Pregunta: La mayoría de las personas en el mundo religioso creen que cuando el Señor Jesús dijo “Consumado es” en la cruz, es prueba de que la obra de salvación de Dios ya está completamente terminada. Y, aun así, dais testimonio de que el Señor ha regresado en la carne para expresar la verdad y llevar a cabo la obra de juicio, comenzando con la casa de Dios, con el fin de salvar a las personas completamente. Así que exactamente, ¿cómo se debe entender la obra de Dios para salvar a la humanidad? No estamos claros con este aspecto de la verdad, así que por favor habladnos esto.
Respuesta:
La mayoría de las personas en el mundo religioso piensan: Cuando el Señor Jesús fue crucificado y dijo antes de expirar, “Consumado es”, esto probaba que la obra de salvación de Dios estaba totalmente finalizada y que no habría más obra. Por lo tanto, al oír que Dios está haciendo una nueva etapa de la obra en los últimos días, muchas personas lo niegan absolutamente. Lo consideran una cosa imposible. Bueno, a fin de cuentas, ¿cuál es la verdad del asunto? Cuando el Señor Jesús fue crucificado, ¿representó o no que la obra de Dios de salvar a la humanidad estaba totalmente “consumada”? Qué el Señor dijera, “Consumado es”, ¿significó que toda la obra del Señor de redimir a la humanidad se completó o significó que toda la obra de Dios de salvar a la humanidad se completó?
Imaginemos: Si que el Señor Jesús en la cruz dijera: “Consumado es” significó que toda la obra de Dios de salvar a la humanidad estaba finalizada, entonces ¿podría Dios todavía profetizarnos una obra de salvación posterior? ¡Definitivamente no! En este punto cada hermano y hermana debe estar de acuerdo. Y es bien sabido, todas las profecías en el Libro de Apocalipsis son acerca de la obra de salvación de Dios en los últimos días, como en Apocalipsis capítulo 1 versículos 1 al 3, que dicen: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a sus siervoslas cosas que deben suceder pronto; y la dio a conocer, enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, el cual dio testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todo lo que vio. Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca”. En el Libro de Apocalipsis, Jesucristo le reveló a Juan cosas que pronto sucederían y le dejó guardar registro de estas cosas para que nosotros pudiéramos creer. Apocalipsis capítulo 14 versículos 6 y 7 también registra específicamente cosas que Dios haría en los últimos días: “Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eternopara anunciar lo a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Y cuando Él estuvo en la tierra, el Señor Jesús mismo también profetizó: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). De estas profecías sabemos que en los últimos días Dios todavía tiene una obra de salvación que hacer; es decir, en los últimos días, Dios hará la obra de juicio y el Espíritu de la verdad nos guiará hacia toda la verdad. Así que podemos concluir: la obra del Señor Jesús de ser crucificado no fue el fin de toda la obra de salvación de Dios y que el Señor Jesús en la cruz dijera: “Consumado es”, simplemente significó que Su crucifixión completó la obra de redimir a la humanidad; no significó que toda la obra de Dios de salvar a la humanidad estuviera finalizada.
Todos sabemos que desde que la humanidad fue corrompida por Satanás, Dios ha estado haciendo la obra de salvar a la humanidad. Él salvará al hombre del dominio de Satanás y dejará que el hombre recupere su santidad original. Él derrotará completamente a Satanás, sellará el destino de Satanás. Cuando el hombre sea totalmente rescatado de la influencia de Satanás, liberado de la servidumbre del pecado, purificado por Dios, entonces la obra de gestión de Dios estará totalmente finalizada y Dios y el hombre juntos entrarán en el reposo.
Dios logrará esta obra en etapas de acuerdo a las necesidades de desarrollo del hombre, obrando en pasos y de acuerdo a Su plan, definitivamente no a ciegas ni descuidadamente. Dios diferencia eras y etapas al completar toda Su obra de gestión de salvar a la humanidad. Primero, Dios estableció la ley por medio de Moisés, requiriéndole al hombre guardar la ley para que el hombre supiera cómo vivir en la tierra y, al mismo tiempo, mostrándole al hombre lo que era el pecado. Después Dios, de acuerdo con las necesidades de la humanidad, inauguró la Era de la Gracia y se encarnó para hacer la obra en persona, sanando a los enfermos y echando fuera demonios, dándole al hombre gracia infinita y, finalmente, fue crucificado por el hombre, con Su carne santa como una ofrenda por el pecado, para redimir al hombre del pecado. El hombre sólo necesita creer en el Señor, confesar el pecado al Señor, ser perdonado por su pecado. Sin embargo, aunque hemos recibido la salvación del Señor Jesús y nuestros pecados han sido perdonados, nuestra naturaleza pecaminosa todavía existe; seguimos viviendo vidas cíclicas de pecar en el día y confesar en la noche, sin manera de quitarnos los lazos del pecado, tal y como Pablo dijo: “porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no” (Romanos 7:18). Si hasta Pablo fue así, entonces ¿qué podemos nosotros, la gente de hoy, hacer? Además, la Biblia dice: “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Si este es el caso, ¿quién entre nosotros puede ver al Señor? Todos sabemos, está escrito en la Biblia: “que sois protegidos por el poder de Diosmediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo” (1 Pedro 1:5). “Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan” (Hebreos 9:28). De estos versículos podemos ver: Pedro dijo que queda una salvación a ser revelada en los últimos días y Hebreos también claramente dice que Cristo aparecerá una segunda vez para salvarnos, permitiéndonos ser lo suficientemente santos para ver el rostro del Señor. Esto muestra que las palabras del Señor Jesús: “Consumado es”, sólo significaron que Su obra de ser crucificado para redimir a la humanidad estaba finalizada, no que toda la obra de salvación de Dios estuviera finalizada. Por lo tanto, vemos que la obra de Dios de salvar a toda la humanidad todavía no se ha completado. Todavía necesitamos que Dios venga a hacer una etapa de la obra purificándonos y cambiándonos completamente; de otro modo, somos indignos de ver el rostro del Señor.
Dios Todopoderoso dice: “Para el hombre, la crucifixión de Dios concluyó la obra de Su encarnación, redimió a toda la humanidad y esto le permitió tomar posesión de las llaves del Hades. Todos piensan que Su obra se ha cumplido por completo. En realidad, para Dios sólo se ha realizado una pequeña parte de Su obra. Sólo ha redimido a la humanidad; no la ha conquistado, y menos aún ha cambiado la fealdad de Satanás en el hombre. Por esta razón, Dios afirma: ‘Aunque Mi carne encarnada pasó por el dolor de la muerte, esa no fue la meta total de Mi encarnación. Jesús es Mi amado Hijo y fue clavado en la cruz por Mí, pero no concluyó del todo Mi obra. Sólo llevó a cabo una porción de ella’” (‘Obra y entrada (6)’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“Aunque el hombre ha sido redimido y se le han perdonado sus pecados, sólo se considera que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre vive en la carne y no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando interminablemente el carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayoría de los hombres pecan durante el día y confiesan por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para ellos, no podría salvarlos del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación…” (‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“Tú sólo sabes que Jesús descenderá durante los últimos días, pero ¿cómo lo hará exactamente? Un pecador como alguno de vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado o perfeccionado por Dios, ¿puedes ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡tendrías que tener tanta suerte! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Y así, tú, un pecador que acaba de ser redimido, no puedes heredar directamente la herencia de Dios” (‘Acerca de los apelativos y la identidad’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Así que, ¿cómo hacer exactamente para que dejemos de pecar, nos quitemos completamente nuestra naturaleza pecaminosa y nos santifiquemos para que podamos ver el rostro de Dios? Hoy las palabras de vida que Dios ha expresado en Su segunda encarnación nos han mostrado la senda para recibir la salvación completa: “Los pecados del hombre fueron perdonados gracias a la obra de la crucifixión de Dios, pero el hombre siguió viviendo en el viejo carácter satánico y corrupto. Así pues, el hombre debe ser completamente salvo de este carácter satánico corrupto para que la naturaleza pecadora del hombre sea del todo desechada y no se desarrolle más, permitiendo así que el carácter del hombre cambie. Esto requiere que el hombre entienda la senda del crecimiento en la vida, el camino de la vida, y el camino del cambio de su carácter. También necesita que el hombre actúe de acuerdo con esa senda, de forma que su carácter pueda ser cambiado gradualmente y él pueda vivir bajo el brillo de la luz y que pueda hacer todas las cosas de acuerdo con la voluntad de Dios, desechar el carácter satánico corrupto, y liberarse de la influencia satánica de las tinieblas, aflorando de este modo totalmente del pecado. Sólo entonces recibirá el hombre la salvación completa. Cuando Jesús estaba haciendo Su obra, el conocimiento que el hombre tenía de Él seguía siendo vago y poco claro. Siempre creyó que Él era el hijo de David y proclamó que era un gran profeta y el Señor benevolente que redimía los pecados del hombre. Algunos, basándose en la fe, se curaron simplemente tocando el borde de Sus vestiduras; los ciegos podían ver e incluso los muertos ser restaurados a la vida. Sin embargo, el hombre no podía descubrir el carácter satánico corrupto profundamente arraigado en él ni sabía cómo desecharlo. El hombre recibió mucha gracia, como la paz y la felicidad de la carne, la bendición de toda la familia sobre la fe de uno, la curación de las enfermedades, etc. El resto era las buenas obras del hombre y su apariencia piadosa; si este podía vivir en base a eso, se le consideraba un buen creyente. Sólo tales creyentes podrían entrar en el cielo tras la muerte, lo que significa que fueron salvos. Pero durante su vida, no entendieron en absoluto el camino de la vida. Simplemente cometían pecados y después confesaban, en un ciclo continuo sin camino alguno hacia un carácter cambiado; así era la condición del hombre en la Era de la Gracia. ¿Ha recibido el hombre la salvación completa? ¡No! Por tanto, después de completarse esta etapa, aún queda la obra de juicio y castigo. Esta etapa hace al hombre puro por medio de la palabra al darle una senda que seguir. La misma no sería fructífera ni tendría sentido si continuase con la expulsión de demonios, porque la naturaleza pecaminosa del hombre no sería abandonada y el hombre sólo se detendría tras el perdón de los pecados. A través de la ofrenda por el pecado, estos se le han perdonado al hombre, porque la obra de la crucifixión ya ha llegado a su fin y Dios ha vencido a Satanás. Pero el carácter corrupto del hombre sigue en él y este todavía puede pecar y resistir a Dios; Dios no ha ganado a la humanidad. Esa es la razón por la que en esta etapa de la obra Dios usa la palabra para revelar el carácter corrupto del hombre y pide a este que practique de acuerdo con el camino adecuado. Esta etapa es más significativa que la anterior y también más fructífera, porque, ahora, la palabra es la que provee directamente la vida del hombre, y permite que su carácter sea completamente renovado; es una etapa de obra más concienzuda. Así pues, la encarnación en los últimos días ha completado el sentido de la encarnación de Dios y ha terminado por completo el plan de gestión de Dios para la salvación del hombre” (‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“Por tanto, el hombre no puede salvarse totalmente de sus pecados por la curación de la enfermedad y la expulsión de demonios, y no puede ser hecho totalmente completo por la manifestación de señales y maravillas. La autoridad para curar y expulsar demonios sólo le da al hombre gracia, pero la carne del hombre sigue perteneciéndole a Satanás y el carácter satánico corrupto permanece dentro del hombre. En otras palabras, lo que no se ha limpiado sigue perteneciendo al pecado y la inmundicia. Hasta que el hombre no se haya purificado por medio de las palabras no podrá ser ganado por Dios ni santificarse. Si no se hace más que echar fuera a los demonios del hombre y redimirlo, no se hace más que arrebatarlo de las manos de Satanás y devolverlo a Dios. Sin embargo, Dios no lo ha limpiado ni cambiado, y sigue siendo corrupto. Dentro del hombre todavía existen la inmundicia, la oposición y la rebeldía; el hombre sólo ha vuelto a Dios por medio de la redención, pero no tiene conocimiento de Él y sigue resistiéndose a Él y traicionándolo. Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya fueron plantados dentro de él. Después de miles de años de corrupción de Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza que resiste a Dios. Por tanto, cuando ha sido redimido, no es nada más que una redención en la que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa de su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan inmundo debe pasar por un cambio antes de ser digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser limpio. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser limpiado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de conquista así como la segunda etapa de la salvación” (‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”). De las palabras de Dios Todopoderoso vemos que la obra de redención del Señor Jesús sólo perdonó los pecados del hombre pero no perdonó el carácter corrupto del hombre. Dentro del hombre, el carácter corrompido por Satanás y la naturaleza pecaminosa, todavía existen. Así que, basado en la obra de redención del Señor Jesús, Dios hace una etapa de la obra más elevada y más exhaustiva, que es la obra de purificar a la humanidad por medio de las palabras. Dios, por medio del juicio de las palabras, apartará completamente nuestro carácter corrupto, haciendo que seamos completamente ganados por Dios. Esto terminará toda la obra de Dios de salvar a la humanidad y terminará todo el plan de gestión de Dios. En este momento toda la obra de Dios de salvar a la humanidad estará finalizada. Así como dice en el Apocalipsis: “Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. También me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le darégratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:5-6). Como ves, cuando el carácter corrupto del hombre sea completamente apartado para cederle el paso a un nuevo hombre, entonces la obra de Dios de salvar a la humanidad estará verdaderamente hecha. Esta etapa de la obra en la era final usará palabras para juzgar, castigar y apartar totalmente la naturaleza pecaminosa del hombre. Sólo por medio de esta etapa de la obra el hombre puede lograr la santidad y no pecar más, quedando así calificado para ver el rostro de Dios y gozar la bienaventuranza con Dios. Así que, aceptar la obra de juicio y purificación de Dios en los últimos días es la única senda para que nosotros obtengamos una salvación completa.
de “Preguntas y respuestas sobre el testimonio del Evangelio del Reino”
Actualmente hay algunas personas que señalan que lo último que el Señor Jesús dijo en la cruz fue: “!Consumado es!”. Y después dicen: “Cuando el Señor Jesús sirvió como una ofrenda por el pecado, Él concluyó la obra de salvación de Dios. Se nos han perdonado nuestros pecados porque creemos en el Señor Jesús. También hemos ganado la justificación sólo por medio de la fe y por lo tanto podremos entrar al reino del cielo. Sólo tenemos que esperar el arrebatamiento del Señor”. O dicen: “Todo está listo, sólo necesitamos el arrebatamiento”. ¿Se puede verificar esto? No, no se puede. Sólo podemos verificar que nuestros pecados han sido perdonados, ¿cierto? Nuestros pecados han sido perdonados, pero ¿cómo lo verificamos? Independientemente de qué clase de pecado cometas sólo tienes que orar y admitir tu pecado y sentirás gozo, paz y tu espíritu será liberado de la atadura del pecado. ¡Uno se siente liberado cuando no tiene pecado! Eso es cierto, así que podemos decir que la ofrenda por el pecado es totalmente real y es algo que todos los creyentes en el Señor Jesús pueden confirmar a través de sus experiencias. Pero de ninguna manera es seguro decir: “Creer en el Señor Jesús traerá la salvación de Dios y la completa separación del pecado. Si crees en el Señor Jesús, serás elogiado por Dios y entrarás en el reino del cielo”. El Señor Jesús no dijo esto y no hay evidencia de ello. ¿Por qué no hay evidencia? Los pecados del hombre han sido perdonados, pero ¿puede su carácter satánico, la naturaleza pecaminosa, ser perdonado? No. ¿Alguna vez el Señor Jesús dijo: “Una vez que vuestros pecados sean perdonados podéis entrar al reino del cielo”? (No.) ¿Alguna vez el Señor Jesús dijo: “Sólo tienes que creer en Mí y habrá un lugar para ti en el reino del cielo”? Dios nunca ha dicho eso. ¿Qué dice el Señor Jesús en la Biblia? “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Entonces, ¿a qué se refiere “la voluntad de mi Padre que está en los cielos”? Es decir que tienes que hacer la voluntad de Dios, seguir el camino de Dios, poner en práctica el camino de la verdad, es decir, la palabra de Dios. Una persona debe hacer lo que sea que Dios le pida que haga y debe seguir obedeciendo estrictamente las instrucciones de Dios y sólo entonces puede tal persona entrar en el reino del cielo. Pero ¿cuántas personas fueron capaces de cumplir los requisitos de Dios en la Era de la Gracia? Ni una. Así que podemos decir que la obra de la Era de la Gracia es una etapa de la obra de redención. Se profetiza en la Biblia que cuando el Señor regrese habrá una etapa de la obra de juicio y castigo para purificar a todos aquellos que vienen ante Dios. En otras palabras, Dios va a emprender una etapa de la obra de purificación antes de que termine la era en los últimos días. Y todo lo que el Señor Jesús profetizó acerca de separar el trigo de la cizaña, las ovejas de los cabritos, las vírgenes prudentes de las vírgenes insensatas y, también, aquellos que sirven a Dios de aquellos que no y los buenos siervos de los malos siervos, todo esto se cumplirá. De acuerdo con la profecía del Señor Jesús, durante los últimos días Dios emprenderá una etapa de la obra de juzgar a las personas, de purificar a las personas y la obra de separar a todos de acuerdo a su propia especie, como claramente se profetizó en la Biblia. Como lo dice en la Biblia: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17) y también menciona “la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo” (1 Pedro 1:5) y cómo el Señor vendrá a recibir a aquellos que venzan (ver Jn 14:3) y cómo el Señor vendrá como un ladrón a robar los tesoros (ver Ap 16:15). Todas estas profecías se refieren a la obra a ser llevada a cabo durante el regreso de nuestro Señor. Esto prueba que desde la Era de la Ley hasta el tiempo del regreso del Señor para poner fin a la era, hay tres etapas de la obra. Esto es verdad y se puede ver en las profecías bíblicas, en el Libro del Apocalipsis. La obra de la Era de la Gracia fue la obra de redención, ciertamente no fue la obra de purificación para eliminar la naturaleza pecaminosa de la humanidad. No ha habido un creyente en el Señor Jesús cuya naturaleza pecaminosa haya sido totalmente eliminada, ni uno sólo que no haya pecado otra vez después de ser perdonado, ni uno que haya alcanzado una transformación total de su carácter, ni uno que haya realmente conocido a Dios. Estos son los hechos del asunto. Durante la Era de la Gracia la humanidad creyó en Dios por 2,000 años, pero cinco problemas fundamentales quedaron sin resolver: Primero, la naturaleza satánica de la humanidad para cometer pecados no se resolvió; segundo, el asunto de la humanidad revelando su carácter satánico quedó sin resolver; tercero, el asunto de la transformación del carácter de vida de cada persona no se resolvió; cuarto, el problema de cómo la humanidad debe conocer a Dios y obedecer a Dios no se resolvió a fondo; quinto, la pregunta de cómo la humanidad puede alcanzar la purificación tampoco se resolvió completamente. Estos cinco problemas fundamentales quedaron sin resolver, probando que la obra de Dios de la Era de la Gracia fue una etapa de la obra de redención y que no fue la etapa final de la obra de salvación de la humanidad. La obra de la Era de la Gracia estaba preparando el camino, construyendo los cimientos, para la obra de salvación de los últimos días.
de La Comunión de arriba
¿Exactamente qué significa ser salvo? Las personas en la religión creen que, ya que las últimas palabras del Señor Jesús en la cruz fueron, “Consumado es”, siempre y cuando tengas fe en el Señor Jesús y tus pecados sean perdonados, esto quiere decir que eres salvo. Las personas en la religión malinterpretan lo que Dios ha dicho porque no conocen la obra de Dios. ¿A qué se estaba refiriendo el Señor Jesús cuando Él dijo “Consumado es”? Él se estaba refiriendo a la consumación de la obra de redención de Dios y ciertamente no se estaba refiriendo a haber terminado el plan de gestión de Dios. Por lo tanto, es un hecho que es más fácil para aquellos que no conocen la obra de Dios malinterpretar lo que Él ha dicho y más fácil para ellos juzgar la obra de Dios. Así que, ¿qué es la salvación después de todo? ¿es el perdón de pecados es la verdadera salvación? No, sólo establece una base para la obra de Dios en los últimos días, establece un fundamento. La obra de Dios para salvar a los hombres es en realidad la obra de los últimos días. La obra de los últimos días se establece sobre la base de la ofrenda por el pecado en la Era de la Gracia. Es sólo porque hay la ofrenda por el pecado que los pecados del hombre son perdonados y que la humanidad está calificada para venir ante Dios y recibir Su obra. Es sólo con el juicio y castigo de los últimos días, las pruebas y el refinamiento, que el hombre es verdaderamente salvo y liberado de la influencia de Satanás y del control de la naturaleza de Satanás. Sólo la obra de los últimos días es capaz de cambiar el carácter del hombre que ha sido corrompido por Satanás, es capaz de salvar al hombre de la influencia de Satanás y llegar al objetivo de hacer que el hombre se vuelva completamente a Dios. Por lo tanto, si al creer en Dios el hombre no experimenta la obra de Dios en los últimos días, entonces no puede verdaderamente llegar a la salvación […]. Dios es santo y justo. Después de que los pecados del hombre han sido perdonados, la raíz del pecar del hombre, es decir, su naturaleza de Satanás, aún no ha sido eliminada. Si el hombre continúa como de costumbre resistiéndose a Dios y traicionando a Dios, ¿no es esto una ofensa contra el carácter de Dios? Si Dios levantó para Su reino una humanidad que todavía es capaz de resistirse a Él y traicionarlo, ¿qué explicaría esto? ¿No indicaría esto que Dios se ha engañado a sí mismo? Esta humanidad corrupta todavía es capaz de resistirse a Dios y todavía es capaz de clavar a Cristo en la cruz una vez más. Si dicha humanidad es una humanidad que es salva, entonces no hay manera de explicar la santidad y justicia de Dios, no tiene sentido. ¿Cómo podría el reino de Dios permitir la existencia de una humanidad que se resiste a Dios? Eso es imposible porque el carácter de Dios no tolera la ofensa del hombre. Por lo tanto, si dices: “Un hombre que ha recibido la ofrenda por el pecado ha sido salvo y puede entrar en el reino de Dios”, tales palabras no bastarán.
De “Comunicar y predicar acerca de esparcir el Evangelio” en Sólo creyendo en Dios Todopoderoso se puede ser salvado
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