martes, 25 de mayo de 2021

¿Los que han aceptado la redención del Señor podrán entrar en el reino de los cielos cuando Él venga? Es muy posible que no

Está escrito en la Biblia: “[…] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).

Dios dice: “Un pecador como vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado ni perfeccionado por Dios, ¿puede ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡qué suerte tendrías! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Tú, un pecador que acaba de ser redimido, eres, por tanto, incapaz de heredar directamente la herencia de Dios”.

Es cierto que el Señor Jesús nos redimió de nuestros pecados, y que siempre y cuando oremos en Su nombre, confesemos nuestros pecados y nos arrepintamos ante Él, perdonará nuestros pecados y no nos tratará como pecadores. Pero, nuestra naturaleza pecaminosa aún no se ha purificado plenamente, por lo que a menudo cometemos pecados y nos resistimos a Dios involuntariamente. Por ejemplo, cuando los demás afectan nuestros intereses, nos enfadamos, sin ser capaces de tolerarlos; tenemos celos de los que son mejores que nosotros; ante los desastres naturales o provocados por el hombre, culpamos a Dios, etc. Dios es santo, no podemos entrar en el reino de los cielos antes de que se resuelva nuestra naturaleza pecaminosa. Sólo cuando logremos la purificación del pecado, dejemos de pecar y de oponernos a Dios, obedezcamos y adoremos a Él de verdad, podremos ser salvados por Él y entrar en el reino celestial.

 



Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso.www.LBLA.com. 

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