Al recibir la venida del Señor, muchas personas defienden ciegamente de los falsos Cristos y no saben distinguir al verdadero Cristo de los falsos. ¿Se ha dado usted cuenta de que tal conducta es incorrecta, de que de esta manera será muy propenso a rechazar al verdadero Cristo y perder la oportunidad de ser llevado al reino de los cielos por el Señor? Entonces, ¿cómo distinguir entre el verdadero Cristo y los falsos?
El Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida […]” (Juan 14:6).
Dios Todopoderoso dice: “Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Haciéndose carne, Dios traerá la obra que pretende hacer, y haciéndose carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Si el hombre pretende investigar si es la encarnación de Dios, entonces debe corroborarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, para corroborar si es o no la carne encarnada de Dios y si es o no el camino verdadero, la persona debe discernir basándose en Su esencia. Y, así, a la hora de determinar si se trata de la carne de Dios encarnado, la clave yace en Su esencia (Su obra, Sus declaraciones, Su carácter y muchos otros aspectos), en lugar de fijarse en Su apariencia exterior. Si el hombre sólo analiza Su apariencia exterior, y como consecuencia pasa por alto Su esencia, esto demuestra que el hombre es ignorante”.
“El Dios que se hizo carne se llama Cristo, y así el Cristo que les puede dar a las personas la verdad se llama Dios. No hay nada excesivo en esto, porque Él posee la esencia de Dios, y posee el carácter de Dios, y posee la sabiduría en Su obra, que el hombre no puede alcanzar. Los que así mismos se llaman Cristo, pero que no pueden hacer la obra de Dios, son fraudes. Cristo no es sólo la manifestación de Dios en la tierra, sino que también es la carne particular asumida por Dios a medida que lleva a cabo y completa Su obra entre los hombres. Esta carne no puede ser suplantada por cualquier hombre, sino que es una carne que puede soportar adecuadamente la obra de Dios en la tierra, expresar el carácter de Dios y representarlo bien, y proveer la vida al hombre. Tarde o temprano, aquellos que suplantan a Cristo caerán porque, aunque afirman ser Cristo, no poseen nada de Su esencia. Y así digo que la autenticidad de Cristo, el hombre no la puede definir, sino que Dios mismo la contesta y la decide”.
De las palabras de Dios, podemos ver que Cristo es el Dios mismo encarnado, es el Espíritu de Dios manifestado en la carne y Él puede expresar la verdad para proveer y pastorear al hombre en cualquier momento y lugar, indicar el camino hacia adelante y proporcionarle la vida. Al igual que cuando el Señor Jesús vino a obrar, expresó el camino del arrepentimiento según las necesidades humanas y enseñó al hombre a amar a los demás como a sí mismo, a perdonar a otros setenta veces siete y a confesar y arrepentirse, etc. Estas enseñanzas les dieron un nuevo camino de práctica a aquellos que vivían bajo la ley. En los últimos días, Dios se ha hecho carne, es Dios Todopoderoso, quien ha expresado la verdad y ha expuesto la raíz de la resistencia del hombre a Dios mostrándole remedios para dejar de pecar y ser salvado, etc. La Palabra y la obra de Dios Todopoderoso son suficientes para demostrar que Dios Todopoderoso es Dios encarnado, la manifestación de Cristo de los últimos días. Y los que afirman ser Cristo pero son incapaces de expresar la verdad y solo pueden mostrar un poco de señales y prodigios para confundir a la gente, son ciertamente falsos Cristos. Por lo tanto, reconocer que Cristo es la verdad, el camino y la vida es el principio fundamental para discernir al verdadero Cristo de los falsos Cristos.
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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.
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