viernes, 18 de septiembre de 2020

¿Por qué hay tantos desastres y cuál es la intención de Dios?


En tiempos recientes, han seguido propagándose desastres como terremotos, inundaciones, enjambres de langostas, incendios, epidemias y hambrunas, y el alcance de esta propagación se ha ido ampliando cada vez más. Cabe destacar el nuevo coronavirus, una peste que se ha extendido a todos los países de la Tierra y que ha provocado la muerte de muchas personas. Cuando vemos que tales desastres ocurren tan frecuentemente, nos llenamos de miedo y nos sentimos perdidos, y todo lo que podemos hacer es clamar constantemente al Señor para que nos proteja. ¿Podría ser esta la razón por la que Dios permite que ocurran los desastres simplemente porque desea que clamemos a Él y le pidamos Su protección? ¿Cuál es la intención de Dios? ¿Cómo podemos obtener la protección de Dios cuando ocurren los desastres? Discutámoslo y exploremos juntos este tema para que podamos entender la intención de Dios y encontrar el camino para recibir Su protección.

En realidad, Dios permite que los desastres que nos ocurren sirvan como recordatorios y advertencias para nosotros. ¿Pero de qué nos está advirtiendo? Todos sabemos que en este mundo hoy en día, la gente se ha vuelto más y más malvada y corrupta. Todos viven sus vidas satisfaciendo la gula, la búsqueda de placer y los deseos carnales y sensuales. La gente compite entre sí en busca de beneficios y está llena de mentiras y violencia. Perdieron su dignidad e integridad, su conciencia y su sentido hace mucho tiempo, y a veces ni siquiera reconocen la existencia de Dios, y sólo unos pocos tienen sed de la verdad y anhelan que aparezca la verdadera luz. Incluso aquellos que sí creen en el Señor también siguen las tendencias del mundo en busca de dinero, fama y fortuna; codician los placeres de la carne y viven en pecado, sin poder escapar. La gente en este mundo hoy en día es tan malvada y corrupta como en los tiempos de Noé. El Señor Jesús una vez profetizó: “Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37). Sabemos por las palabras del Señor Jesús que para cuando el hombre se haya corrompido tanto como en los tiempos de Noé, el Señor ya habrá regresado. Pero la gente se ha corrompido demasiado, sin nadie que busque activamente a Dios o Su aparición y obra, e incluso cuando escuchan a alguien testificando del regreso del Señor, aún así no buscan activamente la verdad ni la investigan más a fondo. Al permitir que estos desastres ocurran, Dios nos envía advertencias para despertar nuestros corazones apáticos para que podamos ver claramente que la profecía de la venida del Señor ya se ha cumplido y que el Señor regresó hace mucho tiempo. Debemos buscar la aparición de Dios sin demora. Si no podemos dar la bienvenida al Señor antes de que llegue el gran desastre, sólo seremos barridos por el gran desastre y castigados.

El Señor Jesús también nos lo dijo hace mucho tiempo: “Pero a medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.»” (Mateo 25:6). “[...] el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:8). Esto significa que la gente predicará y testificará cuando el Señor haya regresado. Al escuchar las palabras “el Novio viene”, la gente debe buscar e investigar activamente el regreso del Señor, porque sólo así pueden dar la bienvenida al regreso del Señor. Hasta ahora, en todo el mundo, sólo la Iglesia de Dios Todopoderoso está testificando que el Señor Jesús ha regresado. Ha expresado la verdad y lleva a cabo la obra de juicio comenzando por la casa de Dios, cumpliendo así las profecías del Señor Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). Y 1 Pedro 4:17 dice: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; […]”. El Dios Todopoderoso lleva a cabo la obra de juicio y castigo en base a la obra redentora del Señor Jesús. Aunque creamos en el Señor y recibamos el perdón de nuestros pecados, nuestra naturaleza pecaminosa sigue dentro de nosotros. Por lo tanto, lo que vivimos es la arrogancia y la vanidad, el engaño, el egoísmo y el comportamiento bajo, la maldad y la codicia y otros caracteres satánicos. Pecamos constantemente, y nos rebelamos y resistimos a Dios, incapaces de deshacernos de las ataduras del pecado. Por lo tanto, cuando el Señor Jesús regrese en los últimos días, todavía tendrá que llevar a cabo la obra de juzgar y purificar al hombre, librando completamente a la humanidad de nuestra naturaleza pecaminosa, salvándonos de la influencia de Satanás, salvándonos de los desastres y llevándonos al reino de Dios. Como dice Dios Todopoderoso, “Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad, se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre, pero no lo libró de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida”.

Frente a este evangelio de la venida del reino de los cielos, ¿cuántas personas buscarán e investigarán activamente el verdadero camino? Muchas personas son indiferentes y persisten en su obstinación. No buscan e investigan la aparición y la obra de Dios en absoluto, ni se centran en escuchar la voz de Dios para acoger el regreso del Señor. ¿Cuál es el problema en esto? Demuestra que nosotros los seres humanos no amamos la verdad; sólo queremos ser arrebatados al reino de los cielos y recibir bendiciones. No queremos experimentar juicio y castigo y aún así estamos llenos de todo tipo de caracteres corruptos y satánicos. Entonces, ¿cómo podemos ser purificados sin experimentar el juicio de Dios y la obra de limpieza en los últimos días? La gente todavía vive en pecado, resistiendo a Dios y rebelándose contra Dios en cualquier momento y lugar, y algunos incluso tratan de hacer todo lo posible para condenar y resistir la aparición y la obra de Dios. ¿Puede tal persona escapar del gran desastre?

Las palabras de Dios dicen: “Cuando [la humanidad] estaba llena de corrupción y hasta cierto punto le desobedeció a Dios, Él tuvo que destruirla por Su carácter y Su esencia, y de acuerdo con Sus principios. Pero por Su esencia, Dios siguió compadeciéndose de ella, y hasta quiso usar diversas formas para redimirla, a fin de que continuase viviendo. En su lugar, el hombre se opuso a Dios, siguió desobedeciéndole y se negó a aceptar Su salvación, es decir, se negó a aceptar Sus buenas intenciones. No importa cómo lo llamó Dios, lo recordó, le proveyó, lo ayudó o toleró, el hombre no lo entendía ni lo apreciaba, ni le prestaba atención. En Su dolor, Dios no olvidó extenderle al hombre Su máxima tolerancia, esperando que el hombre volviera. Después de alcanzar Su límite, hizo lo que tuvo que hacer sin dudarlo. En otras palabras, hubo un período de tiempo y un proceso específicos desde el momento en que Dios planeó destruir la humanidad hasta el comienzo oficial de Su obra de destrucción de la misma. Este proceso existió con el propósito de capacitar al hombre para que volviera, y fue la última oportunidad que Dios le dio al hombre”. “En el vasto mundo, innumerables cambios han ocurrido una y otra vez. Ninguno es capaz de guiar y dirigir a esta humanidad excepto por Él, quien gobierna sobre todas las cosas en el universo. No hay poderoso que trabaje o haga los preparativos para esta humanidad, mucho menos una persona que sea capaz de dirigir a esta humanidad hacia el destino de la luz y la liberación de las injusticias terrenales. Dios lamenta el futuro de la humanidad y se duele de la caída de la humanidad. Siente pena por la lenta marcha de la humanidad hacia la decadencia y el camino sin regreso. La humanidad ha roto el corazón de Dios y renunció a Él para buscar al maligno. Nadie ha pensado jamás sobre la dirección en la que una humanidad como esta se moverá. Es precisamente por esta razón que ninguno siente la ira de Dios. Ninguno busca una forma de agradar a Dios o de tratar de acercarse a Dios. Además, ninguno busca comprender el dolor y la pena de Dios. Incluso después de escuchar la voz de Dios, el hombre sigue en su camino apartado de Dios, evadiendo la gracia y el cuidado de Dios y rehuyendo la verdad de Dios y preferiría venderse a sí mismo a Satanás, el enemigo de Dios. ¿Y quién ha pensado en cómo Dios actuará con un hombre no arrepentido que lo ha desechado? Ninguno sabe que los recordatorios y las exhortaciones repetidos de Dios son porque Él sostiene en Su mano un desastre sin precedentes que Él ha preparado, uno que será insoportable para la carne y el alma del hombre”.

Podemos entender de las palabras de Dios que Dios tiene la esencia de la santidad y aborrece los pecados de la humanidad. Dado que el hombre es demasiado corrupto, Dios no tiene otra opción que permitir que los desastres ocurran a la humanidad; sin embargo, desde que Dios hizo al hombre, tampoco puede soportar ver que sea destruido de esta manera, y por lo tanto, antes de bajar el gran desastre, Dios dará a todos la oportunidad de aceptar Su salvación en los últimos días. Es lo mismo que cuando Dios dejó que Noé predicara el evangelio, cuando en el transcurso de más de un siglo, Dios le dio al hombre la oportunidad de venir a Él para recibir Su salvación, pero debido a que el hombre no podía entender la intención de Dios de salvarlo en ese momento, se opuso y resistió tercamente. El hombre no aceptó la salvación de Dios y finalmente fue destruido en el diluvio. Lo mismo ocurre con la segunda venida del Señor en los últimos días. Al hombre se le ha dado mucho tiempo, con el Dios Todopoderoso habiendo obrando durante casi 30 años desde el año 1991.

La Palabra manifestada en carne según lo expresado por Dios Todopoderoso, así como varias películas de góspel, sketches, diálogo cómico, obras corales, y todo tipo de testimonios del pueblo elegido de Dios que han sufrido la transformación de sus caracteres, todos ellos producidos por la Iglesia de Dios Todopoderoso, también se han publicado en línea, y están ahí para que personas de todo el mundo las utilicen durante sus búsquedas e investigaciones. Dios también se sirve de personas que nos predican y son testigos de la obra de Dios en los últimos días. Este evangelio de la llegada del reino de los cielos se ha extendido por todo el mundo. ¿Cuántas personas han buscado e investigado activamente el verdadero camino? ¿Cómo pueden estas personas corruptas que se resisten y rechazan a Dios escapar de Su ira? En este momento, la obra de Dios en los últimos días está a punto de llegar a su fin, y el gran desastre, que no se ha visto en milenios, es inminente. Como el Señor Jesús profetizó: “Porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás” (Mateo 24:21). El tiempo que Dios ha permitido al hombre se está acabando, y la puerta de la gracia pronto se cerrará. Si el hombre continúa rechazando y resistiendo a Dios, y se niega a aceptar la obra de Dios en los últimos días, ofenderá la dignidad de Dios, hará crecer la ira de Dios, y será destruido por Dios en el gran desastre, que no se ha visto en milenios.

Por lo tanto, ahora entendemos que Dios está permitiendo que estos desastres ocurran como un medio para advertirnos y recordarnos. Esto nos muestra que Dios es misericordioso y se preocupa por nosotros, y que nos ha dado la oportunidad de arrepentirnos. Todo lo que podemos hacer es aprovechar esta oportunidad crucial para buscar e investigar la aparición y la obra de Dios en los últimos días, aceptar Su obra de juicio a través de las palabras en los últimos días y hacer que nuestros corruptos caracteres sean purificados. Cuando Dios vea nuestra sinceridad, nos pondrá bajo Su protección en medio de los desastres.


(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

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