El Señor Jesús dijo: “Pero a medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo»” (Mateo 25:6). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). De aquí podemos ver que, en los últimos días, el Señor llamará a la puerta del hombre a través de expresar palabras, y que las vírgenes prudentes son las que pueden escuchar la voz de Dios y seguir las huellas del Cordero, ellas serán arrebatadas al trono de Dios para asistir al banquete de las bodas del Cordero.