El Señor Jesús nos prometió en un ocasión: “[…] porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros” (Juan 14:2-3).Ahora que los desastres son frecuentes, y ante la presión de la vida, la enfermedad e incluso la muerte, todos estamos esperando que el Señor venga a salvarnos de los días de sufrimiento cuanto antes. Pero, las profecías de la venida del Señor se han cumplido básicamente, así pues, algunas personas están confundidas: ¿por qué aún no hemos visto al Señor venir en nubes? Principalmente porque el Señor Jesús ha regresado de otra manera.
El Señor Jesús dijo: “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación” (Lucas 17:24-25). El Hijo del hombre se refiere a Dios encarnado. Al igual que el Señor Jesús, quien era ordinario y normal por fuera, pero tenía una esencia divina. Es evidente que el Señor vendrá por medio de la encarnación como el Hijo del hombre. Si el Señor volviera en Su cuerpo espiritual resucitado cabalgando sobre las nubes y se apareciera abiertamente a todos los pueblos, entonces todos lo verían y se postrarían en la tierra con miedo. Así, nadie se atrevería a rechazar al Señor, y Él no padecería mucho, ni sería rechazado por esta generación.
La Palabra de Dios dice: “Esta vez, Dios viene a hacer la obra, no en un cuerpo espiritual, sino en uno muy corriente. Además, no sólo es el cuerpo de la segunda encarnación de Dios, sino también el cuerpo a través del cual Él regresa a la carne. Es una carne muy corriente. No puedes ver nada que lo haga resaltar entre los demás, pero puedes recibir de Él las verdades que nunca antes se han oído. Esta carne insignificante es la personificación de todas las palabras de la verdad de Dios, la que emprende Su obra en los últimos días y la que expresa todo el carácter de Dios para que el hombre lo entienda”.
“Cuando Jesús vino al mundo del hombre, marcó el comienzo de la Era de la Gracia y terminó la Era de la Ley. Durante los últimos días, Dios se hizo carne una vez más y, con esta encarnación, finalizó la Era de la Gracia y marcó el inicio de la Era del Reino. Todos aquellos que sean capaces de aceptar la segunda encarnación de Dios serán conducidos a la Era del Reino, y, además, serán capaces de aceptar personalmente la guía de Dios”.
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.
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