Hay muchas profecías escritas en la Biblia sobre el regreso del Señor. Los cristianos estamos familiarizadas con ellas. Especialmente nosotros, los que esperamos impacientemente el regreso del Señor, queremos saber y comprender correctamente estas profecías sobre el regreso del Señor, para que podamos recibir Su regreso y realizar el deseo de poder entrar en el reino de los cielos. Es por lo que es muy importante cómo entendemos las profecías, lo que implicará si podemos encontrarnos con el Señor cuando regrese.
Recordaban que cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, en aquel tiempo los israelitas estaban esperando ansiosamente la venida del Mesías de acuerdo con las profecías del Antiguo Testamento. Leyeron las profecías en la Biblia, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán término, sobre el trono de David, y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto” (Isaías 9: 6-7). “Mas tú, Beth-lehem Ephrata, pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días del siglo” (Miqueas 5: 2). De acuerdo con las letras de las profecías en la Biblia, y sus imaginaciones e inferencias acerca de la venida del Mesías, definieron que el nombre del Señor debería ser el Mesías cuando vino y que definitivamente nacería en el palacio imperial, en familia rica y poderosa, imponente y extraordinaria, y Él vendría para guiarlos a deshacerse del control del gobierno romano como rey de Israel, como David.
Pero, de hecho, Dios no cumplió estas profecías según su pensamiento. Cuando el Señor vino, Su nombre no era el Mesías, sino Jesús; Él no nació en un palacio imperial, sino en un pesebre; No tenía un alto estatus, pero fue perseguido por el rey Herodes; La apariencia de Jesús no fue tan imponente y extraordinaria como imaginaban, Él era muy común y normal.
Además, la obra del Señor Jesús incluso contrarrestó sus concepciones. Él no los libró del gobierno romano como lo habían pensado. Por el contrario, el Señor le pidió a la gente que confesara y se arrepintiera de sus pecados, y le enseñó a la gente a tener tolerancia y paciencia, amar a sus enemigos y perdonar a los demás setenta veces siete. No solo no trabajó en el templo, sino que salió del templo; y no solo no guardó el sábado, sino que sanó a los enfermos, expulsó a los demonios en el día de reposo, e incluso sus discípulos arrancaron espigas y comieron cuando tenían hambre. ... El cumplimiento de las profecías en absoluto concuerda con lo que pensaban israelitas. La obra del Señor Jesús nunca se había hecho en la Era de la Ley. Él trajo una nueva etapa de obra sobre la base de la Era de la Ley.
En realidad, el Señor Jesús expresó muchas verdades en aquel tiempo y dio señales maravillosas, que manifestaron completamente la soberanía y el poder de Dios. Pero los fariseos no buscaron la voluntad de Dios porque Sus obras no estaban de acuerdo con sus conceptos y pensamientos. Intentaron encontrar todo tipo de acusaciones contra el Señor Jesús. Al final, lo crucificaron en la cruz al Señor, cometiendo un error y un crimen atroz y toda la nación judía se vio sometida a una destrucción sin precedentes.
Estos hechos sangrientos nos dijeron que los fariseos habían estado esperando ansiosamente que viniera el Mesías, pero lo rechazaron y se resistieron a la venida del Mesías. Estaban llenos de fantasías, concepciones y pensamientos sobre el Mesías, ellos tenían en su mente el significado literal de las profecías de la Biblia que definía la obra de Dios de acuerdo con sus ilusiones. Por lo tanto, hicieron todo lo que estaba en su poder para resistirse y condenar al Señor Jesús porque Su obra no estaba en línea con sus ideas e ilusiones a medida que las profecías se iban cumpliendo. Fueron arruinados por su necedad e ignorancia, y al final se convirtieron en los que se oponían a Dios, fueron eliminados y abandonados por Dios. Sin embargo, aquellos que abandonaron sus propias ideas y pensamientos, enfocaron en buscar e investigar la obra del Señor Jesús y Sus palabras y firmemente creían que el Señor Jesús es la venida del Mesías podría dejar todo para seguir al Señor Jesús. Y al final, recibieron el elogio del Señor.
La Biblia dice: “Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿ó quién fué su consejero?” (Romanos 11: 33-34). Dios es el Creador, y nosotros somos seres de u creación, somos polvo de la tierra. Nunca podemos comprender la sabiduría, la omnipotencia y la maravilla de Dios. Están la maravilla de Dios, la sabiduría y también los misterios en las profecías. No podemos imainarnos cómo se cumplen las profecías. ¿Cómo podemos inferir la obra de Dios como consejero de Dios? 2 Corintios 3: 6 también dice, “... porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”. De estos versículos y del hecho del fracaso de los fariseos, podemos ver que el cumplimiento de las profecías no es tan fácil como pensamos, mucho menos se cumplirán de acuerdo con las letras de la Biblia. De hecho, la venida del Señor Jesús ya había cumplido las profecías. Es solo que no estaba de acuerdo con los pensamientos y conceptos del hombre. El Señor nació de una virgen, María en Belén y fue perseguido por el Rey Herodes... Todos estos pueden probar el cumplimiento de las profecías. Sin embargo, los fariseos utilizaron su pensamiento e imaginación, el conocimiento literal y las inferencias de las Escrituras para dar la bienvenida al Mesías, que estuvieron condenados a que nunca verían la venida del Mesías.
Estamos en los últimos días, ¿entonces cómo debemos tratar las profecías de la venida del Señor? ¿Cómo debemos enfrentar al Señor si Su regreso no es lo que esperamos e imaginamos? Estas preguntas son dignos de nuestra reflexión.
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