viernes, 21 de agosto de 2020

Mi cautela estuvo a punto de costarme la salvación de Dios de los últimos días



Por Li Chunmei (Corea del Sur)

Nota del editor: El Señor Jesús profetizó que volvería en los últimos días, y estoy seguro de que todos los hermanos y hermanas que anhelan Su regreso esperan poder recibir Su venida y la salvación de Dios de los últimos días. La hermana Li Chunmei no es una excepción, pero cuando se entera del regreso del Señor casi pierde la salvación de Dios de los últimos días a causa de su cautela. Por fortuna, no obstante, al final baja la guardia y recibe el regreso del Señor. ¿Cuál fue su experiencia? Sigue leyendo para descubrirlo.

Como cristiana en China, a menudo oía decir al pastor: “La Biblia dijo: ‘Que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo’ (Hechos 1:11). Cuando el Señor Jesús subió al cielo, fue Su cuerpo espiritual resucitado el que ascendió sobre una nube; por ello, cuando regrese también aparecerá, sin duda, en Su cuerpo espiritual sobre una nube. Ya se han cumplido muchas profecías bíblicas; el Señor va a venir muy pronto. Por tanto, debemos tener mucho cuidado de que no nos engañen y perdamos la ocasión de entrar en el reino de los cielos”. Siempre tuve presentes las palabras del pastor.

Vine a Corea del Sur en 2014, y tras mucho investigar elegí una iglesia presbiteriana en la que servir y posteriormente llegué a ser líder de la iglesia en el distrito. Me recordaba constantemente que tenía que ser una buena mayordoma y vigilar las ovejas del Señor.

Un día de junio de 2018, otras dos hermanas y yo habíamos planeado ir a leer la Biblia a casa de la hermana Li. Casualmente, su sobrina, la hermana Jin, también estaba allí, así que profundizamos todas juntas en las Escrituras. Yo planteé, uno por uno, algunos pasajes que no tenía claros y la hermana Jin dio explicaciones detalladas de todos ellos. Luego habló de las siguientes profecías del regreso del Señor: “Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo” (Juan 5:22). “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). “Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado” (Apocalipsis 14:7). Basándose en ellas, compartió en comunión que, cuando el Señor regrese, va a realizar una etapa de Su obra del juicio. También citó la parábola de la red, la del trigo y la cizaña y la del siervo fiel y el infiel, y dijo que cuando el Señor regrese separará, mediante Su obra del juicio, el trigo de la cizaña, las ovejas de las cabras y los siervos fieles de los infieles. Lo que compartió la hermana Jin era realmente novedoso y tenía muchísima luz; además, estaba en consonancia con las Escrituras y disfruté mucho escuchándolo. Cuando estábamos terminando, la hermana Jin nos dijo muy seria: “Hermanas, el Señor Jesús, a quien aguardamos desde hace mucho tiempo, ya ha regresado. Es Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días. Dios se ha hecho carne y está entre nosotros expresando verdades y realizando la obra del juicio, que comienza por Su casa…”. Estas palabras me borraron la sonrisa de la cara, y pensé: “¿El Señor Jesús ha regresado y está obrando en la carne? ¿Cómo puede ser?”. Una serie de dudas me hicieron recordar la afirmación del pastor de que el Señor descenderá con toda seguridad sobre una nube, así que inmediatamente me puse en guardia con la hermana Jin. No quise seguir escuchándola. Cuando nos marchábamos, me dio un ejemplar de El rollo abierto por el Cordero y me instó cordialmente a leerlo entero con detenimiento. Acepté el libro solo por guardar las apariencias.

Al llegar a casa eché un vistazo por curiosidad a algunas páginas del libro; sentí que esas palabras tenían gran autoridad y poder, pero las palabras del pastor eran un constante eco en mi cabeza. Así pues, enseguida dejé el libro y no me atreví a continuar leyéndolo. Al día siguiente vinieron a verme las otras dos hermanas y me dijeron que lo compartido por la hermana Jin había estado lleno de luz, querían oír más y me invitaron a ir con ellas. Les contesté: “Es verdad que lo que compartió estaba lleno de luz, pero el pastor suele decir que cuando el Señor regrese aparecerá en una nube y que tengamos cuidado con quien afirme que el Señor ha venido en la carne”. Respondieron que la venida del Señor era un acontecimiento importante y que, dado que las palabras de la hermana Jin habían sido esclarecedoras, realmente debíamos buscar e investigar, que esa sería la única manera de determinar si el Señor ha regresado de verdad o no. Lo que dijeron me pareció sensato, así que fui otra vez a casa de la hermana Li.

Cuando vi a la hermana Jin, le dije: “Hermana Jin, tú alegas que el Señor Jesús se ha hecho carne y ha regresado. ¿Cómo lo sabes? ¿Has visto a Dios?”. Sonrió y respondió: “Hermana, el Señor Jesús dijo: ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen’ (Juan 10:27). Para comprobar el regreso del Señor no hace falta verlo encarnado en persona. Lo principal es comprobar si las palabras expresadas por Él en la carne son realmente la voz de Dios, la verdad. Es como cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra: Pedro, Natanael, la mujer samaritana y otros supieron reconocer la voz de Dios en las palabras del Señor Jesús y así comprobaron que era el Mesías. Entonces comenzaron a seguir al Señor. Y ahora, los que hemos aceptado la obra de Dios de los últimos días lo hemos hecho porque hemos leído las palabras de Dios Todopoderoso y comprobado que tienen autoridad y poder. Revelan los misterios del plan de gestión de Dios y las actitudes e ideas corruptas ocultas en el fondo del corazón humano. Nos señalan la senda de la purificación. Esto cumple plenamente lo profetizado por el Señor Jesús: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir’ (Juan 16:12-13). Dios Todopoderoso es el Espíritu de la verdad y en los últimos días ha expresado todas las verdades necesarias para la salvación plena de la humanidad. Leyendo las palabras de Dios y poniéndolas en práctica podemos, poco a poco, despojarnos de nuestras actitudes corruptas y entrar en varios aspectos de la verdad. Así es como hemos comprobado que el Señor Jesús ha regresado realmente y que Él es Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días”.

Luego pasó a hablar de algunas de sus experiencias a la hora de comprobar que este era el camino verdadero, lo cual me agradó mucho. Sin embargo, en cuanto pensaba en lo que decía el pastor, no me creía del todo que el Señor hubiera regresado en la carne, por lo que me seguí manteniendo en guardia con ella. Le dije entonces a la hermana Jin: “Estas declaraciones de Dios Todopoderoso están muy bien, pero no puedo aceptarlas sin más de inmediato. He de estudiarlas primero”. No me presionó; simplemente me invitó a visitar la Iglesia de Dios Todopoderoso cuando tuviera ocasión.

Esa noche estaba dando vueltas en la cama sin poder dormirme. No dejaba de pensar en lo que había compartido la hermana Jin aquellos días y pensé para mis adentros: “Sus palabras, efectivamente, sí tenían luz. Llevo creyendo todo este tiempo, pero nunca había oído unas enseñanzas tan maravillosas. ¿Las sigo escuchando o no? ¿Y si el Dios Todopoderoso del que da testimonio es realmente el regreso del Señor Jesús? Si me niego rotundamente a investigarlo, ¿no perdería la ocasión de recibir la venida del Señor? Sin embargo, el pastor nos ha dejado muy claro que el Señor regresará en una nube; desde luego, no en la carne. Si me equivoco en mi investigación, ¿no destrozaría con ello la vida de los hermanos y hermanas de mi distrito de los que soy responsable? ¿Qué demonios hago?”. En ese momento me levanté y me postré a orar al Señor: “Señor, la verdad es que no sé qué hacer ahora mismo. El pastor ha dicho que cuando regreses lo harás en una nube, pero la hermana Jin ha hablado de que ya has regresado en la carne. Ahora no puedo tener por seguro que Dios Todopoderoso sea realmente Tu regreso. Señor, si este es el camino correcto, te ruego esclarecimiento y guía para saber reconocerte. Si no lo es, te pido discernimiento para poderme mantener en Tu camino”.

Al día siguiente me encontré con el hermano Wang, que creía desde hacía varios años y era buen conocedor de la Biblia. Buscaba con entrega y era un librepensador de palabra y obra. Le conté lo que había dicho la hermana Jin del regreso del Señor y le pregunté qué opinaba. Al oír esto, el hermano Wang me dijo sinceramente: “Hermana, este es el momento decisivo para la venida del Señor. Si oímos la noticia de Su regreso, debemos buscarlo con una mente abierta y un corazón que venere a Dios. Sencillamente, no podemos juzgar a la ligera. Cuando el Señor Jesús apareció para realizar Su obra, los fariseos lo crucificaron porque se aferraron a sus propias nociones y condenaron desenfrenadamente Su obra. Luego Dios los maldijo y castigó. ¡Tenemos una lección que aprender del error de los fariseos! El Señor Jesús dijo: ‘Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos’ (Mateo 5:3). Y Romanos 10:17: ‘Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo’. Creo que, decididamente, tenemos que estudiar si Dios Todopoderoso es o no el regreso del Señor. Si de verdad ha regresado y no lo investigamos, perderemos la ocasión de ser arrebatados ¡y lo lamentaríamos toda la vida! ¿Y si visitamos juntos la Iglesia de Dios Todopoderoso?”. Me pareció muy sensato lo que dijo el hermano Wang y que debíamos abordar la cuestión de la venida del Señor con veneración hacia Dios y sin pronunciarnos a ciegas. Solo buscando e investigando podríamos averiguar si el Señor había regresado realmente o no. Así pues, asentí con la cabeza y decidí ir a indagar a la Iglesia de Dios Todopoderoso.

Días después, el hermano Wang y yo fuimos a la Iglesia de Dios Todopoderoso con un par de hermanas más. Los hermanos y hermanas de la Iglesia nos recibieron muy cordialmente. Tras las presentaciones, les conté mi preocupación. “Lo compartido por la hermana Lin la última vez estaba en consonancia con la Biblia y tenía mucha luz, pero no puedo aceptar su testimonio de que el Señor ha regresado en la carne, pues la Biblia dice: ‘Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria’ (Lucas 21:27). Cuando regrese el Señor, debería aparecérsenos con gran gloria en Su cuerpo espiritual resucitado. ¿Cómo va a regresar en la carne?”.

Un hermano me respondió lo siguiente: “Hermana, aparte de ese versículo que has citado, hay muchas otras profecías acerca de cómo aparecerá el Señor cuando regrese, en las cuales se afirma que se mostrará encarnado ante la humanidad. Por ejemplo, ‘Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis’ (Lucas 12:40), ‘Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre’ (Mateo 24:27), ‘Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’ (Lucas 17:24-25). Estas profecías hablan de que ‘el Hijo del Hombre vendrá’ y ‘la venida del Hijo del Hombre’; ‘Hijo del hombre’ significa que nació de un ser humano y tiene una humanidad normal. Si hubiera de aparecerse en un cuerpo espiritual, no se le denominaría Hijo del hombre. Por ejemplo, Jehová Dios era Espíritu y no lo llamaban Hijo del hombre. Tras la resurrección del Señor Jesús, aunque Su cuerpo espiritual pareciera por fuera un simple cuerpo físico, no se le podría haber denominado Hijo del hombre. También los ángeles son cuerpos espirituales y no se les puede denominar Hijos del hombre tampoco. Así pues, a quien tenga la imagen de un ser humano, pero sea en realidad un cuerpo espiritual, no se le denomina Hijo del hombre. El Señor Jesús en la carne era el Hijo del hombre, Cristo, porque era el Espíritu de Dios revestido de carne. Parecía muy corriente, muy normal por fuera, pero era completamente divino y podía llevar a cabo la obra de Dios. Por tanto, cuando el Señor Jesús dijo ‘el Hijo del Hombre vendrá’ y ‘la venida del Hijo del Hombre’, se refería al regreso de Dios encarnado en los últimos días. Este versículo concreto —‘Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’— demuestra que, cuando regrese el Señor, aparecerá en la carne para obrar. Solo si Dios viene en forma encarnada para parecer muy normal por fuera la gente no lo reconocerá como Dios, y entonces lo calumniará, juzgará y condenará. Si el Señor Jesús se apareciera con gran gloria a la humanidad en Su cuerpo espiritual resucitado, todo el mundo temblaría y se postraría atemorizado ante Él. ¿Quién se atrevería entonces a rebelarse, oponerse o rechazar a Dios? Serían imposibles Su sufrimiento y Su rechazo por parte de esta generación. Al investigar si Él es el regreso del Señor Jesús, debemos tener en cuenta todas las profecías de Su segunda venida. Si resolvemos que regresará en una nube basándonos en uno o dos versículos de la Biblia, es probable que terminemos oponiéndonos a Dios ¡y luego perdamos la salvación del Señor de los últimos días!”.
No había ni una sola cosa que pudiera refutar de las palabras de este hermano; empecé a bajar la guardia un poco. Luego nos puso un maravilloso fragmento, El misterio de la venida del Hijo del hombre, de una película de la Iglesia de Dios Todopoderoso titulada El misterio de la piedad. Al mirarlo me di cuenta de que la aparición y obra del Señor a Su regreso en los últimos días tendrá lugar en varios pasos. Primero se hará carne y caminará en secreto en medio de la humanidad, mientras expresa la verdad y lleva a cabo una etapa de la obra de juicio y purificación para formar un grupo de vencedores antes del desastre. Terminada la obra de Su venida en secreto, comenzará a hacer caer un gran desastre para premiar a los buenos y castigar a los malvados, y será después de todo eso cuando descenderá en una nube y se mostrará públicamente a los pueblos de todas las naciones. En ese momento, aquellos que se opusieron al Cristo de los últimos días sucumbirán al desastre entre el llanto y el crujir de dientes. De ese modo se cumple esta profecía bíblica: “He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él” (Apocalipsis 1:7). Una vez que comprendí todo esto, dejé de aferrarme a la creencia de que el Señor regresaría en un cuerpo espiritual y se aparecería a la humanidad sobre una nube. No obstante, aún no entendía por qué el Señor habría de venir a obrar en la carne, por lo que continué buscando con este hermano.

Para conocer más: He aquí yo estoy a la puerta y llamo


Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

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