I
¡Dios Todopoderoso, el Dios práctico, el más hermoso!
Has venido del cielo a la tierra, hecho carne.
Vives entre los hombres y jamás nadie te ha conocido.
Humilde y escondido, pronuncias Tus palabras,
que llevan al camino de la vida eterna.
Sufres penurias y humillaciones, todo por la salvación del hombre.
Derramas Tu vida en el hombre y vemos cuán hermoso eres.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso; te amaremos por siempre.
II
¡Dios Todopoderoso, el Dios práctico, el más hermoso!
Tu corazón y Tu amor trascienden al mundo.
Juzgas y castigas al hombre, lo pones a prueba y lo refinas de muchas maneras.
Tu obra y Tus palabras sirven para purificar y salvar al hombre.
Tú nos concedes toda la verdad y derramas en nosotros todo Tu amor.
Tu juicio y Tu amor han conquistado por completo nuestros corazones.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso, te amaremos por siempre.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
III
¡Dios Todopoderoso, el Dios práctico, el más hermoso!
A través de Tu juicio se purifica nuestra corrupción.
Apreciamos Tu sabiduría y omnipotencia,
y conocemos Tu justicia y santidad.
Experimentamos Tu amor y es muy auténtico y real.
Pagas un precio muy caro por salvarnos.
Eres hermoso de muchas maneras, ¿cómo no detestar separarnos de Ti?
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso; te amaremos por siempre.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso; te amaremos por siempre.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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