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La venida de Cristo: Las ovejas de Dios oyen Su voz, ¿ha oído usted que esta es la voz de Dios?
Dios Todopoderoso dice: “La humanidad, desviada de la provisión de vida del Todopoderoso, no conoce el propósito de la existencia, pero teme a la muerte, a pesar de ello. La humanidad no cuenta ni con ayuda ni con apoyo, pero las personas siguen renuentes a cerrar los ojos; y se arman de valor para alargar una existencia innoble en este mundo, sacos de carne sin tener ni idea de sus propias almas. Tú vives de esta manera, sin esperanza, como hacen otros, sin ningún objetivo. Solo el Santo de la leyenda vendrá a salvar a las personas que, gimiendo en su sufrimiento, anhelan desesperadamente Su llegada. Hasta ahora, esta creencia no se ha realizado en aquellos que no tienen conciencia. No obstante, las personas siguen anhelando que así sea. El Todopoderoso tiene misericordia de estas personas que han sufrido profundamente. Al mismo tiempo, está harto de estas personas que carecen de conciencia, porque tuvo que esperar demasiado para obtener una respuesta por parte de los humanos. Él desea buscar, buscar tu corazón y tu espíritu, traerte alimento y agua para despertarte, de modo que ya no tengas sed ni hambre. Cuando estés cansado y cuando comiences a sentir algo de la lúgubre desolación de este mundo, no estés perdido, no llores. Dios Todopoderoso, el Vigilante, acogerá tu llegada en cualquier momento. Está vigilando junto a ti, esperando que des marcha atrás. Está esperando el día en el que recuperes la memoria de repente: cuando sean conscientes del hecho de que viniste de Dios, que, en un momento desconocido, te perdiste, en un momento desconocido, perdiste el conocimiento a un lado del camino y en un momento desconocido, adquiriste un ‘padre’. Además, te diste cuenta de que el Todopoderoso ha estado siempre vigilando en ese lugar, esperando durante mucho tiempo tu regreso. Él ha estado vigilando con un anhelo desesperado, esperando una respuesta sin tener una. Su vigilancia y espera no tiene precio y son por el corazón y el espíritu de los seres humanos. Tal vez esta vigilancia y espera sean indefinidas y, quizá, ya estén llegando a su fin. Pero tú debes saber exactamente dónde se encuentran tu corazón y tu espíritu ahora mismo”.
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