El Señor Jesús dijo: “Pero a medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo»” (Mateo 25:6). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). De aquí podemos ver que, en los últimos días, el Señor llamará a la puerta del hombre a través de expresar palabras, y que las vírgenes prudentes son las que pueden escuchar la voz de Dios y seguir las huellas del Cordero, ellas serán arrebatadas al trono de Dios para asistir al banquete de las bodas del Cordero.
Versículos bíblicos de referencia:
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. […] pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas. […] Pero a medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.» Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. […] y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta” (Mateo 25:1–10).
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:29).
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7–8).
“Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3).