Ahora los desastres ocurren con frecuencia en todo el mundo, ¿dónde está nuestro refugio en los desastres? El Apocalipsis profetiza: “Escribe así mismo al ángel de la iglesia de Filadelfia: [...] Ya que has guardado la doctrina de mi paciencia, yo también te libraré del tiempo de tentación que ha de sobrevenir a todo el universo para prueba de los moradores de la tierra” (Apocalipsis 3:7-10).
De aquí, se ve que la iglesia de Filadelfia es la que será protegida por Dios. Las personas que entran en esta iglesia, Dios eximirá sus pruebas y las protegerá para que eviten los desastres, finalmente podrán entrar en el reino glorioso que Dios ya ha preparado para la humanidad. Por lo tanto, solo la iglesia de Filadelfia es el único refugio. Entonces, ¿cómo podemos encontrarla para entrar en este refugio?
¿Sabes qué le ha prometido Dios a la iglesia de Filadelfia, la iglesia arrebatada antes de los desastres?
Versículos bíblicos como referencia
“Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8).
“Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra” (Apocalipsis 3:10).
Las palabras relevantes de Dios
La iglesia de Filadelfia ha tomado forma, lo cual se debe, por completo, a la gracia y la misericordia de Dios. El amor a Dios surge en el corazón de innumerables santos, quienes no vacilan en su viaje espiritual. Se aferran a su creencia de que el único Dios verdadero se ha hecho carne, que Él es la Cabeza del universo que manda sobre todas las cosas: esto lo confirma el Espíritu Santo ¡y es tan inamovible como las montañas! ¡Y jamás cambiará!
¡Oh, Dios Todopoderoso! Hoy eres Tú quien ha abierto nuestros ojos espirituales, permitiéndole al ciego ver, al cojo caminar y a los leprosos ser sanados. Eres Tú quien ha abierto la ventana que da al cielo y nos ha permitido percibir los misterios del mundo espiritual. Que Tus santas palabras permeen en nosotros y que seamos salvados de nuestra humanidad, que fue corrompida por Satanás; esa es Tu inestimable gran obra y Tu inestimable y gran misericordia. ¡Somos Tus testigos!
Durante mucho tiempo has permanecido escondido, humilde y silenciosamente. Has pasado por la resurrección de la muerte y por el sufrimiento de la crucifixión; y has experimentado las alegrías y las tristezas de la vida humana, así como la persecución y la adversidad. Has experimentado y probado el dolor del mundo humano y has sido abandonado por la era. Dios encarnado es Dios mismo. En aras de la voluntad de Dios, nos has salvado del estercolero, sosteniéndonos con Tu mano derecha y otorgándonos libremente Tu gracia. No escatimas en dolores, y has forjado Tu vida en nosotros; el precio que has pagado con Tu sangre, sudor y lágrimas se cristaliza en los santos. Somos el producto de[a] Tus meticulosos esfuerzos; somos el precio que has pagado.
¡Oh, Dios Todopoderoso! Es gracias a Tu amorosa bondad y misericordia, Tu justicia y majestad, Tu santidad y humildad, que todos los pueblos se inclinarán ante Ti y te adorarán por toda la eternidad.
Hoy, Tú has hecho completas a todas las iglesias —la iglesia de Filadelfia— y, así, has cumplido Tu plan de gestión de 6000 años. Los santos pueden someterse humildemente delante de Ti, conectados en espíritu y siguiéndose en amor, unidos al origen de la fuente. El agua viva de vida fluye sin cesar, limpia y purifica todo el lodo y el agua inmunda que hay en la iglesia, y así purifica, una vez más, Tu templo. Hemos llegado a conocer al verdadero Dios práctico, hemos caminado dentro de Sus palabras, reconocido nuestras propias funciones y deberes y hemos hecho todo lo posible por esforzarnos en aras de la iglesia. Siempre en silencio delante de Ti, debemos prestar atención a la obra del Espíritu Santo para que Tu voluntad no se obstruya en nosotros. Entre los santos hay amor mutuo, y las fortalezas de algunos compensarán los defectos de otros. Pueden caminar en el espíritu en todo momento, esclarecidos e iluminados por el Espíritu Santo. Ellos ponen en práctica la verdad inmediatamente después de comprenderla. Van al compás de la nueva luz y siguen los pasos de Dios.
Coopera con Dios de manera activa; dejarlo tomar el control es caminar con Él. Todas nuestras ideas, nociones, opiniones y enredos seculares desaparecen en el aire como humo. Dejamos que Dios reine en nuestro espíritu, caminamos con Él, y, así, obtenemos trascendencia, venciendo al mundo, y nuestro espíritu vuela libre y alcanza la liberación: este es el resultado de que Dios Todopoderoso sea Rey. ¿Cómo podemos no bailar y cantar alabanzas, ofreciendo nuestras alabanzas, ofreciendo nuevos himnos?
En verdad hay muchas maneras de alabar a Dios: clamar Su nombre, acercarse a Él, pensar en Él, orar-leer, participar en enseñanza, contemplar y ponderar, orar y, también, cantar alabanzas. En este tipo de alabanzas hay gozo y hay unción; hay poder en la alabanza, y también hay una carga. Hay fe en la alabanza y un nuevo discernimiento.
Coopera de manera activa con Dios, sirve en coordinación y conviértete en uno, satisface las intenciones de Dios Todopoderoso, apresúrate a convertirte en un cuerpo espiritual santo, pisotea a Satanás y ponle fin a su destino. La iglesia de Filadelfia ha sido arrebatada a la presencia de Dios y se manifiesta en Su gloria.
Extracto de “Capítulo 2” de Declaraciones de Cristo en el principio
En todas las naciones y lugares del mundo, terremotos, hambrunas, plagas y toda clase de desastres ocurren con frecuencia. Conforme Yo lleve a cabo Mi gran obra en todas las naciones y lugares, estos desastres surgirán con más intensidad que en cualquier otro momento desde la creación del mundo. Este es el principio de Mi juicio de todos los pueblos, pero Mis hijos pueden estar tranquilos, ningún desastre caerá sobre vosotros, y Yo os protegeré. (Esto significa que después viviréis en el cuerpo, pero no en la carne, por lo que no sufriréis el dolor de ningún desastre). Junto a Mí, reinaréis como reyes, juzgaréis a todas las naciones y pueblos y disfrutaréis buenas bendiciones conmigo para siempre en el universo y en los confines de la tierra. Todas estas palabras se cumplirán y se lograrán pronto ante vuestros propios ojos. Ni siquiera me demoraré una sola hora ni un solo día, Yo hago las cosas increíblemente rápido. No te preocupes ni te inquietes; la bendición que Yo te doy es algo que nadie puede quitarte; este es Mi decreto administrativo. Todas las personas me serán obedientes a causa de Mis hechos; vitorearán sin cesar y, aún más, saltarán de gozo sin fin.
Extracto de “Capítulo 92” de Declaraciones de Cristo en el principio
Aquellos a los que Dios pretende perfeccionar recibirán todas Sus bendiciones y Su herencia. Es decir, ellos asimilan lo que Dios es y posee para que se convierta en lo que ellos llevan dentro. Tienen todas las palabras de Dios forjadas dentro de ellos; sea Dios lo que sea, vosotros tenéis la capacidad de asimilarlo todo tal y como es, y así vivir la verdad. Este es el tipo de persona que es perfeccionada y obtenida por Dios. Sólo alguien así es elegible para recibir las siguientes bendiciones otorgadas por Dios:
1. Obtener todo el amor de Dios.
2. Actuar de acuerdo con la voluntad de Dios en todas las cosas.
3. Obtener la guía de Dios, vivir en la luz de Dios y obtener Su esclarecimiento.
4. Vivir en la tierra la imagen que ama Dios; amar a Dios de verdad, como hizo Pedro, crucificado por Dios y digno de morir en recompensa por Su amor; tener la misma gloria que Pedro.
5. Ser amado, respetado y admirado por todos en la tierra.
6. Vencer todos los aspectos de las cadenas de la muerte y el infierno, sin dar oportunidad alguna a Satanás para hacer su obra, siendo poseído por Dios, viviendo dentro de un espíritu fresco y vivaz, sin desgastarse.
7. Poseer un inefable sentido de júbilo y emoción en todos los momentos a lo largo de la vida, como si uno hubiera presenciado la llegada del día de la gloria de Dios.
8. Ganar gloria junto a Dios y tener un semblante que se parezca al de los amados santos de Dios.
9. Convertirse en lo que Dios ama en la tierra, esto es, un amado hijo de Dios.
10. Cambiar de forma, ascender con Dios al tercer cielo y trascender la carne.
Extracto de “Promesas a aquellos que han sido perfeccionados”
Nota al pie:
a. El texto original no contiene la frase “el producto de”.
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