domingo, 30 de mayo de 2021

Testimonio cristiano en español | He sido arrebatado delante de Dios

Testimonios de la vida de la iglesia te trae experiencias reales de cristianos juzgados por medio de las palabras de Dios Todopoderoso y sus testimonios al comprender la verdad, conocer a Dios y transformar su carácter corrupto. Aprende qué es el verdadero arrepentimiento y descubre la senda de purificación y entrada en el reino de los cielos.

 

Testimonio cristiano en español  | He sido arrebatado delante de Dios

Como cristiano, a menudo oía hablar a su pastor de que, cuando el Señor regrese, arrebatará a los creyentes a las nubes y se reunirá con ellos en lo alto. Por casualidad, oye a un amigo dar testimonio de que el Señor Jesús ha regresado para expresar la verdad y realizar la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios. Sorprendido, se pregunta: “Pero aún estamos todos aquí en la tierra. No hemos sido arrebatados; entonces, ¿cómo es posible que ya haya regresado el Señor Jesús?”. Posteriormente descubre que la Iglesia de Dios Todopoderoso ha producido un gran número de vídeos y películas, así como muchos testimonios de experiencias, que dan testimonio de Dios, y no puede evitar la curiosidad. Piensa para sus adentros: “Lo que viene de Dios está destinado a florecer. La Iglesia de Dios Todopoderoso está creciendo muy rápido. ¿Es posible que Dios Todopoderoso sea realmente el regreso del Señor Jesús?”. Buscando e investigando, descubre que hay muchos pasajes de la Biblia que profetizan el descenso del reino de Dios a la tierra. Al final comprende el verdadero significado del arrebatamiento y recibe el regreso del Señor.

Para conocer más: La verdad del rapto

Fragmento 6 de película evangélico "La fe en Dios": ¿Qué significa la verdadera fe en Dios?

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Fragmento 6 de película evangélico "La fe en Dios": ¿Qué significa la verdadera fe en Dios?

¿Qué significa la verdadera fe en Dios? Quizás algunos dirían que se refiere a creer que existe un Dios y Él ha creado los cielos, la tierra y todas las cosas; algunos dirían que los comportamiento como orar al Señor Jesús, leer la Biblia, participar en reuniones regularmente y predicar el evangelio activamente son pruebas de tener verdadera fe en Dios. ¿Realmente son conformes a los requisitos de Dios estos puntos de vista? ¿Qué significa la verdadera fe en Dios exactamente? Vea el vídeo de hoy para saberlo.

 ¿Qué es la fe en Dios? Mucha gente cree que tener la fe en Dios es hacer oraciones, asistir a reuniones, leer la Biblia y predicar el evangelio. Entonces, ¿por qué llevamos tantos años creyendo en Él todavía no somos capaces de mantener Sus enseñanzas, sino que vivimos en el ciclo de pecar y confesar? ¿Qué es realmente tener la fe en Dios? ¿Cómo creer en Dios es compatible con Su voluntad? No dude en hacer clic en WhatsApp o Messenger para discutir con nosotros.

sábado, 29 de mayo de 2021

Señales del fin del mundo en la Biblia han aparecido: El Señor Jesús ha regresado

Tus lágrimas, Dios las ha visto;
tus oraciones, Dios las ha escuchado.

Dios ya ha venido al mundo por segunda vez para salvar al hombre. Para ti, que vives en el sufrimiento, ¡nada es más importante que dar la bienvenida a la venida de Dios!

Lee el artículo 


Señales del fin del mundo en la Biblia han aparecido: El Señor Jesús ha regresado

Nota del editor:

Ahora nos encontramos al final de los últimos días y muchos hermanos y hermanas que creen sinceramente en el Señor y esperan Su regreso seguramente deben estar pensando en esta cuestión. En el capítulo 22, versículo 12 del Apocalipsis, el Señor Jesús profetizó: “He aquí, yo vengo pronto”. El Señor nos prometió que vendría de nuevo en los últimos días; así pues ¿ya ha vuelto? Esta pregunta es muy importante para nosotros los cristianos, así que, ¿cómo sabemos exactamente si el Señor ha regresado o no? En realidad, el Señor Jesús ya nos lo ha dicho a través de las profecías bíblicas y, si reunimos todos los datos y los ponderamos seriamente, entonces encontraremos la respuesta.

1.La ocurrencia de todo tipo de desastres

Una de las señales del regreso del Señor es que los desastres ocurrirán en todo el mundo. Como dice Mateo 24:6-8: “Y habréis de oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. Pero todo esto es solo el comienzo de dolores”.

En los últimos años, los desastres se están agravando en todo el mundo: los terremotos, los incendios forestales, las hambrunas y las plagas son frecuentes y están muy extendidos; el mundo se encuentra en un estado de agitación y confusión constantes, con guerras, violencia y ataques terroristas en aumento. Por ejemplo, la pandemia ocurrió en China a finales de 2019, se ha propagado a muchos países del mundo, causando una grave situación. En Estados Unidos se produjo un brote de una gripe mortal que causó muchas muertes. Los incendios forestales de Australia han durado varios meses desde septiembre de 2019, causando importantes daños y pérdidas. El África oriental sufrió su peor invasión de langostas del desierto en 25 años, lo que provocó una crisis alimentaria en muchas naciones africanas. En noviembre de 2019, la peor inundación en 50 años afectó a Venecia (Italia), con el 80% de la ciudad inundada. A principios de 2020, una ventisca poco común en un siglo golpeó Terranova, Canadá. Lluvias torrenciales inundaron Indonesia. También hubo terremotos en las Islas Kuriles, en Elazig, Turquía, en el Caribe cerca de Cuba y en otros lugares. Es precisamente la frecuencia de estos desastres lo que sirve de recordatorio a la humanidad en los últimos días por parte de Dios, y a partir de ellos podemos ver que esta profecía bíblica se ha cumplido hace mucho tiempo, y el Señor ha venido de nuevo.

2. La restauración de Israel

En Mateo, capítulo 24, versículos del 32 al 33, dice: “Y de la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas”. Como todos sabemos, se habla de la higuera que extiende sus hojas en referencia a la restauración de Israel. Israel fue restaurado el 14 de mayo de 1948. Estas escrituras nos dicen que cuando veamos a Israel restaurado, el Hijo del Hombre está a la puerta. Ya han pasado 70 años desde que Israel fue restaurado; hace 70 años, el Señor estaba a la puerta, entonces ¿no ha regresado ya hace mucho? Está muy claro que esta profecía del regreso del Señor Jesús también se ha cumplido.

3. Será predicado este evangelio en todo el mundo

En Mateo, capítulo 24, versículos 14, dice: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin” “Este evangelio […] se predicará en todo el mundo” significa que cuando en todo el mundo se haya escuchado el evangelio del Señor Jesús, Cristo vendrá. (No significa que todas las personas del mundo hayan escuchado el evangelio o crean en Cristo). Cuando el Señor Jesús fue clavado en la cruz y completó Su obra de redención, el Espíritu Santo comenzó a guiar a los discípulos y apóstoles para que dieran testimonio del Señor Jesús. Desde entonces, el evangelio del Señor se ha difundido gradualmente a través de todo tipo de canales, como la radio, Internet, los libros, los folletos del evangelio o la evangelización de los creyentes. El cristianismo se ha establecido en todo el mundo y muchos países incluso tienen al cristianismo como su religión nacional. Los cristianos también se han extendido por todo el mundo desde hace mucho tiempo, e incluso hay muchos que aceptan el Evangelio del Señor Jesús en China, que está gobernada por un partido político ateo. El Evangelio de la redención del Señor Jesús se ha extendido desde hace mucho tiempo hasta los confines del mundo. Queridos hermanos y hermanas, pensadlo un momento: ¿Qué nación o región del mundo nunca ha escuchado el evangelio del Señor Jesús?

4. La maldad abundará y el amor de los creyentes se enfriará

En Mateo, capítulo 24, versículos 12, dice: “Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará”. La maldad está aumentando ahora en el mundo de la religión, que ya no tiene la obra del Espíritu Santo ni la presencia de Dios. Aunque algunos parezcan tener una creencia ferviente, todavía caminan por la senda de lo mundano. La codicia de la riqueza es la tónica general entre los creyentes; algunos venden todo tipo de bienes en sus iglesias, otros se dedican a los negocios y otros dirigen fábricas y se dedican a hacer dinero. No se preocupan por trabajar para el Señor y viven inmersos en los enredos mundanos. Cuando los pastores y ancianos predican, se enfocan solamente en explicar el conocimiento bíblico y las teorías teológicas en vez de predicar las palabras del Señor; no dan testimonio del Señor ni lo exaltan, no conducen a los creyentes a buscar entender la voluntad del Señor. Y, así, terminan llevando a sus oyentes al conocimiento bíblico y su rebaño se aleja cada vez más de Dios. Algunos pastores y ancianos compiten entre sí y se involucran en disputas por celos, hasta tal punto que incluso forman camarillas, se dividen en diferentes facciones y pandillas, roban ofrendas, se involucran en conductas sexuales inapropiadas y no tienen en absoluto un corazón temeroso de Dios. Esos actos malvados están ocurriendo con cada vez mayor frecuencia en el mundo religioso y las iglesias están cada vez más desoladas. Estas cosas inevitablemente nos recuerdan al fin de la Era de la Ley, cuando el templo que antes había estado lleno de la gloria de Jehová parecía desolado, los sacerdotes hacían pobres sacrificios y el templo se convirtió en un mercado. ¿Hay alguna diferencia entre las iglesias de hoy y el templo del final de la Era de la Ley? Esto nos hace darnos cuenta de que esta profecía bíblica se ha cumplido totalmente y el Señor ha regresado.

5. La aparición de falsos Cristos y falsos profetas

Dice en Marcos capítulo 13, versículo 6, que cuando los discípulos preguntaron al Señor Jesús qué presagios habría para Su segunda venida en los últimos días, el Señor Jesús dijo: “Muchos vendrán en mi nombre diciendo: ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a muchos”. Y está registrado en Mateo capítulo 24, versículo 24, “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos”.

El Señor Jesús profetizó que cuando regresara en los últimos días, aparecerían falsos Cristos y falsos profetas. En los últimos años, falsos Cristos y falsos profetas han aparecido uno tras otro en países como China, Corea del Sur y Japón. Se llaman Cristo a sí mismos y no sólo usurpan el nombre de Jesús, sino que también tratan de imitar las señales y maravillas del Señor Jesús, sanando a los enfermos, expulsando demonios, etc. Con la aparición de tantos falsos Cristos, podemos ver que esta profecía concerniente al regreso del Señor Jesús se ha cumplido, pues si aparecen falsos Cristos es que el verdadero Cristo ya ha venido. En este momento, con mayor razón debemos tomar la iniciativa y buscar la apariencia y la obra de Dios. Tal vez algunos hermanos y hermanas puedan decir: “Ahora han aparecido muchos falsos Cristos y falsos profetas. Si tomamos la iniciativa de buscarlos e investigarlos, ¿qué haremos si nos engañan?”. Pero si no buscamos e investigamos la aparición y la obra de Dios porque tenemos miedo de ser engañados, no sabremos si el Señor ha regresado y ¿acaso no nos haría eso aún más propensos a ser abandonados? ¿No estaríamos dejando de comer por miedo a atragantarnos y perdiendo mucho por querer salvar un poco? Con esto nos damos cuenta de que adoptar una actitud de no escuchar nada, no ver nada y no tocar nada hacia todos los que predican la venida del Señor por temor a ser engañados es una tontería. Si queremos darle la bienvenida al regreso del Señor Jesús, entonces es crucial poder diferenciar entre los falsos Cristos y el verdadero Cristo. Sólo así podemos darle la bienvenida al Señor y no dejarnos engañar. Entonces, ¿cuáles son las características de un falso Cristo? El Señor Jesús dijo, “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios”. A partir de las palabras del Señor, podemos reconocer los rasgos principales de los falsos Cristos: sólo pueden realizar algunas señales y maravillas sencillas y predican falacias que parecen verdaderas pero que en realidad son falsas para engañar a la gente; son completamente incapaces de expresar cualquier verdad que resuelva el problema de la humanidad respecto al pecado y la confesión, y tampoco pueden salvar a la humanidad de su propia corrupción. Esto se debe a que la esencia de los falsos Cristos es la misma de los espíritus malignos extremadamente malvados y están completamente desprovistos de verdad. Sólo Cristo es la verdad, el camino y la vida; sólo Cristo puede expresar la verdad, mostrarnos el camino y darnos la vida. Todos aquellos que no pueden expresar la verdad para proveernos de ella y sólo pueden mostrar algunas señales y maravillas simples son falsos Cristos; ese es el principio fundamental de cómo diferenciar a los falsos Cristos del verdadero Cristo. Teniendo como base las palabras del Señor no debemos preocuparnos de ser engañados. Para saber diferenciar más concretamente entre los falsos Cristos y el verdadero Cristo, podéis ver este maravilloso video, Cómo diferenciar entre el Cristo verdadero y los falsos Cristos.

A partir de los hechos arriba mencionados, nos damos cuenta de que todas las profecías concernientes al regreso del Señor Jesús se han cumplido: el Señor ha regresado. Sin embargo, mucha gente seguramente se preguntará: “Si el Señor ha regresado, ¿por qué no le hemos dado todavía la bienvenida?”. ¿Alguna vez has pensado que podría haber algo equivocado en la manera en que practicamos la bienvenida al regreso del Señor Jesús? Cuando se trata del regreso del Señor Jesús, muchas personas hacen de la protección contra los falsos Cristos su prioridad número uno. Se aferran a sus conceptos e imaginaciones y creen que todos los que dan testimonio del regreso del Señor son falsos, y no se preocupan de cómo ser una virgen prudente y escuchar la voz de Dios. Algunas personas se centran en observar y esperar, en aferrarse al nombre del Señor Jesús y mantener Su senda. Pero eso no es más que una espera pasiva y nunca toman la iniciativa ni salen a buscar e investigar, no se preocupan de escuchar la voz del Señor. ¿Cómo podemos darle la bienvenida al Señor practicando de esa manera? El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Lucas 11:9). “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. […] Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mateo 5:3, 8). El Señor es fiel, y mientras alberguemos un corazón que busque, investiguemos activamente la aparición y obra del Señor en los últimos días, escuchemos con atención la voz del Señor y veamos si ese camino tiene alguna expresión de la verdad y si puede o no proporcionarnos vida, ¡entonces el Señor seguramente nos guiará para reconocer Su segunda venida!

Para conocer más: Como sera la venida de Cristo

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Palabra de Dios hoy | ¿Eres un verdadero creyente de Dios?


Palabra de Dios hoy | ¿Eres un verdadero creyente de Dios?

Tal vez tu camino de fe en Dios ha sido por más de uno o dos años, y tal vez en tu vida durante estos años has sufrido muchas dificultades; o quizá no has sido sometido a dificultades y en su lugar has recibido mucha gracia. También puede ser que no hayas experimentado ni dificultades ni gracia, sino que hayas vivido una vida más ordinaria. En cualquier caso, sigues siendo un seguidor de Dios, así que hablemos sobre el tema de seguir a Dios. Sin embargo, debo recordar a todos los que leen estas palabras que la palabra de Dios está dirigida a todos aquellos quienes reconocen a Dios y a todos los que siguen a Dios, no hacia toda la gente en general, incluso a aquellos quienes no reconocen a Dios. Si tú crees que Dios habla a la multitud, a todas las personas en el mundo, entonces la palabra de Dios no tendrá ningún efecto sobre ti. Por lo cual debes guardar todas las palabras cerca de tu corazón, y no te coloques fuera de su alcance. En cualquier caso, hablemos de lo que está sucediendo en nuestra casa.

Todos debéis comprender ahora el verdadero significado de creer en Dios. El significado de la fe en Dios que he mencionado antes se relaciona con vuestra entrada positiva. Esto no es así en la actualidad. Hoy me gustaría analizar la esencia de vuestra fe en Dios. Por supuesto, esto es guiaros a partir de lo negativo; de Yo no hacerlo así, entonces vosotros nunca conoceréis vuestro verdadero semblante y por siempre presumiréis de vuestra devoción y fidelidad. En otras palabras, si Yo no desentierro la fealdad que existe en lo profundo de vuestros corazones, entonces cada uno de vosotros vais a colocaros una corona sobre vuestras cabezas y dar toda la gloria a vosotros mismos. Vuestra naturaleza altiva y arrogante os lleva a traicionar vuestra propia conciencia, a rebelaros contra Cristo y a resistiros a Él, y a revelar vuestra fealdad, exponiendo a la luz vuestras intenciones, ideas, deseos excesivos y ojos llenos de codicia. Y aun así continuáis profesando que vais a dedicar vuestra vida a la obra de Cristo, y repetís una y otra vez las verdades que han sido dichas por Cristo hace mucho tiempo. Esta es vuestra “fe”. Esta es vuestra “fe sin impurezas”. He exigido al hombre un estándar muy estricto todo este tiempo. Si tu lealtad viene acompañada de intenciones y condiciones, entonces Yo preferiría no tener nada de tu supuesta lealtad, porque Yo aborrezco a los que me engañan por medio de sus intenciones y a los que me extorsionan con condiciones. Sólo deseo que el hombre sea fiel a nadie más que a Mí, y que haga todas las cosas por el bien de la fe y para demostrar esa palabra única: fe. Desprecio vuestro uso de palabras endulzadas para alegrarme. Porque siempre os he tratado con total sinceridad y por ende Yo deseo que vosotros actuéis también hacia Mí con verdadera fe. Cuando se trata de la fe, muchos quizá piensen que siguen a Dios porque tienen fe, de lo contrario no soportarían tal sufrimiento. Entonces te pregunto esto: ¿Por qué es que nunca veneras a Dios a pesar de que crees en Su existencia? ¿Por qué, entonces, no sientes ningún temor de Dios en tu corazón si crees en Su existencia? Tú aceptas que Cristo es la encarnación de Dios, ¿entonces por qué mantienes tal desprecio y actúas de manera tan irreverente hacia Él? ¿Por qué lo juzgas abiertamente? ¿Por qué siempre vigilas Sus movimientos? ¿Por qué no te sometes a Sus disposiciones? ¿Por qué no actúas de acuerdo con Su palabra? ¿Por qué lo extorsionas y lo robas de Sus ofrendas? ¿Por qué hablas en lugar de Cristo? ¿Por qué juzgas si Su obra y Su palabra son o no correctas? ¿Por qué te atreves a blasfemar a Sus espaldas? ¿Son estas y otras cosas las que conforman vuestra fe?

Cada parte de vuestro hablar y comportamiento revelan los elementos de incredulidad en Cristo que lleváis dentro de vosotros. Vuestros motivos y objetivos de lo que hacéis están impregnados de incredulidad; incluso la mirada en vuestros ojos y el aliento que exhaláis están contaminados con tales elementos. En otras palabras, cada uno de vosotros, durante cada minuto del día, lleváis consigo elementos de incredulidad. Esto significa que, en cualquier momento estáis en peligro de traicionar a Cristo, ya que la sangre que corre por vuestros cuerpos está impregnada de incredulidad en el Dios encarnado. Por ello os digo que las huellas que dejáis por el sendero de la creencia en Dios no son sustanciales. Vuestra travesía a lo largo del camino de la creencia en Dios no está bien arraigada, y en su lugar simplemente seguís la rutina. Vosotros siempre sois escépticos acerca de la palabra de Cristo y no podéis llevarla inmediatamente a la práctica. Esta es la razón por la que vosotros no tenéis fe en Cristo, y que siempre tengáis nociones de Él es otra razón por la que vosotros no creéis en Cristo. Conservando siempre el escepticismo sobre la obra de Cristo, permitiendo que la palabra de Cristo caiga en oídos sordos, teniendo una opinión sobre cualquiera que sea la obra que Cristo lleve a cabo sin ser capaces de comprenderla apropiadamente, teniendo dificultades en dejar las nociones sin importar la explicación que recibís, y así sucesivamente; todos estos son elementos de incredulidad mezclados en vuestros corazones. Aunque seguís la obra de Cristo y nunca os quedáis atrás, hay demasiada rebelión mezclada en vuestros corazones. Esta rebelión es una impureza en vuestra creencia en Dios. Tal vez vosotros no estéis de acuerdo, pero si no podéis reconocer vuestras propias intenciones procedentes de ella, entonces seguro seréis uno de los que pereceréis. Porque Dios sólo perfecciona a aquellos quienes en verdad creen en Él, no a aquellos quienes se mantienen escépticos de Él, y menos aún a los que le siguen a pesar de nunca haber creído que Él es Dios.

Algunas personas no se regocijan en la verdad, y mucho menos en el juicio. Más bien, se regocijan en el poder y las riquezas; tales personas son consideradas pretenciosas. Ellas buscan exclusivamente aquellos grupos en el mundo que tienen influencia y a los pastores y maestros que provienen de seminarios. A pesar de haber aceptado el camino de la verdad, se mantienen escépticos y son incapaces de dedicarse a plenitud. Ellos hablan de sacrificarse por Dios, pero sus ojos se mantienen enfocados en los grandes pastores y maestros, y Cristo es dejado de lado. Sus corazones están llenos de fama, fortuna y gloria. Ellos no creen en lo absoluto que un hombre tan exiguo sea capaz de conquistar a tantos, que uno tan ordinario sea capaz de perfeccionar a la gente. Ellos no creen en lo absoluto que estos don nadie entre el polvo y el estiércol sean la gente elegida por Dios. Ellos creen que, si esta gente fuesen los objetos de la salvación de Dios, entonces el cielo y la tierra estarían volteados al revés y todos los hombres se reirían a mandíbula batiente. Ellos creen que, si Dios ha elegido a tales don nadie para ser perfeccionados, entonces esos grandes hombres se convertirían en Dios mismo. Sus perspectivas están manchadas de incredulidad; ciertamente, más que incrédulos, son bestias absurdas. Y es que sólo valoran la posición, el prestigio y el poder; lo que tienen en alta estima son los grandes grupos. No tienen la menor consideración hacia aquellos dirigidos por Cristo; son simplemente traidores que han dado la espalda a Cristo, a la verdad y a la vida.

Lo que tú admiras no es la humildad de Cristo, sino a esos falsos pastores de destacada posición. Tú no amas la belleza o la sabiduría de Cristo, sino a esos lascivos que se asocian con el mundo vil. Tú te ríes del dolor de Cristo, que no tiene lugar donde reclinar Su cabeza, pero admiras a esos cadáveres que aprovechan las ofrendas y viven en desenfreno. Tú no estás dispuesto a sufrir junto a Cristo, sino que te lanzas con gusto en los brazos de esos anticristos insensatos a pesar de que sólo te suministren carne, letras, y control. Aun ahora tu corazón todavía se vuelve hacia ellos, su reputación, su posición en el corazón de todos los demonios, su influencia y su autoridad, sin embargo, continúas con una actitud de resistencia y rechazo a aceptar la obra de Cristo. Por esto es que te digo que no tienes la fe de reconocer a Cristo. La razón por la que lo has seguido hasta el presente es debido enteramente a que has sido obligado. En tu corazón siempre se elevan muchas imágenes altivas; no te puedes olvidar de cada palabra y obra, ni de sus palabras y manos influyentes. Estos permanecen, dentro de vuestros corazones, por siempre supremos y por siempre héroes. Pero esto no es así para el Cristo de hoy. Él permanece por siempre insignificante en tu corazón y por siempre indigno de tu veneración. Porque Él es demasiado ordinario, tiene muy poca influencia, y está lejos de ser elevado.

En cualquier caso, Yo digo que todos los que no estiman la verdad son todos no creyentes y traidores de la verdad. Tales hombres nunca recibirán la aprobación de Cristo. ¿Ya has identificado cuánta incredulidad hay dentro de ti? ¿Cuánta traición a Cristo? Te exhorto de esta manera: puesto que has elegido el camino de la verdad, entonces debes consagrarte de todo corazón; no seas ambivalente o tibio. Debes comprender que Dios no pertenece al mundo o a alguna persona, sino a todos aquellos que en verdad creen en Él, a todos los que lo adoran, y a todos aquellos quienes son consagrados y fieles a Él.

En la actualidad, todavía hay mucha incredulidad dentro de vosotros. Debéis intentar buscar diligentemente dentro de vosotros y con seguridad encontraréis respuestas. Cuando encuentres la respuesta verdadera, entonces admitirás que no eres un creyente de Dios, sino más bien uno que engaña, blasfema, y lo traiciona, y uno que le es desleal. Entonces, te darás cuenta de que Cristo no es un hombre, sino Dios. Cuando ese día llegue, entonces venerarás, temerás, y en verdad amarás a Cristo. En la actualidad, vuestra fe ocupa sólo el treinta por ciento de vuestros corazones, mientras que el setenta por ciento está poseído por la duda. Cualquier obra hecha y cualquier frase pronunciada por Cristo pueden haceros formar nociones y opiniones sobre Él. Estas nociones y estas opiniones proceden de vuestra completa falta de fe en Él. Vosotros admiráis y teméis sólo al Dios invisible en el cielo y no tomáis en consideración al Cristo vivo en la tierra. ¿No es esto acaso también vuestra incredulidad? Anheláis sólo al Dios que realizó obras en el pasado, pero no os enfrentáis al Cristo de hoy. Estas son siempre las mezclas de la “fe” en vuestros corazones que no cree en el Cristo de hoy. No os subestimo, ya que hay demasiada incredulidad dentro de vosotros, demasiado dentro de vosotros que es impuro y que debe ser analizado. Estas impurezas son una señal de que vosotros no tenéis fe en lo absoluto; son un signo de vuestra renuncia de Cristo y os marcan como traidores de Cristo. Son un velo que cubre vuestro conocimiento de Cristo, una barrera para que seáis adquiridos por Cristo, un obstáculo que os impide ser compatibles con Cristo, y una evidencia de que Cristo no os aprueba. ¡Ahora es el momento de examinar todas las partes de vuestra vida! ¡Al hacerlo, obtendréis beneficios de todas las formas imaginables!

De “La Palabra manifestada en carne”

Si quiere saber más, haga clic aquí: Devocionales cristianos

viernes, 28 de mayo de 2021

Cuando el Señor Jesús dijo “¡Consumado es!”, ¿realmente significa que la obra de Dios de salvar a la gente se había completado?


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 predica sobre la fe: Cuando el Señor Jesús dijo “¡Consumado es!”, ¿realmente significa que la obra de Dios de salvar a la gente se había completado?

Mucha gente piensa que lo que el Señor Jesús dijo en la cruz “¡Consumado es!” significa que la obra de Dios de salvar a la humanidad se ha completado. Pero ¿es esto el verdadero significado de estas palabras del Señor Jesús? Los hermanos y hermanas que están versados en la Biblia saben que el Señor Jesús profetizó: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad” (Juan 16:12-13). La carta de Pedro también menciona: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios […]” (1 Pedro 4:17). Estas profecías nos dicen claramente que el Señor vendrá a expresar la verdad y hacer la obra de juicio comenzando por la casa de Dios en los últimos días. Si consideramos que la crucifixión del Señor Jesús ha completado toda la obra de salvar a la humanidad, ¿cómo se cumplirán estas profecías?


De hecho, las palabras “¡Consumado es!” que dijo el Señor Jesús en la cruz se refieren a que la obra de redimir a la humanidad se completó, no a que la obra de Dios de salvar a la humanidad terminó completamente. Tras aceptar la redención del Señor Jesús, cuando confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos ante Él, nuestros pecados han sido perdonados, y no seremos condenados por las leyes. Pero la naturaleza pecaminosa todavía existe en nosotros, a menudo podemos mentir y pecar, tener pensamiento codicioso y malvado y envidiar y odiar a los demás. Por lo tanto, cuando el Señor vuelva en los últimos días, llevará a cabo la obra de juicio y purificación. Solo experimentando la obra de juicio que realiza el Señor en los últimos días, podremos librarnos de la esclavitud del pecado, lograr la salvación plena y entrar en el reino de los cielos. De esta manera, la obra de Dios de salvar a los seres humanos llegará a su fin por completo.

Dios Todopoderoso dice: “Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad y se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre; no lo libró de la totalidad de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió que Jesús se convirtiera en la ofrenda por el pecado y cargara con los pecados del hombre, sino también que Dios realizara una obra incluso mayor para librar completamente al hombre de su carácter satánicamente corrompido. Y, así, ahora que el hombre ha sido perdonado de sus pecados, Dios ha vuelto a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio. Esta obra ha llevado al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida”.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

Si quiere saber más, haga clic aquí: Reflexiones Cristianas

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Ahora los desastres ocurren con frecuencia en todo el mundo, ¿dónde está nuestro refugio en los desastres? El Apocalipsis profetiza: “Escribe así mismo al ángel de la iglesia de Filadelfia: [...] Ya que has guardado la doctrina de mi paciencia, yo también te libraré del tiempo de tentación que ha de sobrevenir a todo el universo para prueba de los moradores de la tierra” (Apocalipsis 3:7-10).

De aquí, se ve que la iglesia de Filadelfia es la que será protegida por Dios. Las personas que entran en esta iglesia, Dios eximirá sus pruebas y las protegerá para que eviten los desastres, finalmente podrán entrar en el reino glorioso que Dios ya ha preparado para la humanidad. Por lo tanto, solo la iglesia de Filadelfia es el único refugio. Entonces, ¿cómo podemos encontrarla para entrar en este refugio? 

¿Sabes qué le ha prometido Dios a la iglesia de Filadelfia, la iglesia arrebatada antes de los desastres?

Versículos bíblicos como referencia

“Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre” (Apocalipsis 3:8).

“Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra” (Apocalipsis 3:10).

Las palabras relevantes de Dios

La iglesia de Filadelfia ha tomado forma, lo cual se debe, por completo, a la gracia y la misericordia de Dios. El amor a Dios surge en el corazón de innumerables santos, quienes no vacilan en su viaje espiritual. Se aferran a su creencia de que el único Dios verdadero se ha hecho carne, que Él es la Cabeza del universo que manda sobre todas las cosas: esto lo confirma el Espíritu Santo ¡y es tan inamovible como las montañas! ¡Y jamás cambiará!

¡Oh, Dios Todopoderoso! Hoy eres Tú quien ha abierto nuestros ojos espirituales, permitiéndole al ciego ver, al cojo caminar y a los leprosos ser sanados. Eres Tú quien ha abierto la ventana que da al cielo y nos ha permitido percibir los misterios del mundo espiritual. Que Tus santas palabras permeen en nosotros y que seamos salvados de nuestra humanidad, que fue corrompida por Satanás; esa es Tu inestimable gran obra y Tu inestimable y gran misericordia. ¡Somos Tus testigos!

Durante mucho tiempo has permanecido escondido, humilde y silenciosamente. Has pasado por la resurrección de la muerte y por el sufrimiento de la crucifixión; y has experimentado las alegrías y las tristezas de la vida humana, así como la persecución y la adversidad. Has experimentado y probado el dolor del mundo humano y has sido abandonado por la era. Dios encarnado es Dios mismo. En aras de la voluntad de Dios, nos has salvado del estercolero, sosteniéndonos con Tu mano derecha y otorgándonos libremente Tu gracia. No escatimas en dolores, y has forjado Tu vida en nosotros; el precio que has pagado con Tu sangre, sudor y lágrimas se cristaliza en los santos. Somos el producto de[a] Tus meticulosos esfuerzos; somos el precio que has pagado.

¡Oh, Dios Todopoderoso! Es gracias a Tu amorosa bondad y misericordia, Tu justicia y majestad, Tu santidad y humildad, que todos los pueblos se inclinarán ante Ti y te adorarán por toda la eternidad.

Hoy, Tú has hecho completas a todas las iglesias —la iglesia de Filadelfia— y, así, has cumplido Tu plan de gestión de 6000 años. Los santos pueden someterse humildemente delante de Ti, conectados en espíritu y siguiéndose en amor, unidos al origen de la fuente. El agua viva de vida fluye sin cesar, limpia y purifica todo el lodo y el agua inmunda que hay en la iglesia, y así purifica, una vez más, Tu templo. Hemos llegado a conocer al verdadero Dios práctico, hemos caminado dentro de Sus palabras, reconocido nuestras propias funciones y deberes y hemos hecho todo lo posible por esforzarnos en aras de la iglesia. Siempre en silencio delante de Ti, debemos prestar atención a la obra del Espíritu Santo para que Tu voluntad no se obstruya en nosotros. Entre los santos hay amor mutuo, y las fortalezas de algunos compensarán los defectos de otros. Pueden caminar en el espíritu en todo momento, esclarecidos e iluminados por el Espíritu Santo. Ellos ponen en práctica la verdad inmediatamente después de comprenderla. Van al compás de la nueva luz y siguen los pasos de Dios.

Coopera con Dios de manera activa; dejarlo tomar el control es caminar con Él. Todas nuestras ideas, nociones, opiniones y enredos seculares desaparecen en el aire como humo. Dejamos que Dios reine en nuestro espíritu, caminamos con Él, y, así, obtenemos trascendencia, venciendo al mundo, y nuestro espíritu vuela libre y alcanza la liberación: este es el resultado de que Dios Todopoderoso sea Rey. ¿Cómo podemos no bailar y cantar alabanzas, ofreciendo nuestras alabanzas, ofreciendo nuevos himnos?

En verdad hay muchas maneras de alabar a Dios: clamar Su nombre, acercarse a Él, pensar en Él, orar-leer, participar en enseñanza, contemplar y ponderar, orar y, también, cantar alabanzas. En este tipo de alabanzas hay gozo y hay unción; hay poder en la alabanza, y también hay una carga. Hay fe en la alabanza y un nuevo discernimiento.

Coopera de manera activa con Dios, sirve en coordinación y conviértete en uno, satisface las intenciones de Dios Todopoderoso, apresúrate a convertirte en un cuerpo espiritual santo, pisotea a Satanás y ponle fin a su destino. La iglesia de Filadelfia ha sido arrebatada a la presencia de Dios y se manifiesta en Su gloria.

Extracto de “Capítulo 2” de Declaraciones de Cristo en el principio

En todas las naciones y lugares del mundo, terremotos, hambrunas, plagas y toda clase de desastres ocurren con frecuencia. Conforme Yo lleve a cabo Mi gran obra en todas las naciones y lugares, estos desastres surgirán con más intensidad que en cualquier otro momento desde la creación del mundo. Este es el principio de Mi juicio de todos los pueblos, pero Mis hijos pueden estar tranquilos, ningún desastre caerá sobre vosotros, y Yo os protegeré. (Esto significa que después viviréis en el cuerpo, pero no en la carne, por lo que no sufriréis el dolor de ningún desastre). Junto a Mí, reinaréis como reyes, juzgaréis a todas las naciones y pueblos y disfrutaréis buenas bendiciones conmigo para siempre en el universo y en los confines de la tierra. Todas estas palabras se cumplirán y se lograrán pronto ante vuestros propios ojos. Ni siquiera me demoraré una sola hora ni un solo día, Yo hago las cosas increíblemente rápido. No te preocupes ni te inquietes; la bendición que Yo te doy es algo que nadie puede quitarte; este es Mi decreto administrativo. Todas las personas me serán obedientes a causa de Mis hechos; vitorearán sin cesar y, aún más, saltarán de gozo sin fin.

Extracto de “Capítulo 92” de Declaraciones de Cristo en el principio

Aquellos a los que Dios pretende perfeccionar recibirán todas Sus bendiciones y Su herencia. Es decir, ellos asimilan lo que Dios es y posee para que se convierta en lo que ellos llevan dentro. Tienen todas las palabras de Dios forjadas dentro de ellos; sea Dios lo que sea, vosotros tenéis la capacidad de asimilarlo todo tal y como es, y así vivir la verdad. Este es el tipo de persona que es perfeccionada y obtenida por Dios. Sólo alguien así es elegible para recibir las siguientes bendiciones otorgadas por Dios:

1. Obtener todo el amor de Dios.

2. Actuar de acuerdo con la voluntad de Dios en todas las cosas.

3. Obtener la guía de Dios, vivir en la luz de Dios y obtener Su esclarecimiento.

4. Vivir en la tierra la imagen que ama Dios; amar a Dios de verdad, como hizo Pedro, crucificado por Dios y digno de morir en recompensa por Su amor; tener la misma gloria que Pedro.

5. Ser amado, respetado y admirado por todos en la tierra.

6. Vencer todos los aspectos de las cadenas de la muerte y el infierno, sin dar oportunidad alguna a Satanás para hacer su obra, siendo poseído por Dios, viviendo dentro de un espíritu fresco y vivaz, sin desgastarse.

7. Poseer un inefable sentido de júbilo y emoción en todos los momentos a lo largo de la vida, como si uno hubiera presenciado la llegada del día de la gloria de Dios.

8. Ganar gloria junto a Dios y tener un semblante que se parezca al de los amados santos de Dios.

9. Convertirse en lo que Dios ama en la tierra, esto es, un amado hijo de Dios.

10. Cambiar de forma, ascender con Dios al tercer cielo y trascender la carne.

Extracto de “Promesas a aquellos que han sido perfeccionados”

Nota al pie:

a. El texto original no contiene la frase “el producto de”.

Si quiere saber más, haga clic aquí: Estudios bíblicos profundos

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

jueves, 27 de mayo de 2021

Al recibir la venida del Señor, nunca ignoren esto

Hoy en día, varios desastres ocurren con frecuencia. Esto ha cumplido precisamente las profecías del regreso del Señor. Para poder recibir al Señor y ser arrebatados al reino de los cielos, algunos hermanos y hermanas a menudo ayunan y oran, se esfuerzan en leer la Biblia y en trabajar para el Señor… Pero ¡han ignorado el punto más importante! La Biblia profetiza: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7). “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).

De estos versículos, podemos ver que cuando el Señor regrese, expresará palabras y buscará a Sus ovejas. Entonces, aprender a escuchar la voz del Señor es crucial para nuestro recibimiento a Él. Así como cuando el Señor Jesús llevó a cabo obra, Pedro, Natanael, la mujer samaritana y así sucesivamente, todos reconocieron que Él era el Mesías venidero y lo siguieron por descubrir que Sus palabras eran la verdad y tenían autoridad y poder. Pero los fariseos, tras escuchar las palabras del Señor Jesús, también admitieron que ellas tenían autoridad y poder, pero no admitieron que eran la voz de Dios, al final, fueron desamparados por Él. A partir de esto, podemos ver que la clave para dar la bienvenida al Señor es enfocarse en escuchar la voz de Dios. De lo contrario, es muy probable perder la oportunidad de acoger al Señor.

Amigos, al oír a alguien testificar que el Señor ha regresado, ¿cómo podemos aprovechar esta oportunidad única para recibir el regreso del Señor? Hagan clic en  para ver el vídeo destacado “‘Desde el trono fluye el agua de la vida’ - Investigar el regreso del Señor debe escuchar la voz de Dios”.

 

Recomendación: Estudio bíblico de la segunda venida de Cristo

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

El efecto de la verdadera oración


Música Cristiana | El efecto de la verdadera oración
I
Sé honesto y ora para liberarte
del profundo engaño en tu corazón.
Orar, purificarte, que te toque Dios.
Ver que tu carácter cambiará.
Cuando ora el hombre cambia su carácter.
Cuanto más se estimula Dios, más obedecerá,
más dispuesto a interactuar,
y a purificar su corazón en la auténtica oración.
II
Orando de verdad es como vivirás espiritualmente tocado por Dios.
Cuando Dios te tocó,
así te transformó, y así tu carácter mejoró.
Cuando ora el hombre cambia su carácter.
Cuanto más se estimula Dios, más obedecerá,
más dispuesto a interactuar,
y a purificar su corazón en la auténtica oración.
III
Si el Espíritu no toca tu vida, no es más que religión esa vida.
Mas si Dios te da la luz, si Él te toca,
vivirás una vida espiritual.
Cuando ora el hombre cambia su carácter.
Cuanto más se estimula Dios, más obedecerá,
más dispuesto a interactuar,
y a purificar su corazón en la auténtica oración,
su corazón en la auténtica oración.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

miércoles, 26 de mayo de 2021

Testimonio cristiano | La prueba de los contrastes

Testimonios de la vida de la iglesia te trae experiencias reales de cristianos juzgados por medio de las palabras de Dios Todopoderoso y sus testimonios al comprender la verdad, conocer a Dios y transformar su carácter corrupto. Aprende qué es el verdadero arrepentimiento y descubre la senda de purificación y entrada en el reino de los cielos.



Testimonio cristiano | La prueba de los contrastes 

Todos los verdaderos creyentes en Dios anhelan ser salvados y entrar en el reino de los cielos, y el personaje principal de este vídeo no es una excepción. Después de ganar su fe, se entrega con entusiasmo, sufre y paga un precio, todo para entrar en el reino de los cielos. Piensa que, al realizar tal búsqueda, ganará la aprobación de Dios, entrará en Su reino y se convertirá en uno del pueblo del reino de Dios. Pero cuando ve las palabras de Dios que exponen a la gente de China como nada más que contrastes para la obra de Dios, y que, sin ganar vida en su fe, serán finalmente eliminados, pierde toda esperanza de ganar bendiciones y cae en la miseria del refinamiento... ¿Cómo entiende finalmente el verdadero significado de ser un contraste a través de la guía de las palabras de Dios, y sobrellevar esta prueba? Mira La prueba de los contrastes para averiguarlo.

Para conocer más: Testimonios de fe en Dios

Lectura del día: Fragmento 15 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"



Lectura del día: Fragmento 15 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"


Las personas tienden a definir a Dios en base a la experiencia

Al comunicar el tema de conocer a Dios, ¿habéis notado algo? ¿Habéis percibido que la actitud actual de Dios ha experimentado un cambio? ¿Acaso es inmutable Su actitud hacia la humanidad? ¿Aguantará Dios siempre así, extendiendo todo Su amor y misericordia indefinidamente al hombre? Este asunto también implica la esencia de Dios. […] Una vez que las personas saben que Él ama a la humanidad, lo definen como un símbolo del amor: no importa lo que hagan las personas, cómo se comporten, cómo traten a Dios o lo desobedientes que sean, nada de esto importa, porque Dios tiene amor, y Su amor es ilimitado e inconmensurable. Dios tiene amor, así que puede ser tolerante con las personas, puede ser misericordioso con ellas, con su inmadurez, con su ignorancia, y con su desobediencia. ¿Son realmente así las cosas? Cuando han experimentado la paciencia de Dios una o más veces, algunos lo tratarán como algo primordial en su propio entendimiento de Dios, creyendo que Él será por siempre paciente y misericordioso con ellos, y que a lo largo de su vida tomarán la paciencia de Dios y la considerarán el estándar de cómo los trata Dios. También hay personas que, al haber experimentado una vez la tolerancia de Dios, lo definirán por siempre así, y esta tolerancia es indefinida, incondicional, e incluso totalmente carente de principios. ¿Son correctas estas creencias? Cada vez que se exponen asuntos de la esencia o del carácter de Dios, parecéis desconcertados. Veros así me enoja un poco. Habéis oído mucha verdad respecto a Su esencia; habéis escuchado, asimismo, muchos temas relativos a Su carácter. Sin embargo, en vuestras mentes, estos asuntos y la verdad de estos aspectos no son más que recuerdos basados en la teoría y en las palabras escritas. Ninguno de vosotros es capaz de experimentar exactamente lo que el carácter de Dios es en vuestras vidas actuales ni podéis ver sencillamente cuál es Su carácter. Por tanto, estáis todos confusos en vuestras creencias, todos creéis ciegamente, hasta el punto de que vuestra actitud es irreverente hacia Dios, y le ignoráis. ¿A qué os lleva este tipo de actitud hacia Él? A sacar siempre conclusiones sobre Él. Una vez adquirís un poco de conocimiento, os sentís muy satisfechos, como si hubierais conseguido a Dios en Su totalidad. A continuación, llegáis a la conclusión de que Dios es así, y no dejáis que se mueva con libertad. Y siempre que Él hace algo nuevo, simplemente no admitís que Él es Dios. Un día, cuando Él diga: “No amo más al hombre; no le extiendo más misericordia; no tengo más tolerancia o paciencia con él; me invaden un desprecio y una antipatía extremos hacia él”, las personas entrarán en conflicto con este tipo de declaraciones desde lo más profundo de sus corazones. Algunos llegarán a decir: “Ya no eres mi Dios; has dejado de ser el Dios al que quiero seguir. Si esta es Tu afirmación, ya no estás cualificado para ser mi Dios, y no necesito seguirte más. Si no me concedes misericordia, no me das amor, no me das tolerancia, dejaré de seguirte. Sólo si eres indefinidamente tolerante conmigo, si siempre eres paciente conmigo, y si me permites ver que eres amor, paciencia, y tolerancia; sólo entonces puedo seguirte, y tener la confianza de continuar hasta el final. Al contar con Tu paciencia y Tu misericordia, mi desobediencia y mis transgresiones podrán ser perdonadas indefinidamente, y yo podré pecar, confesar y ser perdonado, y enojarte en cualquier momento y lugar. No deberías tener Tus propias ideas o conclusiones sobre mí”. Aunque es posible que no pienses de una manera tan subjetiva y consciente sobre este tipo de cuestión, siempre que consideres a Dios una herramienta para que tus pecados sean perdonados y un objeto que usas para obtener un hermoso destino, ya has situado imperceptiblemente al Dios vivo en oposición contra ti, como enemigo tuyo. Esto es lo que veo. Puedes seguir diciendo: “Creo en Dios”; “Busco la verdad”; “Quiero cambiar mi carácter”; “Quiero librarme de la influencia de las tinieblas”; “Quiero satisfacer a Dios”; “Quiero obedecer a Dios”; “Quiero ser fiel a Dios, y cumplir bien con mi deber”; etc. Sin embargo, por hermosas que suenen tus palabras, por mucha teoría que sepas, por imponente y solemne que esta sea, la realidad es que ahora muchos de vosotros ya habéis aprendido a usar las reglas, la doctrina, la teoría dominada para sacar conclusiones sobre Dios, y lo habéis puesto en vuestra contra de una forma totalmente natural. Aunque hayas dominado letras y doctrinas, no has entrado en absoluto en la realidad de la verdad; por tanto, es muy difícil que te acerques a Dios, que lo conozcas y lo entiendas. ¡Esto es patético!


Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

Si quiere saber más, haga clic aquí: Devocionales cristianos

martes, 25 de mayo de 2021

Si uno quiere entrar en el reino de los cielos, tiene que entender qué es el verdadero arrepentimiento

 El Señor Jesús dijo: “Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17).

Las palabras del Señor nos dicen claramente que solo arrepintiéndonos de verdad podremos entrar en el reino de los cielos. ¿Sabes qué es el verdadero arrepentimiento? Tal vez dirías: “Desde de que comencé a creer en el Señor, no maldigo a los demás ni los pego, soy tolerante y paciente con otros y no escatimo esfuerzo alguno para ayudar a los pobres, y a menudo oro y confieso mis pecados ante el Señor y comparto el evangelio. Con que teniendo estas buenas conductas podré lograr el sincero arrepentimiento, y cuando el Señor vuelva, mereceré entrar al reino celestial”. En efecto, si bien tenemos algunos cambios en nuestro comportamiento por la fe en el Señor, es innegable que todavía vivimos en el pecado, no somos liberados de la esclavitud de él, decimos mentiras y engañamos involuntariamente, e incluso culpándonos de Él ante asuntos insatisfactorios.

Dios Todopoderoso dice: “Los cambios que son meramente de comportamiento son insostenibles. Si no hay una alteración en el carácter de la vida de las personas, tarde o temprano su lado agresivo se pondrá de manifiesto. Como la fuente de los cambios en su conducta es el fervor, acompañado de un poco de obra realizada por el Espíritu Santo en ese momento, resulta extremadamente fácil para ellas el volverse fervientes o mostrar bondad temporalmente. Como afirman los incrédulos: ‘Hacer una buena obra es fácil; lo difícil es llevar toda una vida de buenas obras’. Las personas son incapaces de hacer buenas obras durante toda su vida. La vida dirige su conducta; tal como es su vida, así es su conducta, y solo aquello que se revela de forma natural representa la vida y la naturaleza de una persona. Las cosas falsas no pueden perdurar. Cuando Dios obra para salvar al hombre no lo hace para adornarlo con una buena conducta; la finalidad de la obra de Dios consiste en transformar el carácter de las personas, en hacerlas nacer de nuevo como nuevas personas. […] Comportarse bien no es lo mismo que someterse a Él, y mucho menos equivale a ser compatible con Cristo. Los cambios de conducta se basan en la doctrina y nacen del fervor; no se basan en el verdadero conocimiento de Dios ni en la verdad, y menos aún se apoyan en la guía del Espíritu Santo. Aunque hay ocasiones en las que el Espíritu Santo dirige algo de lo que las personas hacen, esto no es una expresión de la vida; mucho menos es lo mismo que conocer a Dios. Por muy buena que sea la conducta de una persona, no demuestra que esta se haya sometido a Dios ni que ponga en práctica la verdad. Los cambios en la conducta son una mera ilusión momentánea, nada más que la manifestación del celo. No pueden considerarse expresiones de la vida”.

Las palabras de Dios nos muestran que, aunque nuestra conducta ha mejorado desde que empecemos a creer en Dios, esto no significa que se haya producido una transformación de nuestro carácter de vida. La mayor parte de las buenas conductas son consecuencias del fervor, no provienen de nuestro conocimiento de la verdad y de Dios, y no son prácticas que surjan de forma natural de nuestro deseo de satisfacer y amar a Dios. Estamos llenos de toda clase de actitudes satánicas corruptas: arrogancia, engreimiento, egoísmo, bajeza, alevosía y astucia. Si estas actitudes quedan irresueltas, entonces, aunque tal vez seamos capaces de cumplir ciertas normas y parezcamos devotos por fuera, esto no dura mucho y, cuando nos encontramos con algo desagradable, no podemos evitar pecar. Así como los fariseos, quienes eran exteriormente humildes y amorosos, podían hacer caridad para ayudar a los pobres, viajaban por todas partes para difundir el evangelio, tenían muchas obras buenas superficiales, pero cuando el Señor Jesús vino a trabajar, se resistieron y condenaron a Él con todas sus fuerzas. Estos hechos demuestran que por muy buenas que sean nuestras conductas exteriores, mientras nuestra naturaleza pecaminosa no cambie, seguiremos pecando y nos oponemos a Dios en cualquier momento. Esto no es un verdadero arrepentimiento, y desde luego no estamos cualificados para entrar en el reino de los cielos.


¿Los que han aceptado la redención del Señor podrán entrar en el reino de los cielos cuando Él venga? Es muy posible que no

Está escrito en la Biblia: “[…] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).

Dios dice: “Un pecador como vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado ni perfeccionado por Dios, ¿puede ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡qué suerte tendrías! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Tú, un pecador que acaba de ser redimido, eres, por tanto, incapaz de heredar directamente la herencia de Dios”.

Es cierto que el Señor Jesús nos redimió de nuestros pecados, y que siempre y cuando oremos en Su nombre, confesemos nuestros pecados y nos arrepintamos ante Él, perdonará nuestros pecados y no nos tratará como pecadores. Pero, nuestra naturaleza pecaminosa aún no se ha purificado plenamente, por lo que a menudo cometemos pecados y nos resistimos a Dios involuntariamente. Por ejemplo, cuando los demás afectan nuestros intereses, nos enfadamos, sin ser capaces de tolerarlos; tenemos celos de los que son mejores que nosotros; ante los desastres naturales o provocados por el hombre, culpamos a Dios, etc. Dios es santo, no podemos entrar en el reino de los cielos antes de que se resuelva nuestra naturaleza pecaminosa. Sólo cuando logremos la purificación del pecado, dejemos de pecar y de oponernos a Dios, obedezcamos y adoremos a Él de verdad, podremos ser salvados por Él y entrar en el reino celestial.

 



Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso.www.LBLA.com. 

lunes, 24 de mayo de 2021

¿Por qué aunque a menudo confesamos y nos arrepentimos al hacer oraciones, somos incapaces de desechar de la esclavitud del pecado?

Últimamente, un predicador de México nos envió un mensaje, diciendo: “Estoy muy angustiado por vivir en el pecado, quiero despojarme del pecado, no obstante, soy incapaz de alcanzarlo, y a veces me siento indigno de ser predicador…”. ¿Por qué pecamos involuntariamente? Leamos lo que dice la Palabra de Dios sobre esta pregunta.

Dios Todopoderoso dice: “Por todo lo que el hombre pueda haber sido redimido y perdonado de sus pecados, sólo puede considerarse que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre, que vive en un cuerpo de carne, no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando, interminablemente, su carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayor parte de la humanidad peca durante el día y se confiesa por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para el hombre, no podrá salvarlo del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto”.

“Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya habían sido plantados en su interior, y, después de miles de años de ser corrompido por Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza establecida que se resiste a Dios. Por tanto, cuando el hombre ha sido redimido, no se trata más que de un caso de redención en el que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa que existe en su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan contaminado debe pasar por un cambio antes de volverse digno de servir a Dios”.

Las palabras de Dios nos dicen que el Señor Jesús nos redimió y perdonó nuestros pecados por medio de la crucifixión, pero nuestra naturaleza pecaminosa aún no ha sido eliminada, los caracteres corruptos como la arrogancia y la astucia están profundamente arraigados en nosotros, y somos incapaces de superar el pecado, así que por mucho que oremos y nos contengamos, todavía no podemos evitar pecar y resistirnos a Dios. Entonces, ¿cómo podemos deshacernos de la esclavitud del pecado? La clave es aceptar la obra de eliminar el pecado que hace el Señor en los últimos días, sólo así podremos encontrar remedios y tener la oportunidad de ser purificados y de entrar en el reino de los cielos.



Testimonio cristiano en español  | El camino a la purificación


Allie era predicadora de una iglesia con más de 20 años de fe en el Señor y que viajaba por todas partes dando sermones. Sin embargo, con el tiempo perdió la sensación de que el Señor la guiaba y sus sermones carecían de nueva luz. No hacía más que pecar y confesar y no era capaz de cumplir las enseñanzas del Señor, lo que la frustraba enormemente. La lectura del versículo de la Biblia “La santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14) la dejó preocupada, ya que, como vivía en pecado y no había alcanzado la santidad, no podría entrar en el reino de los cielos cuando llegara el Señor. Por ello, empezó a esforzarse más en la lectura de la Biblia, en el ayuno y la oración, pero todo fue en vano. Un día, por casualidad, Allie descubre un sitio web en el que lee las palabras de Dios Todopoderoso. Queda prendada inmediatamente y su espíritu sediento recibe riego. Con la búsqueda y el estudio, acaba conociendo la principal causa de por qué vive en pecado, del que no puede liberarse, y encuentra la senda que la llevará a purificarse de su corrupción.

Recomendación: Estudio acerca de la oración





El mundo religioso piensa que creer en Dios es creer en la Biblia y que apartarse de la Biblia supone no creer en Dios; por qué es errónea esta interpretación

Versículos bíblicos como referencia:

“Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

Las palabras relevantes de Dios:

Durante muchos años, la forma de creencia tradicional de las personas (la del cristianismo, una de las tres religiones principales del mundo) ha sido leer la Biblia; apartarse de la Biblia no es una creencia en el Señor, es heterodoxia y herejía, e incluso cuando las personas leen otros libros, el fundamento de estos debe ser la explicación de la Biblia. Es decir, si crees en el Señor, debes leer la Biblia, y fuera de ella no debes adorar a ningún libro que no la involucre. Si lo haces, estás traicionando a Dios. Desde el momento en el que la Biblia existió, la creencia de las personas en el Señor ha sido la creencia en la Biblia. En lugar de decir que las personas creen en el Señor, es mejor decir que creen en la Biblia; en lugar de decir que han comenzado a leer la Biblia, es mejor decir que han empezado a creer en ella, y, en lugar de decir que han vuelto a la presencia del Señor, es mejor decir que han regresado delante de la Biblia. De esta forma, las personas adoran la Biblia como si fuera Dios, como si fuera su vida, y perderla sería lo mismo que perder su vida. Las personas consideran que la Biblia es algo tan elevado como Dios, y están incluso aquellas que la ven como algo superior a Dios. Si las personas no tienen la obra del Espíritu Santo, si no pueden sentir a Dios, pueden seguir viviendo, pero tan pronto como pierden la Biblia o sus capítulos famosos y sus dichos célebres, es como si hubieran perdido su vida. Así pues, tan pronto como las personas creen en el Señor, comienzan a leer la Biblia, a memorizarla, y cuanto más sean capaces de memorizar de ella, más demuestra esto que aman al Señor y tienen una gran fe. Los que han leído la Biblia y pueden hablarles de ella a los demás son, todos, buenos hermanos y hermanas. A lo largo de todos estos años, la fe y la lealtad de las personas hacia el Señor se han medido de acuerdo con su grado de entendimiento de la Biblia. La mayoría de las personas simplemente no entienden por qué deberían creer en Dios ni cómo hacerlo, y no hacen otra cosa que buscar ciegamente pistas para descifrar los capítulos de la Biblia. Las personas nunca han buscado la guía de la obra del Espíritu Santo; no han hecho más que dedicarse todo el tiempo a estudiar e investigar desesperadamente la Biblia, y nunca nadie ha encontrado obra nueva del Espíritu Santo fuera de ella. Nadie se ha apartado nunca de ella ni se ha atrevido a hacerlo. Han estudiado la Biblia durante todos estos años, se les han ocurrido muchas explicaciones y se han esforzado grandemente; también tienen muchas opiniones diferentes acerca de ella, que debaten interminablemente, a tal grado que se han formado más de dos mil denominaciones hasta hoy. Todos quieren encontrar algunas explicaciones especiales o misterios más profundos en la Biblia; quieren explorarla y encontrar en ella el trasfondo de la obra de Jehová en Israel o el trasfondo de la obra de Jesús en Judea o más misterios que nadie más conoce. Las personas abordan la Biblia con obsesión y fe, y nadie puede aclarar del todo la historia interna o la esencia de la misma. Así pues, las personas siguen teniendo hoy una sensación indescriptible de asombro cuando se trata de la Biblia, y están aún más obsesionadas con ella y tienen aún más fe en ella. Hoy en día, todos quieren encontrar las profecías de la obra de los últimos días en la Biblia, quieren descubrir qué obra lleva a cabo Dios durante los últimos días y qué señales hay para los últimos días. De esta forma, su adoración a la Biblia se vuelve más ferviente, y cuanto más se acercan los últimos días, más credibilidad ciega dan a las profecías de la Biblia, particularmente a las relacionadas con los últimos días. Con esa fe ciega en la Biblia, con esa confianza en ella, no tienen deseo de buscar la obra del Espíritu Santo. En las nociones de las personas, piensan que solo la Biblia puede traer la obra del Espíritu Santo; solo en ella pueden encontrar las huellas de Dios; solo en ella están escondidos los misterios de Su obra; solo la Biblia —ningún otro libro o persona— puede clarificar todo lo relacionado con Dios y la totalidad de Su obra; la Biblia puede traer la obra del cielo a la tierra, y puede tanto comenzar como concluir las eras. Con estas nociones, las personas no tienen inclinación a buscar la obra del Espíritu Santo. Así pues, independientemente de cuánta ayuda fuera la Biblia para las personas en el pasado, se ha convertido en un obstáculo para la obra más reciente de Dios. Sin la Biblia, las personas podrían buscar las huellas de Dios en cualquier otro lugar, pero hoy, la Biblia ha contenido Sus huellas, y extender Su obra reciente ha pasado a ser doblemente difícil, y una ardua lucha. Todo esto se debe a los capítulos y dichos famosos de la Biblia, así como a sus diversas profecías. La Biblia se ha vuelto un ídolo en la mente de las personas, un enigma en su cerebro, y son simplemente incapaces de creer que Dios puede obrar fuera de ella, de creer que las personas pueden encontrar a Dios fuera de la Biblia, y, mucho menos, son capaces de creer que Dios podría apartarse de ella durante la obra final y comenzar de nuevo. Esto es impensable para las personas; no pueden creerlo ni imaginarlo. La Biblia se ha convertido en un gran obstáculo para que los hombres acepten la nueva obra de Dios, y en una dificultad para que Dios expanda esta nueva obra.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

La Biblia es un libro histórico, y si hubieras comido y bebido el Antiguo Testamento durante la Era de la Gracia, si hubieras puesto en práctica lo exigido en la época del Antiguo Testamento en la Era de la Gracia, Jesús te habría rechazado y condenado; si hubieras aplicado el Antiguo Testamento a la obra de Jesús, habrías sido un fariseo. Si hoy pones juntos el Antiguo y el Nuevo Testamento para comerlos y beberlos y practicarlos, el Dios de hoy te condenará; ¡habrás quedado atrás en la obra actual del Espíritu Santo! Si comes y bebes el Antiguo y el Nuevo Testamento, ¡estás fuera de la corriente del Espíritu Santo! Durante Su época, Jesús guio a los judíos y a aquellos que le seguían según la obra del Espíritu Santo en Él en ese momento. Él no tomó la Biblia como base para lo que llevaba a cabo, sino que hablaba de acuerdo con Su obra; no prestó atención a lo que la Biblia decía ni buscó en ella una senda para guiar a Sus seguidores. Desde el mismo momento en el que empezó a obrar, difundió el camino del arrepentimiento, una palabra sobre la cual las profecías del Antiguo Testamento no mencionan una sola palabra. No solo no actuó según la Biblia, sino que también guio por una nueva senda, y realizó una obra nueva. Nunca se refería a la Biblia cuando predicaba. Durante la Era de la Ley, nadie fue nunca capaz de llevar a cabo Sus milagros de sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios. Su obra, Sus enseñanzas, la autoridad y el poder de Sus palabras, también estaban por encima de cualquier hombre en la Era de la Ley. Jesús simplemente llevó a cabo Su obra más nueva, y aunque muchas personas lo condenaron usando la Biblia, e incluso usaron el Antiguo Testamento para crucificarlo, Su obra sobrepasó al Antiguo Testamento; si esto no fue así, ¿por qué lo clavaron en la cruz? ¿No fue porque el Antiguo Testamento no decía nada de Su enseñanza ni de Su capacidad para sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios? Su obra se llevó a cabo para guiar por un nuevo camino, no para buscar deliberadamente un enfrentamiento con la Biblia o para prescindir deliberadamente del Antiguo Testamento. Él vino simplemente a desarrollar Su ministerio, a traer la nueva obra a aquellos que lo anhelaban y lo buscaban. No vino a explicar el Antiguo Testamento ni a sostener su obra. La obra de Jesús no tenía como fin permitir que la Era de la Ley continuara desarrollándose, porque Su obra no tomó en consideración si tenía o no la Biblia como su base; Jesús simplemente vino a llevar a cabo la obra que debía realizar. Por tanto, no explicó las profecías del Antiguo Testamento ni obró según las palabras de la Era de la Ley del Antiguo Testamento. Ignoró lo que decía el Antiguo Testamento, no le importó si concordaba o no con Su obra, ni lo que los demás conocieran de esta o que la condenaran. Simplemente siguió realizando la obra que debía llevar a cabo, aunque muchas personas usaron las predicciones de los profetas del Antiguo Testamento para condenarlo. Para las personas, parecía como si Su obra no tuviera base, y gran parte de esta entraba en conflicto con los registros del Antiguo Testamento. ¿No fue esto un error del hombre? ¿Debe aplicarse la doctrina a la obra de Dios? ¿Y debe obrar Dios según las predicciones de los profetas? Después de todo, ¿quién es más grande: Dios o la Biblia? ¿Por qué debe obrar Dios de acuerdo con la Biblia? ¿Podría ser que Dios no tuviera derecho a actuar más allá de la Biblia? ¿No puede apartarse Dios de la Biblia y realizar otra obra? ¿Por qué no guardaban el día de reposo Jesús y Sus discípulos? Si debía guardar el día de reposo y practicar según los mandamientos del Antiguo Testamento, ¿por qué no lo hizo Jesús después de venir, sino que, en su lugar, lavó pies, cubrió cabezas, partió pan y bebió vino? ¿No está todo esto ausente de los mandamientos del Antiguo Testamento? Si Jesús honraba el Antiguo Testamento, ¿por qué rompió con estas doctrinas? Deberías saber qué fue primero, ¡Dios o la Biblia! Si era el Señor del día de reposo, ¿no podía ser también el Señor de la Biblia?

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Antes, el pueblo de Israel sólo leía el Antiguo Testamento. Es decir, al principio de la Era de la Gracia las personas leían el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento solo apareció durante la Era de la Gracia. No existía cuando Jesús obró; las personas registraron Su obra después de que Él resucitara y ascendiera al cielo. Solo entonces se escribieron los cuatro Evangelios y, además de estos, las epístolas de Pablo y Pedro, así como el libro del Apocalipsis. Más de trescientos años después de que Jesús ascendió al cielo, generaciones posteriores recopilaron estos documentos de manera selectiva, y solo entonces se produjo el Nuevo Testamento de la Biblia. Fue después de que esta obra se completó que hubo un Nuevo Testamento; no existía previamente. Dios había llevado a cabo toda esa obra, y Pablo y los demás apóstoles habían escrito muchas epístolas a las iglesias en distintos lugares. Quienes vinieron después de ellos combinaron sus epístolas y anexaron la mayor visión registrada por Juan en la isla de Patmos, en la cual se profetizó la obra de Dios de los últimos días. Las personas hicieron esta secuencia, que es distinta a las declaraciones de hoy. Lo que se registra en la actualidad es acorde a los pasos de la obra de Dios; con lo que las personas se comprometen hoy es con la obra que Dios personalmente llevó a cabo y con las palabras que Él personalmente pronunció. Vosotros, la humanidad, no debéis interferir; las palabras, que vienen directamente del Espíritu, se han organizado paso a paso, y son diferentes a la organización de los registros del hombre. Puede decirse que lo que registraron fue acorde con su nivel de educación y calibre humano, que fueron las experiencias de los hombres, que cada uno tuvo sus propios medios para recopilar y conocer, y que cada registro era diferente. Por tanto, ¡si adoras la Biblia como si fuera Dios eres extremadamente ignorante y estúpido! ¿Por qué no buscas la obra del Dios de la actualidad? Solo la obra de Dios puede salvar al hombre. La Biblia no puede salvar al hombre; las personas podrían leerla por varios miles de años y, aun así, no experimentarían el más mínimo cambio, y, si la adoras, nunca obtendrás la obra del Espíritu Santo.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Nadie conoce la realidad de la Biblia: que no es nada más que un registro histórico de la obra de Dios, y un testimonio de las dos etapas anteriores de la misma, y que no te ofrece un entendimiento de los objetivos de la obra de Dios. Todo aquel que ha leído la Biblia sabe que documenta las dos etapas de la obra de Dios durante la Era de la Ley y la Era de la Gracia. El Antiguo Testamento registra la historia de Israel y la obra de Jehová desde la época de la creación hasta el final de la Era de la Ley. El Nuevo Testamento registra la obra de Jesús en la tierra, que se encuentra en los Cuatro Evangelios, así como la obra de Pablo. ¿No son, estos, registros históricos? Mencionar hoy las cosas del pasado las convierte en historia, y no importa cuán verdaderas o reales puedan ser, siguen siendo historia, y la historia no puede ocuparse del presente, ¡porque Dios no mira atrás en la historia! Así pues, si sólo entiendes la Biblia y no entiendes nada de la obra que Dios pretende hacer hoy, y, si crees en Dios, pero no buscas la obra del Espíritu Santo, entonces no entiendes lo que significa buscar a Dios. Si lees la Biblia con el fin de estudiar la historia de Israel, de investigar la historia de la creación de todos los cielos y la tierra por parte de Dios, entonces no crees en Dios. Pero hoy, como crees en Él y buscas la vida, como persigues el conocimiento de Dios y no letras y doctrinas muertas ni un entendimiento de la historia, debes buscar la voluntad de Dios de hoy, así como la dirección de la obra del Espíritu Santo. Si fueras arqueólogo podrías leer la Biblia, pero no lo eres. Eres uno de esos que creen en Dios, y más te vale buscar Su voluntad de hoy.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

El hombre ha sido corrompido y vive en la trampa de Satanás. Toda la gente vive en la carne, en los deseos egoístas y ni una sola entre ellas es compatible conmigo. Están las que dicen que son compatibles conmigo, pero adoran ídolos vagos. Aunque reconocen que Mi nombre es santo, se embarcan en un camino que va en sentido contrario a Mí y sus palabras están llenas de arrogancia y autoconfianza. Esto se debe a que, en la raíz, todos están en contra de Mí y son incompatibles conmigo. Todos los días buscan rastros de Mí en la Biblia y encuentran al azar pasajes “adecuados” que leen sin cesar y que recitan como las escrituras. No saben cómo ser compatibles conmigo, ni qué significa estar contra Mí. Solo leen las escrituras a ciegas. Confinan dentro de la Biblia a un Dios vago al que nunca han visto y al que son incapaces de ver y lo sacan para mirarlo cuando les place. Creen en Mi existencia solo dentro del alcance de la Biblia y me equiparan con ella; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras. Muchas más incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de esa época, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que, después de haberlo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías, al final crucificaron al inocente Jesús. ¿Cuál era su sustancia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia. Con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, de sostener la dignidad de la Biblia y de proteger la reputación de la Biblia, llegaron tan lejos que crucificaron al misericordioso Jesús. Lo hicieron solamente en aras de defender la Biblia y por el bien de mantener el estatus de todas y cada una de las palabras de la Biblia en los corazones de las personas. Así que prefirieron abandonar su futuro y la ofrenda por el pecado para condenar a muerte a Jesús, que no se conformaba a la doctrina de las Escrituras. ¿No fueron todos lacayos de todas y cada una de las palabras de las Escrituras?

¿Y qué pasa hoy con las personas? Cristo ha llegado para liberar la verdad, pero preferirían expulsarlo de este mundo para poder entrar al cielo y recibir la gracia. Preferirían negar por completo la venida de la verdad con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, y preferirían volver a crucificar al Cristo encarnado de nuevo con el fin de asegurar la existencia eterna de la Biblia. ¿Cómo puede el hombre recibir Mi salvación cuando su corazón es tan malvado y su naturaleza tan opuesta a Mí? Vivo entre los hombres, pero el hombre no sabe de Mi existencia. Cuando hago brillar Mi luz sobre el hombre, todavía sigue ignorando Mi existencia. Cuando desato Mi ira sobre el hombre, niega Mi existencia aun con mayor fuerza. El hombre busca la compatibilidad con las palabras y con la Biblia, pero ni una sola persona viene ante Mí para buscar el camino de la compatibilidad con la verdad. El hombre dirige su mirada hacia Mí en el cielo y dedica un interés especial a Mi existencia en el cielo, pero nadie se preocupa por Mí en la carne, porque Yo, que vivo entre los hombres, soy demasiado insignificante. Los que sólo buscan la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y que sólo buscan la compatibilidad con un Dios impreciso, son un espectáculo deplorable para Mí. Esto se debe a que lo que ellos adoran son palabras muertas y un Dios que es capaz de darles tesoros incalculables. Lo que ellos adoran es un Dios que se pondría a merced del hombre, un Dios que no existe. ¿Entonces qué pueden obtener tales personas de Mí? La bajeza del hombre es sencillamente indescriptible. Los que están en Mi contra, que me hacen incesantes demandas, que no tienen amor por la verdad, que se rebelan contra Mí, ¿cómo podrían ser compatibles conmigo?

Extracto de ‘Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo’ en “La Palabra manifestada en carne”

Esta ha formado parte de la historia humana durante varios milenios. La gente, además, le da la misma consideración que a Dios, hasta el punto de desplazarlo en los últimos días, para Su disgusto. Entonces, cuando la ocasión lo permitió, Dios se sintió obligado a aclarar la verdadera historia y los orígenes de la Biblia; de no haberlo hecho, la Biblia aún ocuparía el lugar de Dios en el corazón de la gente y esta emplearía las palabras de la Biblia para calibrar y condenar los actos de Dios. Al explicar la esencia, la estructura y los defectos de la Biblia, de ningún modo estaba negando Dios su existencia ni la estaba condenando; por el contrario, estaba aportando una descripción adecuada y oportuna que restablecía la imagen original de la Biblia, abordaba los malentendidos respecto a ella y le daba a la gente la perspectiva correcta de la Biblia para que dejara de idolatrarla y de estar perdida; es decir, para que, temerosa hasta de enfrentarse al trasfondo y los fallos reales de la Biblia, no confundiera más su fe ciega en ella con la fe y adoración hacia Dios. Una vez que la gente tiene una comprensión pura de la Biblia, puede dejarla de lado sin reparos y aceptar valientemente las nuevas palabras de Dios. Este es el objetivo de Dios en estos capítulos. La verdad que Dios quiere contar en ellos es que ninguna teoría ni realidad puede reemplazar Su obra y Sus palabras de hoy en día y que nada puede sustituirlo a Él. Si la gente no puede escapar de la trampa de la Biblia, nunca podrá presentarse ante Dios. Si desea presentarse ante Dios, primero debe purificar su corazón de cualquier cosa que pueda reemplazar a Dios; entonces lo satisfará.

Extracto de ‘Introducción’ de Las palabras de Cristo cuando Él entró en las iglesias en “La Palabra manifestada en carne”

Recomendación: Estudios bíblicos cristianos

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