Cristo. Y así digo que la autenticidad de Cristo, el hombre no la puede definir, sino que Dios mismo la contesta y la decide”.

Quiere saber más, haga clic aquí: Recursos cristianos

lunes, 28 de diciembre de 2020

El Señor ha vuelto y nos ha traído el camino de ser purificado del pecado y entrar en el reino de los cielos

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Prédica cristiana: El Señor ha vuelto y nos ha traído el camino de ser purificado del pecado y entrar en el reino de los cielos

¿Sigues estando amargado por vivir en el pecado todos los días?¿Todavía estás frustrado y decepcionado por no poder escapar de la esclavitud del pecado cada día?

¡No te preocupes! De hecho, Dios ya ha señalado el camino para ser purificado del pecado.

La escritura dice: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17). “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17).

Dios dice: “En los últimos días, Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tales como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, etc. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios se refieren a que el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no aclara simplemente la naturaleza del hombre con unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad de la que el hombre carece por completo. Sólo los métodos de este tipo pueden llamarse juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra de juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra de juicio realizada por Dios”.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

De las palabras de Dios, podemos entender que si queremos ser completamente libres del pecado y ser limpiados, debemos aceptar la obra de juicio y castigo que hace el Señor Jesús en los últimos días cuando regresa. Cuando damos la bienvenida al regreso del Señor y experimentamos el juicio y el castigo de Dios, ¡esperaremos deshacernos de la esclavitud del pecado y entrar en el reino de los cielos! 

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Nuestro Señor Jesús ha regresado antes del desastre hace tiempo


Nuestro Señor Jesús ha regresado antes del desastre hace tiempo, y muchas personas han verificado que esto es cierto a través de examinar las profecías dichas por el Señor y las palabras del regreso de Dios.

Los discípulos preguntaron una vez al Señor Jesús: “Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y cuál será la señal de tu venida y de la consumación de este siglo?” (Mateo 24:3). Les respondió: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores” (Mateo 24:8). Ahora estos versículos se han cumplido. En este año, la pandemia se ha extendido por todo el mundo, muchos lugares han sufrido la inundación, el huracán, el terremoto y otros desastres. Las palabras “todo esto es solo el comienzo de dolores” prueban que el Señor viene antes del desastre, y ahora que los desastres se vuelven cada vez más graves, esto prueba que el Señor ya ha regresado, en lugar de venir pronto.

Dios mismo también da testimonio de esto. Dios dice: “Mi voz se extenderá por toda la tierra; quiero, frente a Mi pueblo elegido, decirles más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Al igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al ‘Monte de los Olivos’ del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual!”.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

Dios ha vuelto hace tiempo, es Cristo de Los últimos tiempos, Todopoderoso Dios. Él está hablando a todo el universo y lleva casi 30 años haciendo la obra de juzgar y purificar a la humanidad con Sus palabras. ¿Cree usted que es demasiado tarde para enterarse de esta noticia? Quizá algunas personas se sientan confundidas: ¿Por qué no hemos visto al Señor venir en nubes? De hecho, la Biblia profetiza que el Señor vendrá de dos maneras: Desciende sobre las nubes y viene en secreto. Es decir, Dios lleva a cabo obra en secreto para salvar a la gente antes del desastre, y después de esto, aparecerá públicamente para recompensar el bien y castigar el mal. Este es el proceso de la obra de Dios. Ahora, la obra de Dios de salvar a la humanidad está llegando a su fin. Aquellos que no pueden recibir al Señor durante Su obra secreta caerán en el desastre cuando Dios aparezca públicamente, y en ese momento será demasiado tarde para lamentarse. Entonces, ¿cómo debemos recibir al Señor en los últimos días? La respuesta está en el siguiente vídeo…



Hoy en día los desastres ocurren con frecuencia en todo el mundo, todavía no pasa la pandemia, llegará la hambruna. Al ver estas señales de los últimos tiempos, todos prevemos que el Señor ha regresado, pero ¿dónde aparece el Señor? ¿Cómo debemos buscar las huellas de Dios? Haga clic en medios de contacto abajo para unirse a nosotros, vamos a buscar juntos las huellas de Dios para asistir al banquete del Cordero.

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Reflexiones Cristianas - ¿Por qué pueden las virgenes prudentes recibir la aparición del Señor?

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Reflexiones Cristianas - ¿Por qué pueden las virgenes prudentes recibir la aparición del Señor?

En el asunto de recibir el regreso del Señor, el Señor había dicho una frase muy importante y crucial, en esa frase se pide al hombre a ser una virgen sabia, la cual es “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). A partir de esta frase podemos ver que el Señor Jesús transmite Su voz a cada uno de los que esperan Su aparición a través del hombre cuando Él venga. Si descubrimos que uno de testimonio del regreso del Señor, debemos ser una virgen inteligente para oír la voz de Dios. Sólo de esta manera podemos recibir la aparición del Señor.

“Le di Mi gloria a Israel y luego la retiré, y después llevé a los israelitas al oriente, así como a toda la humanidad. Los he traído a todos a la luz para que puedan reunirse y asociarse con ella, y que ya no tengan que buscarla. Dejaré que todos los que están buscando vuelvan a ver la luz y vean la gloria que tuve en Israel; les haré ver que hace mucho tiempo descendí sobre una nube blanca en medio de la humanidad, que vean las innumerables nubes blancas y frutos en sus racimos abundantes y, más aún, que vean a Jehová, el Dios de Israel. Dejaré que vean al Maestro de los judíos, al Mesías anhelado y a la aparición completa de Mí, quien ha sido perseguido por los reyes a lo largo de las eras. Obraré en todo el universo y realizaré una obra maravillosa, revelando toda Mi gloria y todas Mis acciones al hombre en los últimos días. Mostraré Mi semblante glorioso en toda su plenitud a quienes han esperado muchos años por Mí, a quienes han anhelado que Yo llegue sobre una nube blanca, a Israel, que ha anhelado que Yo aparezca de nuevo, y a toda la humanidad que me persigue, para que todos sepan que hace mucho tiempo retiré Mi gloria y la llevé al oriente, así que ya no está en Judea. ¡Porque ya han llegado los últimos días!

Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen choques interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Haré que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz se extenderá por toda la tierra; quiero, frente a Mi pueblo elegido, decirles más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Al igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y se gozan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí”.

Hoy en día han llegado los últimos días, hay gente está dando testimonio de que el Señor ha regresado y ha expresado todas las verdades para salvar al hombre, trayendo la salvación de los últimos días. Las ovejas de Dios oyen Su voz, sólo los que prestan atención a oír Su voz son las vírgenes prudentes y pueden recibir el regreso del Señor y asistir al banquete del Cordero. Esto ha cumplido las palabras del Señor: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

Estudio bíblico de las 10 virgenes para decirnos que al recibir al Señor, tenemos que escuchar la voz de Dios. ¿Sabes cómo ser una virgen prudente? ¿Cómo escuchan las vírgenes prudentes la voz de Dios? Haga clic en el siguiente botón para discutir y comunicarse con nosotros en línea, ¡recibamos al Señor juntos!

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Predicas cristianas sobre la oración – Resolver los 3 problemas de la oración para que nuestras oraciones sean escuchadas

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Predicas cristianas sobre la oración – Resolver los 3 problemas de la oración para que nuestras oraciones sean escuchadas

La oración es la que los cristianos deben hacer todos los días, pero, hoy en día muchos cristianos están confundidos sobre el hecho de que Dios no escucha sus oraciones, y sienten preocupados por sin percibir la presencia del Señor.

Entonces, ¿cómo oramos para que Dios nos escuche?

Mientras resolvamos los tres problemas de la oración, nuestras oraciones serán escuchadas por Dios, por favor vea...👇👇

1. Debemos resolver el problema de hablar de manera pretenciosa, impráctica y deshonesta cuando oramos

En nuestra vida diaria, cuando oramos al Señor a menudo decimos cosas que son falsas, exageradas o vacías, así que el Señor esconde Su rostro y no escucha. Por ejemplo, en nuestras oraciones decimos con frecuencia: “Señor, sé que todas las cosas en el mundo están sucias y que somos simplemente huéspedes y extranjeros en este mundo. Quiero amarte y satisfacerte”. Sin embargo, en nuestra vida seguimos sin poder dejar atrás las cosas del mundo como la riqueza, la reputación y el estatus, e incluso las buscamos de manera activa. A veces, oramos al Señor y decimos: “Dios, deseo ser un siervo leal y servirte con todo mi corazón, con toda mi mente y con todas mis fuerzas”. Pero en nuestra obra, cuando nos encontramos con dificultades que no sabemos resolver, nos quejamos de las dificultades y los problemas. También oramos a menudo de la siguiente manera: “Señor, deseo cargar con la cruz y seguirte”. Pero, cuando llegan grandes dificultades, como la enfermedad o el encarcelamiento, se producen quejas en nuestro corazón y culpamos al Señor por no protegernos. Estas oraciones no son prácticas. No son palabras que salgan de nuestro corazón y por eso el Señor no las acepta. El Señor Jesús dijo: “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Así, podemos ver que el Señor nos exige que seamos personas honestas y que hablemos de manera práctica y seria con el Señor. No debemos hablar de forma pretenciosa ni decir cosas que no sean realistas o estaremos engañando al Señor y haremos que nos deteste. Así que, cuando oremos, debemos practicar hablar al Señor desde el corazón, de forma realista, y descartar las palabras falsas e hipócritas. No debería importarnos cuánto hablemos o lo bien que suenen nuestras palabras, sino que debemos preocuparnos de si oramos al Señor sinceramente. Por ejemplo, cuando hacemos una obra para el Señor, quizás en nuestro corazón queramos ir tras las cosas del mundo y la riqueza, así que debemos hablar honestamente al Señor y pedirle que nos guíe y nos ayude a trabajar por Él con sinceridad. Si nos encontramos con dificultades, debemos ser sinceros con el Señor: “Dios, estoy teniendo dificultades en este momento, soy débil, quiero amarte, pero no encuentro la voluntad para ello, así que te pido que muevas mi corazón y que no permitas que mis dificultades me hagan débil”. Después de esto, debemos colaborar activamente con Dios y confiar sinceramente en Él. Cuando cometemos errores que ofenden al Señor o entendemos incorrectamente a Dios durante nuestras dificultades, debemos aún más explicar honestamente al Señor la corrupción que exponemos, nuestros verdaderos pensamientos, nuestras dificultades, etcétera. Lo que decimos cuando oramos al Señor debe ser sincero y verdadero, porque, si es así, tendremos siempre intimidad con Dios y Dios escuchará nuestras oraciones. De esta manera, nuestro conocimiento de Dios se profundizará y creceremos continuamente en la vida.

2. Debemos resolver el problema de pasar por procesos, hacer las cosas por inercia y no acercarnos a Dios con calma cuando oramos

Hoy, muchos de nuestros hermanos y hermanas solo se centran en el proceso externo cuando oran y no están orando en silencio delante de Dios. Piensa que, si estás ocupado en el trabajo y tienes miedo de llegar tarde a trabajar por la mañana, en un intento por ganar algo de tiempo murmuras una oración a medias a Dios. Estas oraciones son una manera de salir del paso, simplemente haciéndolo por inercia. O, cuando oramos en las reuniones y escuchamos a otra persona orar durante mucho tiempo o decir muchas cosas, mientras que nosotros no tenemos mucho que decir, nos da miedo que nos miren por encima del hombro si oramos menos que los demás, así que cuando nos llega el turno, imitamos a la otra persona y decimos muchas palabras, incluso repitiendo cosas que dijo el otro. Estas oraciones se ofrecen para que la gente las oiga, así que no son oraciones que se digan en silencio delante de Dios. El Señor Jesús nos dijo: “Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo 6:6). La palabra del Señor nos dice que debemos tener un corazón tranquilo y sosegado cuando oramos delante de Dios, y que no debemos estar bajo la influencia de ninguna persona, asunto o cosa. Por ejemplo, tal vez tengamos prisa por llegar al trabajo por la mañana, pero, mientras esperamos el autobús, podemos calmar nuestro corazón e ir en silencio delante del Señor. También podemos hacerlo en nuestro corazón mientras vamos en el autobús o estamos en la oficina. Orar así no nos pide que obedezcamos ninguna norma; sólo requiere que nos acerquemos al Señor y consigamos el resultado de no separarnos de Él. Además, cuando oramos en las reuniones, no deberíamos intentar hacer que los demás nos admiren cuando oramos, ni preocuparnos por cómo nos ven los demás, sino que sólo debemos buscar ir delante de Dios en silencio y abrirle nuestro corazón y aceptar el movimiento del Espíritu Santo. Cuando hacemos esto, no estamos haciendo las cosas sin pensar, y Dios nos escucha.

3. Debemos resolver el problema de tener deseos extravagantes y siempre ser egoístas cuando oramos

Como cristianos, todos sabemos que no podemos hacer peticiones extravagantes a Dios, pero como albergamos la intención de recibir bendiciones, a menudo hacemos demandas a Dios sin darnos cuenta, haciendo peticiones extravagantes para satisfacer todo tipo de deseos. Por ejemplo, para que nuestros hijos puedan entrar a una escuela mejor, podríamos orar: “Dios, los exámenes de mi hijo(a) son en unos pocos días. Te confío a mi hijo(a); te pido que le des inteligencia y sabiduría para que saque buenas notas en el examen y tenga éxito en el futuro”. Los que hacen negocios podrían orar: “Dios, te confío mi negocio y te pido protección y ayuda; te pido que bendigas el éxito de mi negocio y les muestres a los gentiles los milagros que puedes obrar, lo cual también me permitirá ser libre de las carencias materiales”. Los que trabajan en la iglesia y se dedican a ella podrían orar: “Señor, ahora que te sirvo y trabajo para ti, te pido que bendigas a mi familia con un negocio exitoso, para que no les falte ropa ni comida”. Estas oraciones contienen nuestros deseos extravagantes. Todas demandan a Dios que haga esto o aquello según nuestros deseos. Somos seres creados y debemos tener buen juicio delante del Creador. Debemos tener corazones que teman a Dios y no pedirle a Dios que cumpla nuestros deseos. El Señor Jesús también nos dijo: “Por tanto, no os preocupéis, diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿qué beberemos?’ o ‘¿con qué nos vestiremos?’ Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:31-33). El Señor Jesús nos enseñó que no debemos preocuparnos por qué comeremos o cómo nos vestiremos. No debemos pedirle estas cosas al Señor, porque el Señor preparará y dispondrá todo lo que necesitemos materialmente. El Señor nos pide lo siguiente: “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Esto quiere decir que primero deberíamos orar por el Reino de Dios y Su justicia, porque Dios acepta este tipo de oración. Consideremos que todos sabemos que estamos viviendo en los últimos días y sabemos que las profecías dicen que Él regresará, así que debemos orar más para que el Reino de Dios venga pronto a la Tierra, como está escrito: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). Debemos orar para que el Señor nos guíe para ser vírgenes sabias y para poder darle la bienvenida al Señor cuando escuchemos noticias de Su retorno. Debemos orar también para escapar de nuestra corrupción y por la purificación. Estas oraciones para recibir la verdad y la vida serán escuchadas por el Señor.

Finalmente, me gustaría compartir con todos ustedes dos pasajes que leí en una página web sobre el Evangelio: “¿Qué significa orar realmente? Quiere decir hablar con Dios las palabras que están dentro de tu corazón y comunicarte con Dios después de que comprendiste Su voluntad, basándote en Sus palabras; quiere decir sentirte particularmente cerca de Dios, sentir que Él está enfrente de ti y que tú tienes algo que decirle; y quiere decir estar especialmente radiante dentro de tu corazón y sentir que Dios es especialmente precioso. Te vas a sentir especialmente constreñido y, después de escuchar tus palabras, tus hermanos y hermanas se van a sentir complacidos, van a sentir que las palabras que hablas son las palabras que están dentro de sus corazones, las palabras que quieren decir y que lo que tú dices representa lo que ellos quieren decir. Esto es lo que significa orar verdaderamente. Después de que has orado verdaderamente, te vas a sentir en paz y complacido en tu corazón; la fuerza para amar a Dios crecerá y vas a sentir que nada en toda tu vida es más valioso o importante que amar a Dios, y todo esto probará que tus oraciones han sido efectivas”. “Mientras oras tu corazón debe estar en paz delante de Dios y debe ser sincero. Estás realmente teniendo comunión y orando con Dios; no debes engañar a Dios usando palabras que suenen bonito. La oración se centra alrededor de aquello que Dios quiere completar hoy. Pídele a Dios que te ilumine y te esclarezca más, y lleva tu estado real y tus problemas delante de Él para que ores y tomes la determinación ante Dios. Orar no es seguir un procedimiento sino buscar a Dios usando tu corazón sincero. Pide que Dios proteja tu corazón, capacitándolo para que con frecuencia esté en paz delante de Dios, capacitándote para que te conozcas y te desprecies y te abandones en el ambiente que Dios ha puesto para ti, permitiéndote así tener una relación normal con Dios y haciendo de ti alguien que verdaderamente ama a Dios”.

Gracias al Señor. Las oraciones son nuestro puente espiritual de comunicación con Dios y siempre que oremos al Señor con un corazón sincero y honesto y oremos para satisfacer la voluntad de Dios, el Señor aceptará y escuchará nuestras oraciones. Gracias al Señor por permitirme tener comunión con ustedes hoy. ¡Amén!

Recomendación: Estudio acerca de la oración

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

sábado, 26 de diciembre de 2020

Cuando ora a Dios, necesita tener la confianza

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Prédica cristiana: Cuando ora a Dios, necesita tener la confianza

La oración es una obligación para los cristianos todos los días. Cuando nos encontramos con las dificultades, podemos buscar un camino correcto para resolverlas por la oración. Cuando estamos enfermos, entendemos la voluntad de Dios por la oración y tenemos la confianza para dar testigo a Dios. Cuando estamos en peligro, solo si confiamos sinceramente a Dios y mirar a Él, y Dios abrirá un camino para liberarnos del peligro. Deberíamos orar a Él en todas las cosas, y podemos obtener el cuidado y la protección de Dios, y tener una senda que seguir.

Un libro dice: “Cuando comiences a orar, debes ser realista, y no intentes hacer demasiado; no puedes hacer demandas extravagantes esperando que tan pronto como abras tu boca el Espíritu Santo te tocará, te esclarecerá y te iluminará y te concederá mucha gracia. Eso es imposible, Dios no hace cosas sobrenaturales. Dios lleva a término las oraciones de las personas en Su propio tiempo y a veces prueba tu fe para ver si eres leal delante de Él. Cuando ores debes tener fe, perseverancia y determinación.

Cuando comienzan a entrenarse en la oración, la mayoría de las personas no sienten que el Espíritu Santo las haya tocado y se desaniman. ¡Esto no serviría de mucho! Debes ser persistente, te debes enfocar en sentir el toque del Espíritu Santo y en buscar y explorar. A veces, la senda por la que actúas es la equivocada; a veces, tus motivos y concepciones no pueden permanecer firmes ante Dios y por eso el Espíritu de Dios no te conmueve; también hay veces en las que Dios se fija en si eres leal o no. En resumen, debes dedicar más esfuerzo a entrenarte. Si descubres que la senda sobre la que actúas está desviada, puedes cambiar la forma en la que oras. Con tal de que verdaderamente busques y anheles recibir, entonces el Espíritu Santo con toda seguridad te llevará a esta realidad. A veces oras con un corazón sincero pero no sientes que hubieras sido tocado de manera especial. En momentos como estos debes confiar en tu fe y confiar en que Dios observa tus oraciones; debes perseverar en tus oraciones”.

Cuando nos encontremos con algunas dificultades y preocupaciones en la vida, mientras oremos sinceramente y confiemos en Dios, podremos sentir el poder de la oración y se animará nuestra fe. ¿Cómo orar a Dios para que me escuche ? Haga clic en medios de contacto abajo para hablar y comunicarse con nosotros en línea.

viernes, 25 de diciembre de 2020

¿Sabes el verdadero significado de la redención del Señor Jesús?

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Reflexión Cristiana: ¿Sabes el verdadero significado de la redención del Señor Jesús?

Recientemente, unos hermanos y hermanas discutieron esta pregunta: ¿Realmente pueden entrar en el reino de los cielos si ya han sido perdonados?Algunos de ellos creen: “Gracias a la ofrenda del Señor Jesús por el pecado de la humanidad, todos nuestros pecados han sido perdonados, y Él ya no nos trata como pecadores. Cuando regrese Él, nos llevará directamente al reino de los cielos”. Otros consideran: “Las Escrituras dicen: ‘[…] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor’ (Hebreos 12:14). El Señor es santo, y nos demanda que busquemos la santidad, solo logrando esto podremos ver a Él. Pero, aún no nos hemos librado de la esclavitud del pecado y, a menudo, cometemos pecados. Tan pronto como algo afecte nuestros intereses, no podremos evitar mentir, odiar a los demás y ser celosos de ellos, etc., es obvio que todavía vivimos en pecado, entonces ¿realmente podremos entrar en el reino de los cielos cuando regrese el Señor?”. Respecto a esta pregunta, echemos un vistazo al siguiente artículo “¿Qué significa la salvación? ¿Salvarse una vez significa salvarse para siempre?” para encontrar el camino hacia el reino celestial.

Muchos esperan con ansia que el Señor los salve y arrebate al reino de los cielos a Su llegada. A día de hoy, solo la Iglesia de Dios Todopoderoso da público testimonio de que el Señor Jesús ha regresado y está llevando a cabo la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios, para salvar y purificar a las personas. Tal vez algunos se sientan confundidos al enterarse de esto. Leen los siguientes versículos: “El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado” (Marcos 16:16), “Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10). y creen que significan que, puesto que el fue crucificado para expiar los pecados de toda la humanidad, mientras crean en Él, se salvarán; y que una vez salvados, lo estarán para siempre. Creen que siempre y cuando guarden el nombre del Señor y aguanten hasta el final, pueden ser arrebatados directamente al reino de los cielos cuando el Señor regrese sin tener que aceptar la obra de Dios de juicio y purificación en los últimos días

Consideremos una cosa: ¿En alguna ocasión dijo el Señor que, una vez salvada, una persona puede entrar en el reino de los cielos? ¿Se afirma tal cosa en la Biblia? La respuesta a ambas preguntas es, evidentemente, que no. El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Según la palabra de Dios, sabemos que solo aquellos que hagan la voluntad del Padre celestial podrán entrar en el reino de los cielos. Hacer la voluntad del Padre celestial implica saber poner en práctica la palabra de Dios, someterse a Él, ser capaz de vivir de acuerdo con Su palabra en cualquier situación y no pecar ni oponerse a Él nunca más. Sin embargo, seguimos mintiendo y pecando a nuestro pesar e incluso somos incapaces de poner en práctica las enseñanzas del Señor, así que ¿puede entrar en el reino de los cielos una persona aún capaz de pecar y oponerse al Señor de esta manera? Desafortunadamente, nuestra creencia de que “una vez salvo, siempre salvo” es errónea. En lo que respecta a la importante cuestión de la entrada en el reino de Dios, debemos seguir la palabra del Señor. ¡No podemos regirnos por las nociones y fantasías del hombre! Entonces, ¿cuál es el verdadero significado de “salvación” en las Escrituras? ¿Cómo entrar realmente en el reino de los cielos? Estas son las cuestiones que ahora comentaremos y analizaremos juntos.

El verdadero significado de “salvación”

Todos sabemos que, en la Era de la Ley, la humanidad estaba cada vez más profundamente corrompida por Satanás. El pueblo de Israel vulneraba con frecuencia las leyes y los mandamientos y sus pecados iban en aumento, hasta el punto de que ya no bastaba con los sacrificios y todos corrían el riesgo de ser condenados y sentenciados a muerte por la ley. Para salvar a la humanidad de la amenaza de la muerte, Dios descendió en el Señor Jesús para realizar la obra de redención, ser crucificado por el hombre, expiar los pecados de toda la humanidad y perdonar definitivamente los pecados del hombre. Desde entonces, a toda persona que crea en el Señor Jesús, le confiese sus pecados y se arrepienta se le perdonarán los pecados y disfrutará de todas las bendiciones y la gracia otorgadas por el Señor Jesús. Para el pueblo que vivía bajo la ley, esta era la “salvación”. Por lo tanto, la “salvación” de la que habló el Señor Jesús no es como imaginamos —que, siempre que creamos en Él, nos salvaremos definitivamente—, sino que significa que los que pecan ya no serán condenados y sentenciados a muerte por la ley y los pecados del hombre serán perdonados. Echemos un vistazo a un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso: “Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y se confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; es incapaz de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada. Tales efectos sólo pueden conseguirse a través del juicio por la palabra. Sólo así puede el hombre ser cambiado gradualmente de ahí en adelante” (‘’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Cuando creemos en el Señor, aunque recibamos el don de la salvación y se nos perdonen los pecados, no nos liberamos de las cadenas del pecado y seguimos viviendo en pecado. He aquí algunos ejemplos: Tal vez seamos sumamente arrogantes, siempre queramos tener la última palabra en cualquier situación grupal y hacer que la gente obedezca lo que digamos, y si alguien no lo hace, es posible que nos exaltemos y lo regañemos; en los casos más graves, que lo castiguemos o maltratemos de alguna forma. Tal vez seamos sumamente egoístas, lo basemos todo en el principio del propio interés y hasta tratemos de negociar con Dios en nuestra fe en Él; cuando las cosas están tranquilas y van bien, le damos gracias, pero ante los reveses y fracasos nos llenamos de malentendidos y quejas hacia Él, e incluso llegamos a traicionarlo y abandonarlo. Tal vez seamos sumamente mentirosos, de modo que, en lo que respecta a nuestros intereses personales, mentimos y engañamos a nuestro pesar. Estos son solo algunos ejemplos de cómo seguimos viviendo en pecado. La Biblia dice: “Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios” (Hebreos 10:26-27). “Todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre” (Juan 8:34-35). Dios es santo. Cuando tenemos conocimiento del camino verdadero, aún somos capaces de pecar y oponernos a Dios a nuestro pesar. Eso significa que somos siervos del pecado y Dios no nos puede ensalzar. Dice la Biblia: “La santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Si una persona no ha sido purificada de sus pecados y a menudo peca y se opone a Dios, ¿puede salvarse para siempre? ¿Puede ser apta para entrar en el reino de los cielos? Es evidente que no. Solo tras haber sido completamente purificados de nuestros pecados podemos llegar a ser santos y entrar en el reino de los cielos. Tal vez ahora algunos pregunten: ¿Cómo podemos purificarnos para poder entrar en el reino de los cielos?

¿Cómo podemos recibir la salvación y entrar en el reino de los cielos?

Dios Todopoderoso dice: “Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada” (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”). De esto se desprende que, a fin de corregir el carácter satánico del hombre, hondamente arraigado, y liberarlo completamente de las cadenas del pecado, es preciso que el Señor regrese en los últimos días para llevar a cabo la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios, y para expresar las verdades que purifican y salvan a la humanidad. De hecho, el Señor ya profetizó esto hace mucho tiempo, tal como manifiesta la Biblia: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).

En la actualidad, sobre la base de la obra de redención del Señor Jesús, Dios Todopoderoso está llevando a cabo la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios, y expresando todas las verdades que purifican y salvan a la humanidad, con el fin de corregir definitivamente la naturaleza pecaminosa del hombre y liberarlo de las cadenas del pecado, purificándolo hasta que finalmente Dios lo conquiste y lleve a Su reino. La obra del juicio de Dios Todopoderoso en los últimos días cumple íntegramente estas profecías. Todos aquellos que acepten la obra de Dios en los últimos días recibirán la purificación y salvación de Dios. Tendrán la oportunidad de convertirse en vencedores antes de que lleguen los grandes desastres, de ser glorificados con Dios y arrebatados al reino de los cielos. Entonces, ¿cómo juzga y purifica Dios Todopoderoso a las personas y las libera de las cadenas del pecado?

Dicen las palabras de Dios Todopoderoso: “En los últimos días Cristo usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la esencia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tal como: el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como también la sabiduría y el carácter de Dios, y así sucesivamente. Todas estas palabras son dirigidas a la esencia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios con relación a cómo el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra de juicio, Dios no deja simplemente en claro la naturaleza del hombre con sólo unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Estos métodos de exposición, de trato y poda, no pueden ser sustituidos con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo los métodos de este tipo se consideran juicio; sólo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido de la sumisión a Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios” (‘Cristo hace la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Esto evidencia que Dios emplea muchas verdades para juzgar y desenmascarar el carácter satánico del hombre, de rebelión y oposición a Dios. Al experimentar el juicio de las palabras de Dios Todopoderoso, experimentamos personalmente que el carácter justo de Dios no tolera ofensa. Cada palabra de Dios penetra en nuestro corazón y deja al descubierto manifestaciones de corrupción de toda índole, así como los pensamientos e ideas improcedentes, las motivaciones viciadas y las nociones y fantasías que albergamos en el fondo del corazón, además de la naturaleza satánica subyacente a estas cosas; en consecuencia, nos mortifica la vergüenza y es tan hondo nuestro pesar que nos postramos y arrepentimos sinceramente ante Dios. Mientras tanto, Dios también nos muestra senderos de práctica, como las opiniones que debemos sostener en nuestra fe en Dios, la manera de ser honestos, cómo enaltecer a Dios y dar testimonio de Él, cómo rehuir la senda del anticristo, cómo alcanzar la obediencia y el amor verdaderos hacia Dios, etc. Solo cuando hayamos experimentado la obra del juicio de Dios y practiquemos de acuerdo con Sus palabras podremos vivir a semejanza de una persona normal. Este es el resultado íntegro del juicio de Dios.

Hoy en día ya se han publicado en internet testimonios de toda clase de experiencias de muchos hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso que han experimentado el juicio. Estos testimonios y experiencias reales evidencian que solo experimentando la obra de juicio y castigo llevada a cabo por Dios en los últimos días es posible ser purificado y plenamente conquistado por Dios; este es el único modo que tenemos de alcanzar el reino de los cielos. Actualmente, muchas personas de todo el mundo que creen sinceramente en Dios han encontrado el camino hacia el reino de los cielos en las palabras de Dios Todopoderoso y han regresado a Él. Si continuamos aferrándonos al concepto “una vez salvo, siempre salvo” y no aceptamos la obra del juicio de Dios de los últimos días, no se purificará ni transformará nuestro carácter corrupto y, por lo tanto, nunca tendremos la oportunidad de entrar en el reino de los cielos. Así pues, ¿a qué esperas todavía?

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